Meliá ganó 50 millones en el tercer trimestre y rozó el beneficio precrisis
La subida de los ingresos se vió diluida por el impacto del alza de la energía, bebidas y alimentos
La reactivación del turismo ha impulsado la cuenta de resultados de Meliá en el tercer trimestre. Entre julio y septiembre, la primera hotelera española registró unos ingresos de 532 millones de euros, superando la cifra de negocio del mismo período de 2019. Sin embargo se vio penalizada por el incremento de los gastos debido al período hiperinflacionista desatado por la invasión rusa en Ucrania (especialmente energía, pero también compra de comida, bebidas o productos ligados a la actividad diaria como sabanas, almohadas, colchones o toallas). De ese modo, los costes operativos de la cadena se dispararon un 60% anual hasta los 170,7 millones de euros entre julio y septiembre frente a los 152,2 millones del mismo período de 2019.
Pese a ello, el resultado de explotación en el tercer trimestre se situó en 165,2 millones de euros, por encima de los 158,1 millones de 2019, mientras que el beneficio neto se situó en 49,6 millones de euros, rozando los 53,3 millones de los niveles precrisis. "Para continuar avanzando en la plena recuperación, nuestra hoja de ruta para los próximos años prevé seguir fortaleciendo nuestro balance a través de la mayor generación de caja, la eficiencia operativa, el alto crecimiento de nuestro portfolio hotelerobajo fórmulas de gestión y de franquicia,y la rotación a materializar en los próximos meses de algunos activos", precisó Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá.
Esa desinversión es el hito más importante en el calendario financiero de la compañía. Ya en 2021 vendió una cartera de ocho hoteles a un vehículo inversor participado en un 85% por clientes de Bankinter y otro 15% repartido a partes iguales entre la hotelera y la entidad financiera. "Hay que recordar que la compañía está trabajando en una venta de activos que espera cerrar en los próximos meses", precisa la nota de resultados. Por la operación de 2021 obtuvo 204 millones y el objetivo de la compañía es sacar un importe similar.
En la última junta de accionistas, Escarrer fijó como principal prioridad la reducción de la deuda acumulada tras dos años de coronavirus. A 30 de septiembre de 2022, la deuda neta de Meliá ascendía a 2.779 millones de euros, con una reducción de 74 millones con respecto al cierre de 2021. La hotelera cuenta con liquidez por valor de 352 millones, cifra a la que espera añadir en breve otros 40 millones de euros de las ayudas directas concedidas por el Ejecutivo alemán que todavía no ha cobrado.
Las previsiones de futuro son optimistas. "El ritmo actual de reservas confirma las perspectivas positivas para los próximos meses sin detectar hasta el momento impactos por el temor a un cambio del ciclo económico", remarca la nota de resultados, haciendo hincapié en que los viajeros, tras dos años de pandemia, han priorizado los viajes frente a otros gastos. De esta manera, Meliá prevé una temporada alta "positiva" en Canarias, Cabo Verde, México y República Dominicana.