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En colaboración conLa Ley
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Los abogados y procuradores aún no saben si les toca trabajar esta Navidad

Justicia no aclara si habrá un periodo navideño inhábil para conciliar y no se espera que la Ley de Eficiencia Procesal entre en vigor pronto

PABLO MONGE

Las quejas por la conciliación del sector legal son como Mariah Carey, siempre vuelven en Navidad. Las fiestas se aproximan, pero muchos abogados y procuradores no saben aún cómo organizar la agenda, si podrán coger unos días para irse a la sierra o si podrán reservar vuelos para escaparse al extranjero con plena seguridad. La razón es que todavía no hay noticias sobre si estas navidades será inhábil a efectos procesales.

Se trata de una medida que recoge la Ley de Eficiencia Procesal, un texto que, sin embargo, aún está en trámite y cuya entrada en vigor no se plantea cercana. La cuestión que queda en el aire es si, ante el retraso en la tramitación de la norma, será inhábil el periodo comprendido entre el 23 diciembre de 2022 y el 6 de enero de 2023. De materializarse, implicaría que, durante esta horquilla, los plazos procesales quedarían congelados.

Tanto el Ministerio de Justicia como los partidos políticos están de acuerdo en la medida, pero por el momento solo hay buenas intenciones. Si bien el año pasado el Gobierno ya había confirmado que las navidades de 2021 serían inhábiles, al cierre de esta edición no hay novedades.

Precisamente, el pasado martes, la presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega, acudió al Parlamento para exigir la inhabilidad procesal de estas navidades de forma oficial. “Parece que no vamos a llegar con la Ley de Eficiencia Procesal aprobada a Navidad, no llegaremos por poco y eso da más rabia”, lamentó. Pero hay otros caminos. La solución in extremis, que ya barajaría el ministerio, es colgar la medida de cualquier ley que entre en vigor de aquí a diciembre para salvar el escollo.

“Tanto el Ministerio de Justicia como los diversos grupos con representación parlamentaria han manifestado su apoyo a tal solución. Confiamos en que así se pueda llevar a cabo, es de justicia”, reivindica Ortega. Cuestionados por el asunto, el ministerio que encabeza Pilar Llop no ha querido confirmar si finalmente habrá periodo inhábil o, en caso de que lo haya, cuál será el camino legislativo para materializar la medida.

Vacaciones

Mientras que el tema llega a algún puerto, el gremio comparte su malestar ante esta situación de incertidumbre y coinciden en que la medida es más que necesaria. Ainara del Valle es abogada laboralista en Asturias. Según comparte, hace años que no se va de vacaciones en diciembre. “He tenido juicios un 23 y un 26 de diciembre, es habitual", cuenta. Así, escaparse es difícil, porque en una jurisdicción como la suya "siempre puede llegar un caso urgente”. Muchas veces, cuenta, “o pagas a otro abogado para que te sustituya en posibles urgencias o no te vas”.

Felipe es abogado penalista en Valencia y coincide en que la inhabilidad de las navidades “permitiría un pequeño respiro a la abogacía”. Algo “más que necesario para los que ejercemos por cuenta propia”, agrega. Comparte el punto de vista de Carolina Martí, procuradora de Alicante, que subraya las barreras para desconectar de verdad cuando una notificación de Lexnet puede llegar en cualquier momento. Una realidad que provoca que "allá donde vas tienes que ir con el portátil a cuestas”. Cuadrar planes con la familia es difícil así. “Normalmente me toca acortar el viaje, porque contamos únicamente para desconectar con los días inhábiles, es decir, el 25 de diciembre, el 1 y el 6 de enero”. Para más inri, este año dos de los días inhábiles caen en domingo.

Eric Niso, letrado autónomo de Vitoria, mantiene la esperanza de que, por una u otra vía, el Gobierno promulgue un mecanismo para conseguir que las navidades de 2022 sean inhábiles. Ello supondría, transmite, “una victoria en lo que a derechos sociales de los profesionales de la justicia se refiere”. En este sentido, revindica: “Que no haya suspensión de plazos hace que estés con un ojo pendiente, durante todo el periodo navideño, a vencimientos que coincidan con fechas posteriores a días muy señalados, como Navidad o Año nuevo. Los profesionales de la justicia, también los autónomos, tenemos derecho a aquello que llaman desconexión digital. Lo que más nos debería preocupar en estas fechas es estar con los nuestros, no el plazo que termina un 26 o 27 de diciembre”.

Cuestión de bienestar

Brasil. En la creciente apuesta por el bienestar del sector, España tiene ejemplos donde fijarse. Brasil es uno. Su Congreso Nacional aprobó la suspensión de los plazos procesales entre el 20 de diciembre y el 20 de enero para garantizar el descanso de los abogados, en especial de los autónomos.

Peticiones. En muy pocos años, el cuidado de la salud mental se ha convertido en un asunto nuclear para la abogacía y la procura. En España, muchos han depositado sus esperanzas en la Ley de Eficiencia Procesal, ahora mismo en trámite parlamentario. Con la entrada en vigor de la norma, la profesión espera poder beneficiarse de medidas históricamente reclamadas, como la suspensión de plazos y vistas por nacimiento y adopción, por fallecimiento de familiares o por enfermedad.

Casos. Han sido numerosas las polémicas que han saltado en torno a las barreras que los abogados y procuradores encuentran para conciliar. Este verano, al abogado laboralista Pere Vidal le fue denegada la suspensión de un juicio después de sufrir un accidente de moto. También fue sonado el caso de la letrada María Benito, a quien le negaron suspender un juicio fijado dos días después de su fecha estimada de parto.

Datos. Un 15% de la abogacía española está quemada por su trabajo y otro 63% sufre agotamiento laboral, según reveló un estudio de Humanizando la Justicia presentado en 2020.

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