Cosentino salta de la piedra al ladrillo con una inversión de 200 millones
Promoverá un resort abandonado en Mojacar desde el año 2008. Tendrá viviendas, hotel, balneario, club social y campo de golf
Cosentino salta desde la piedra al ladrillo. El fabricante almeriense de materiales de cocina y hogar ha decidido dar el salto al inmobiliario y diversificar su actividad principal con la promoción del complejo Macenas, un resort a medio construir abandonado desde 2008 en Mojacar (Almería) y que formaba parte de la cartera de la Sareb. Se trata de la primera incursión en esta actividad del family office de la compañía, que quiere convertir una zona deprimida del litoral en un conjunto residencial sostenible que incluirá un hotel, un balneario, un club social, un campo de golf y promociones de viviendas.
La inversión prevista es de 200 millones de euros, con una generación de 180 empleos directos y 320 indirectos. La primera fase, cuya inauguración está prevista para el verano de 2023, incluirá el club social, las zonas comunes y el campo de golf. La segunda fase no llegará hasta 2025, fecha en la que se abrirán el hotel y el balneario. Previamente, el plan director incluye una inversión para la construcción de las infraestructuras necesarias para el sistema de depuración de aguas y la ampliación de capacidad eléctrica.
“Esta inversión nace del compromiso de la familia Cosentino con Almería, recuperando de manera responsable la riqueza natural de Macenas. En base a los valores de Cosentino, queremos convertir este resort en una opción turística y residencial de primer nivel, priorizando los criterios de sostenibilidad, calidad de vida y bienestar, frente a la sobreedificación. Y todo ello, con el afán también de generar un impacto positivo social y económico para Almería”, preciso Álvaro de la Haza, director del Family Office de la familia Cosentino, durante la presentación del proyecto el pasado jueves en Madrid.
Cosentino es un ejemplo de empresa industrial que apenas se ha visto afectada por la pandemia. En 2020 rozó los 1.100 millones de facturación, muy cerca de los niveles de 20119, gracias según la compañía, “a la apuesta por la innovación sostenible, el capital humano, su alta capilaridad internacional y la transformación digital de la organización". El ebitda se situó en 214 millones y el beneficio neto en 65,3 millones. Doce meses después, la facturación se disparó hasta los 1.401 millones, el ebitda llegó a 275 millones y el beneficio neto a 104 millones. Las previsiones para este año son optimistas y apuntan a un nuevo crecimiento de los grandes indicadores económicos. Una solvencia que le ha permitido, en lugar de desplegar planes de contingencia o endeudarse ante la falta de ingresos, retomar los planes de crecimiento que pasan por diversificar la actividad principal.
La sostenibilidad como gran seña de identidad
Directrices. El proyecto plantea una ocupación máxima del 50% del terreno urbanizable, el fomento de la movilidad eléctrica dentro del resort, la instalación de placas fotovoltaicas en todas las edificaciones que lo permitan y la apuesta por una oferta gastronómica saludable basada en la dieta mediterránea con productos de proximidad.
Diseño. Otra de las apuestas es el campo de golf diseñado por la firma Stirling & Martin, bajo la dirección del arquitecto especialista Marco Martín. Un campo de 18 hoyos que, según la compañía, será referente en prácticas medioambientales, ya que contará con sistemas de ahorro de agua, redes de riego automatizadas, y un reciclaje del 100% de las aguas residuales para el riego.