Mataix (Indra): "Es crítico acelerar el programa FCAS para disponer de un sistema de defensa efectivo"
El consejero delegado de Indra, Ignacio Mataix, aseguró hoy en Bruselas que es "crítico" acelerar el arranque del programa FCAS, el futuro avión de combate europeo, en el que la compañía española fue nominada por el Gobierno español coordinador nacional industrial en 2019. "Es fundamental hacerlo para poder tener un sistema de seguridad y defensa efectivo en los próximos 20 años", remarcó.
La petición se produjo en el marco de la segunda Conferencia Europea de Defensa y Seguridad, celebrada en la capital belga, donde el directivo español alertó del problema que supone la fragmentación de la industria de defensa europea, "que está pasando factura a nuestras capacidades y a nuestra competitividad como industria". Puso como ejemplo que EE UU cuenta con 30 sistemas de defensa frente a los 178 de Europa, cuando la UE invierte la mitad.
Mataix, que pidió más inversión y facilidades para desarrollar proyectos de cooperación, insistió en que esa fragmentación y la creciente complejidad tecnológica exige mayores inversiones, y urgió a que haya más cooperación europea, tanto a nivel gubernamental como industrial, evitando altos costes de oportunidad. El ejecutivo recordó que la cantidad de diferentes sistemas de combate en los ejércitos europeos dificulta su interoperabilidad y añadió que el "crónico" bajo volumen de producción incrementa los costes por unidad en los programadas de defensa.
En este contexto, indicó, el programa FCAS tiene un gran potencial para impulsar la cooperación en defensa y la soberanía tecnológica europea.
Para el consejero delegado de Indra, la guerra de Ucrania ha provocado un cambio de reglas de juego y ha demostrado que Europa debe ser más ambiciosa en el ámbito de la seguridad y la defensa. Mataix añadió que los conflictos militares a gran escala son más probables de lo que se pensaba y advirtió que hay un riesgo creciente de conflicto en Asia-Pacífico (entre China y Taiwán).
"Europa necesita invertir más y mejor para tener una seguridad creíble (...) Sin embargo, ninguna nación puede hacerlo sola. Necesitamos crear mecanismos efectivos de cooperación", continuó Mataix, que aseguró que "la UE debe tomar medidas de política industrial y tecnológica para construir y reforzar sus propias capacidades de defensa", en un momento, como el actual, en el que "la mayor complejidad técnica obliga a grandes inversiones para desarrollar nuevos proyectos".
El directivo subrayó que Europa tiene una necesidad urgente de crear una verdadera base industrial y tecnológica para la defensa europea que contribuya a corto y largo plazo a las necesidades de las fuerzas armadas de los países miembros. "Necesitamos retener y desarrollar capacidades industriales en este ámbito, pero haciéndolo desde una perspectiva europea, no nacional, para ser más eficientes" y seguir el ritmo de desarrollo tecnológico de las principales potencias militares, defendió.
Indra, que coordina cuatro proyectos europeos de defensa y participa en 19 proyectos financiados por el Fondo Europeo de Defensa, la tercera empresa de Europa con mayor implicación, apuntó que los Estados miembros deberán ceder parte de su soberanía nacional en favor de la cooperación europea en esta materia. Igualmente, indicó que solo hay un camino a seguir para fortalecer la base industria europea de defensa para competir a escala global: "Mayor integración y consolidación".
El ejecutivo subrayó que, a largo plazo, la consolidación europea beneficiará a la industria de defensa y a sus empleados, creando empleo más estable y especializado. Pero admitió que "el desafío es cómo coordinar las necesidades y planes individuales de los diferentes Estados miembros para generar requisitos comunes".
La intervención de Mataix en esta conferencia, que reúne a miembros relevantes de las instituciones europeas y de la industria de defensa y seguridad, se produce en un momento clave para Indra, que ha decidido redoblar su apuesta por esta industria, tras elevar la Sepi su participación en la tecnológica española, y desembarcar en la compañía nuevos accionistas como el grupo vasco de defensa Sapa y el fondo Amber.