Dos actores simulan ser empleados despedidos de Twitter y Musk encaja la broma
General Motors retira su publicidad hasta conocer la nueva política de moderación de contenidos
Elon Musk es el hombre más rico del mundo (223.000 millones de dólares de patrimonio), pero también es un cachondo mental. El magnate lleva años jugando con los límites del humor y de la libertad de expresión como usuario de Twitter. Y ahora, que es el dueño y el tuitero en jefe de la red social, quiere imprimir su propia visión laxa sobre las líneas rojas acerca de la comedia, la ofensa o la divulgación de noticias no contrastadas. Mientras, algunas empresas, como General Motors, han retirado temporalmente su publicidad a la espera de cómo se define la nueva política de moderación de contenidos.
A las pocas horas de hacerse con el control de Twitter, y tras explicar que va a crear un consejo de moderación de contenidos, Musk ha tenido que hacer frente a varias bromas que ponían a prueba su capacidad de encaje. La más sonada ha sido la de dos cómicos que se plantaron en las oficinas centrales de Twitter y se hicieron pasar por dos ingenieros despedidos. Incluso hicieron declaraciones a los medios.
Lejos de enfadarse, el magnate se mofó de una periodista de la CNBC que recogía unas declaraciones de esos supuestos despedidos diciendo que ahora iban a tener "dificultades para pagar las letras de mi Tesla [la otra gran compañía propiedad de Musk]". También aseguró que es "es uno de los mejores troleos [bromas pesadas] que he visto en mi vida".
El nuevo dueño de Twitter quiso dejar claro que ahora "la comedia es legal" en la red social. Pero, mientras tanto, el mayor fabricante de coches de Estados Unidos, General Motors, explicó el viernes que ha suspendido temporalmente la publicidad en la red social del pájaro azul. "Estamos trabajando con Twitter para entender la dirección de la plataforma bajo su nueva propiedad. Como es normal cuando se produce un cambio significativo en una plataforma de medios, hemos suspendido temporalmente nuestra publicidad de pago", ha explicado GM, que es un directo competidor de Tesla, el fabricante de coches eléctrico y auténtica mina de oro para Musk.
Polémicas previas
El propio Elon Musk ha sufrido en sus propias carnes los problemas de ir muy lejos en sus declaraciones en Twitter. El supervisor financiero de los mercados (la SEC) llegó a sancionarle cuando publicó un mensaje diciendo que tenía financiación suficiente para que Tesla dejara de cotizar en Bolsa y pasar solo en manos de inversores privados. De hecho, tuvo que renunciar al presidencia de Tesla y cambiar la gobernanza de la compañía.
También fue denunciado por uno de los rescatadores británicos que ayudaron a sacar de una cueva a un grupo de niños en Tailandia. Musk, que se había ofrecido a diseñar un submarino para poder poner a salvo a los chavales, entró en una polémica con uno de los submarinistas profesionales, a quien llegó a acusar de pedófilo. Finalmente ganó el juicio.
¿Cómo moderar contenidos?
El gran debate que tiene Musk con respecto a Twitter es qué tipo de contenidos aceptar y cómo definir la política de suspensión de cuentas, que llegó incluso a quitarle la suya a Donald Trump, por alentar a quienes asaltaron el Congreso de Estados Unidos el año pasado.
El dueño de Tesla y Space X ha dado una pequeña pista sobre los planes que tiene en mente. Contestando a un mensaje del jefe de la web Replit, Elon Musk ha explicado que se plantea que los tuits tengan algún tipo de calificación, como ocurre con las recomendaciones de edades para las películas.
Para Musk, sería interesante desarrollar una nueva versión de Twitter que permitiera seleccionar qué tipo de mensajes ver. "La calificación del tweet en sí podría ser autoseleccionada y luego modificada por los comentarios de los usuarios", ha explicado.
También ha dado su aprobación a otras sugerencias de usuarios, como que haya unas condiciones más laxas para gente que utiliza perfiles anónimos, y una más estricta para aquellas cuentas que están verificadas. Además, Musk considera que ha líneas rojas inquebrantables, como el lanzar amenazas de muerte a través de la red social.