Endesa opta a toda la red de su antigua central de Teruel en medio de polémica
La eléctrica se ha adjudicado de forma provisional 953 MW de un total de 1.200 MW
A principios del pasado mes de octubre, Endesa, a través de su filial de renovables, Enel Green Power, se adjudicó el derecho de conexión eléctrica de 953 MW de su antigua central de carbón de Andorra (Teruel). Un concurso en el marco de la llamada transición justa, que otorga al Ministerio para la Transición Ecológica la potestad de adjudicar las capacidades de conexión a las redes que queden libres tras el cierre de centrales a inversores que acrediten los mejores proyectos socioeconómicos para la zona.
La de Teruel es la primera adjudicación (aún provisional) de un nudo de transición justa en España y no ha estado exenta de polémica. No porque Endesa se haya llevado los citados 953 MW, para lo que ha aportado 200 millones en avales, sino porque, según el pliego del concurso, le permite acudir también como licitador único a los 250 MW que quedan por adjudicar: la antigua central de Andorra tenía una capacidad de 1.202 MW.
Según los requisitos del concurso, al que se habían presentado 12 ofertas, entre ellas las de EDP y la aragonesa Forestalia, si en una primera fase quedaban por adjudicar 250 MW, el primer clasificado podría optar en solitario por ellos. Así, Endesa se ha presentado a la segunda fase, pero, según fuentes del sector, debe mejorar el conjunto de su plan industrial, teniendo en cuenta la capacidad total que podría llevarse, no el añadido de los 250 MW.
Las bases establecen “que es una adjudicación provisional y que el operador al que se le asigna tiene que presentar un plan adaptado, si ese plan no tiene más puntuación, pueden pasar al segundo operador”, señalan las mismas fuentes. Esta sería “la manera de maximizar la parte industrial de la adjudicación del nudo”, añaden.
Al concurso se presentaron 12 ofertas, entr ellas, las de EDP y Forestalia
La posible adjudicación en exclusiva a la eléctrica española, filial del grupo italiano Enel, que ha explotado la central de carbón durante cuatro décadas, no es bien vista por el Gobierno de Aragón, pues repite el monocultivo de la compañía en la zona. El presidente aragonés, Javier Lambán, ha calificado de “lamentable” que hayan quedado excluidas las licitadoras aragonesas.
Sea como fuere, el ministerio ha considerado que el suyo es el mejor proyecto. Con una inversión de 1.200 millones de euros (para los 953 MW adjudcados) proyecta cinco “parejas” de hibridación de eólica y fotovoltaica con una potencia de 1.400 MW y una planta de hidróegeno de 15 MW. En alianza con 30 empresas, muchas locales, su plan implicarían la creación de más de 3.500 puestos de trabajo, 300 de ellos directos.
Nadie conoce el motivo para adjudica los 250 MW sobrantes y “su interpretación es algo dudosa y compleja”, indican fuentes empresariales. Sea como fuere, Endesa optó por la estrategia de ofertar por 953 MW y, de esta manera, en caso de resultar adjudicataria, nadie más podría lograr la capacidad de evacuación restante. La compañía no va a alterar el plan industrial de su primer adjudicación y para lo que considera la segunda fase ha añadido una inversión de otros 400 millones de euros para otrso 400 MW de capacidad.
Aunque los terrenos de la termica son propiedad de Endesa, esta necesitaría adquirir nueva superficie, hasta 3.000 hectáreas.
El proyecto de hidrógeno de EDP, en riesgo
El pasado septiembre, Bruselas aprobó ayudas por 5.200 millones para 35 proyectos de interés común europeo de hidrógeno. Estos se dividen en dos tipos: los orientados a establecer infraestructuras y los que proponen innovaciones para su aplicación a la industria. Uno de ellos, en Teruel, promovido por EDP y su socioTervalis, con una capacidad de 25 MW, es uno de los dos únicos proyectos españoles de interés común de tipo innovador. Fuentes políticas consideran que este proyecto está en riesgo si los promotores no logran conexión. La planta permitiría fabricar 100.000 toneladas de fertilizantes.
A principios de este año, Endesa se adjudicó también el primer nudo de transición justa de Portugal, el de la témica de Pego, en Abrantes.