Capri: el paraíso italiano donde apenas hay casas disponibles
La construcción de nueva vivienda está prohibida, lo que limita su oferta La mitad de los compradores son italianos y crece el cliente que teletrabaja desde la isla
El mero hecho de vivir en Capri ya es un lujo. La idílica isla de la costa amalfitana, en Italia, enamoró en el pasado a artistas de la talla de Oscar Wilde, Theodor Fontane o Rainer-Maria Rilke, así como a iconos de estilo como Jackie Kennedy, Audrey Hepburn o Grace Kelly. Lo mismo ocurre ahora con turistas de todo el mundo (tiene unos 12.000 habitantes, pero en verano puede alcanzar los 25.000 cada fin de semana), que han convertido a Capri en un codiciado mercado de segunda residencia que combina la dolce vita con la familiaridad rural y un entorno natural único.
Tanto es así, que encontrar una villa disponible se ha vuelto una misión casi imposible para los compradores, según advierte la gerente de Engel & Völkers en la isla, Cristina Carrani. “Está prohibido construir nuevas viviendas, así que lo que ves es lo que hay. Tenemos a los compradores esperando en una lista muy larga hasta que encontramos la casa ideal para ellos. Confían en que si reservan un vuelo para venir no van a perder el tiempo”, afirma.
Una villa con privacidad total y una piscina única por 4,9 millones
Anacapri es el otro municipio en que se divide la isla y sus propiedades también son muy buscadas. Conserva caminos más auténticos, con artesanía local y calles tranquilas, lo que lo posiciona como el entorno ideal para familias, según Carrani. Esta villa de 415 m2 está en un sendero privado que conduce a la Gruta Azul, lejos del ruido y con vistas a la Cala del Río. Su piscina es irrepetible, ya que actualmente está prohibido cavar en la superficie de la isla.
Aproximadamente, la mitad de las transacciones inmobiliarias en Capri se deben a compradores italianos. El resto se reparte entre franceses, belgas y suizos (20%), alemanes (20%) y estadounidenses (10%). “Con las nuevas oportunidades en términos de trabajo remoto muchas personas que consideraban inviable vivir en la isla y trabajar con un horario flexible ahora pueden hacerlo. Eso ha aumentado considerablemente el atractivo de poseer una propiedad aquí”, destaca Carrani.
La agente inmobiliaria reconoce que hay compradores que pasan años buscando un hogar en la isla y los que lo tienen no lo sueltan. “Es muy difícil convencer a los propietarios de que vendan sus casas porque es un símbolo de prestigio. Incluso cuando les convencemos, nos piden por favor que les busquemos otra, aunque sea más pequeña”, comenta.
Un ático de ensueño con vistas al Vesubio por 2,2 millones de euros
Otra exclusiva joya que todavía se puede adquirir en Capri es este ático a pocos minutos a pie del centro. Consta de tres dormitorios y tres baños que se distribuyen en una superficie de 200 m2 y se sitúa a los pies de la Escalera Fenicia, una espectacular ruta de 900 escalones que hasta 1877 fue la única vía de comunicación entre la Marina Grande y las zonas altas de la isla. El área exterior acoge terrazas con vistas panorámicas y árboles frutales.
Las tradicionales villas de piedra caliza con jardines en las laderas y vistas panorámicas se venden por hasta cinco millones de euros. Un precio que, asegura, merece la pena pagar: “Cualquiera que posea una propiedad en Capri también tiene una parte de la historia del Mediterráneo. El mercado inmobiliario en la isla es y seguirá siendo un nicho de mercado absoluto”.