El Ibex suaviza las caídas con la ayuda del Banco de Inglaterra
El euro vuelve a perder terreno frente al dólar y se sitúa en 0,9557 'billetes verdes'
La intervención del Banco de Inglaterra sirvió para calmar a los mercados, pero las ventas no desaparecieron y todo apunta a que no lo harán en el corto plazo. Los índices europeos, que en las primeras horas de negociación registraron caídas superiores del 2%, moderaron las pérdidas. El Ibex 35, que en niveles intradía llegó a caer por debajo de los 7.300 puntos, concluyó con en tablas y recupera la barrera de los 7.400 puntos. Con moderación incluida, el selectivo español no se libró de encajar nuevos mínimos anuales.
El comportamiento de la Bolsa española se mantuvo en línea con el resto de índices europeos que lograron borrar las pérdidas. El Dax alemán avanzó un 0,36%; el Cac francés, un 0,19% y FTSE británico, un 0.3%. Solo el Mib italiano, que vive bajo los influjos de los resultados electorales, retrocedió un 0,52%.
Como se viene constatando desde finales de agosto, los bancos centrales seguirán siendo los principales motores de los mercados. En sus últimas intervenciones los responsables de la política monetaria han reafirmado su compromiso de prologar la subida de los tipos. Los inversores empiezan a estar cada vez más concienciados de que las tasas en EE UU superarán el 4,5% en 2023 mientras que la zona euro rondarán el 2,5%.
El aumento de los tipos seguirá impulsando al alza las rentabilidades de la deuda, una tendencia que se viene registrando desde comienzos de año, pero que se ha agudizado en las últimas jornadas. Mientras los rendimientos aumentan, el precio cae y señala UBS a día de hoy los bonos mundiales han entrado en mercado bajista por primera vez en más de 70 años. Es decir, caen más de un 20% desde sus máximos.
La decisión del Banco de Inglaterra de intervenir en el mercado deuda y reactivar las compras de activo de manera puntual sirvió para calmar los nervios. El bono a 10 años de Reino Unido cayó 48 puntos básicos y se sitúa al filo del 4%. Estos recortes se extendieron al resto de mercados. El bono de EE UU que por momentos subió al 4% por primera vez en 12 años, se relaja hasta el 3,77% mientras la deuda española al mismo plazo baja ligeramente al 3,3% y la italiana al 4,6%. La prima de riesgo italiana se apea de los 250 puntos básicos, nivel que inquieta al BCE sobre una eventual fragmentación del mercado de deuda de la eurozona.
A pesar del alivio momentáneo que experimentó el mercado, el consenso de los analistas cree que la volatilidad seguirá reinando en los mercados. El departamento de análisis de Goldman Sachs prevé que la volatilidad aumente durante el próximo mes. Además de los bancos centrales y las medidas que implementen para controlar la inflación, los expertos del banco señalan la temporada de resultados del tercer trimestre, un periodo en el que las empresas suelen anunciar que superarán o reducirán sus objetivos para todo el año.
Junto a la volatilidad, los fantasmas de recesión seguirán pasando factura a los mercados. Christian Sewing, director de Deutsche Bank, prevé una severa desaceleración en Europa y advierte de que la volatilidad de los mercados continuará al menos un año más a medida que los bancos centrales ajustan las tasas para combatir la inflación. El experto señala que el impacto combinado de la guerra en Ucrania, los altos precios de la energía y la inflación derivarán en una recesión más duradera de lo que en un principio se preveía.
Hasta la fecha las acciones mundiales se han desplomado más de un 25% este año. El índice mundial (MSCI World) cotiza en mínimos de noviembre de 2020 y a falta de dos sesiones para cerrar septiembre, el selectivo pone rumbo a su peor mes desde marzo de 2020, cuando estalló la pandemia.
Las caídas de las Bolsas se combinan con un incremento del coste de financiación, una consecuencia inevitable del proceso de normalización monetaria. S&P reconoce en un informe que las calificaciones crediticias, especialmente las europeas, tiene por delante un duro invierno. La subida de los tipos seguirá siendo necesaria para frenar la inflación y esto se traducirá en unas condiciones financieras más restrictivas. “Las perspectivas de recesión y la caída de las valoraciones agudizarán la atención de los acreedores respecto a las empresas más vulnerables. Nuestra previsión contempla una tasa de impago del 3% a mediados de 2023, aunque el empeoramiento de las tensiones geopolíticas podrían hacer que esta cifra fuera aún mayor”, resalta la agencia.
La recuperación que experimentó ayer la renta fija y la renta variable se trasladó también al mercado de divisas. El euro, que en niveles intradía cayó a los 0,95 y marcaba nuevos mínimos, logró recuperarse un 1%, hasta los 0,968 billetes verdes. A pesar de esta remontada, la fortaleza del dólar frente a las principales monedas sigue siendo incuestionable. Además de la mayor agresividad mostrada por la Reserva Federal, los inversores aprovechan la incertidumbre para comprar dólares, una estrategia que complica la labor al resto de bancos centrales en su reto de frenar la inflación.