Nick Read dejará el cargo de consejero delegado de Vodafone a final de año
La teleco, penalizada por la competencia, sólo ha registrado crecimiento interanual en los ingresos por servicios en un trimestre desde 2017
Movimiento de relevancia en Vodafone en un momento clave para la compañía para desatascar sus planes de futuro. El consejero delegado del grupo, Nick Read, dejará el próximo 31 de diciembre su cargo como máximo ejecutivo de la multinacional. Lo ocupa desde el año 2018, aunque permanecerá disponible como asesor del consejo hasta el 31 de marzo de 2023, según anunció este lunes el gigante británico de las telecomunicaciones.
Asimismo, la actual directora financiera de la multinacional, Margherita Della Valle, ha sido nombrada consejera delegada interina de la empresa. La junta de Vodafone ha iniciado un proceso para encontrar un nuevo consejero delegado mientras Della Valle lleva las riendas del grupo de forma temporal.
“Durante sus cuatro años como consejero delegado, (Read) lideró a Vodafone durante la pandemia, asegurando que nuestros clientes permanecieran conectados con sus familias y negocios”, declaró ayer Jean-François van Boxmeer, presidente de Vodafone, destacando el enfoque dado a la compañía durante este periodo hacia Europa y África como proveedor de conectividad convergente, así como el liderazgo en el sector para liberar valor de las infraestructuras de torres.
“Estuve de acuerdo con el Consejo en que ahora es el momento adecuado para pasar el mando a un nuevo líder que pueda aprovechar las fortalezas de Vodafone y capturar las importantes oportunidades que se avecinan”, afirmó Nick Read, por su parte. El precio de las acciones de Vodafone ha caído más de un 40% en los últimos cuatro años, incluida una bajada de casi el 20% en los últimos doce meses.
Menos ingresos
La teleco, penalizada por la competencia, sólo ha registrado crecimiento interanual en los ingresos por servicios en un trimestre desde 2017. La operadora británica obtuvo un beneficio neto de 986 millones de euros en los seis primeros meses de su año fiscal, un 1% menos que en el mismo periodo de 2021. La cifra de negocio entre abril y septiembre alcanzó los 22.930 millones de euros, un 2% por encima de los ingresos registrados en el primer semestre del pasado ejercicio, incluyendo un incremento del 1% de los ingresos por servicios, hasta 19.207 millones de euros, aunque en términos orgánicos aumentaron un 2,5%.
De cara al conjunto de 2022, dado el empeoramiento del clima macroeconómico global, con costes de energía y una inflación mayor, Vodafone espera alcanzar un resultado bruto de explotación (ebitda) ajustado de entre 15.000 y 15.200 millones de euros, frente a la anterior horquilla de entre 15.000 y 15.500 millones, así como un flujo de caja libre ajustado de unos 5.100 millones, por debajo de la anterior estimación de unos 5.300 millones de euros.
En sus informes financieros, el grupo ha aludido a la fuerte competencia que se vive en el mercado español, especialmente en el segmento del low cost, que no ha parado de crecer con las agresivas tarifas convergentes. Grupos como MásMóvil, Digi o Finetwork no han dejado de ganar cuota de mercado en los últimos años. La compañía apostó por su marca Lowi para crecer en el low cost, y alcanzó los 1,6 millones de clientes en junio. El valor de estos clientes es menor que los de la marca premium Vodafone.
Vodafone está inmersa en un proceso de reformulación como negocio y reposicionamiento estratégico en España y en otros países. Está explorando activamente alternativas para sus activos de red fija en España, incluida la posible venta. De hecho, en octubre, contrató a Evercore como asesor para acelerar esta reconversión. La red procede, en su mayoría de la antigua Ono, adquirida por Vodafone en 2014 por más de 7.200 millones de euros, incluida la deuda.
Subida de tarifas en España
En España, la evolución del grupo está marcada también por las tensiones inflacionistas y la fuerte competencia. Vodafone España anunció hace solo unos días que va a subir sus tarifas una media del 6,5% en enero. La operadora, que ya había comunicado su intención de ligar las tarifas a la inflación, ha tomado como referencia el IPC promedio interanual, entre octubre 2021 y septiembre de 2022. Según la teleco, la cifra es inferior a la inflación media anual del 8,7% prevista por el Banco de España para 2022. Los clientes han empezado a recibir las comunicaciones informándoles de la subida de precios a finales de enero de 2023. Quien tenga contratada la oferta comercializada por la operadora verán incrementado su precio de media en cuatro euros. De ellos, aproximadamente 2,5 euros de media en los planes solo móvil, y 5,5 euros de media en los planes convergentes.