Mercadona dejará la producción de pan para externalizarla entre sus proveedores
La compañía aclara que las 650 personas que trabajan en las líneas de panificación serán reubicadas
Mercadona abandonará la producción propia de pan para dejarla en manos de sus proveedores. La compañía de supermercados, que en 2018 comenzó a trabajar con fabricantes especializados que le surtían 20 millones de kilos al año, ha confirmado este miércoles que completará el proceso con el cierre, de forma paulatina, de las 20 líneas de producción de pan que tiene en ocho de sus bloques logísticos.
De tal forma, sustituirá la producción de propia "hasta finalizar con la implantación de los nuevos proveedores especialistas" en los próximos años. En la actualidad cuenta con más de 20 proveedores locales que ya asumen esta labor. Mercadona explica que, con este movimiento, da continuidad a la "estrategia que refuerza la especialización, la calidad y la eficiencia", con el objetivo de generar una mayor rentabilidad. El pan era la única categoría que producía de manera directa. "De este modo, Mercadona reforzará su colaboración con proveedores especialistas locales en esta categoría, como en el resto del surtido, para seguir ofreciendo a los "Jefes" (clientes) la máxima calidad al precio más bajo posible", explica en una nota de prensa.
Esta externalización permitirá a la compañía que preside Juan Roig liberar espacio en sus bloques logísticos, "lo que conllevará un importante incremento de eficiencia y productividad, y les permitirá centrarse en sus actividades ordinarias de recepción, almacenaje y expedición de productos".
La compañía ha aclarado que las 650 personas que se dedicaban a esta actividad "se irán reubicando conforme se vaya implementando la estrategia".
Mercadona desarrollaba buena parte de las tareas de panificación bajo la sociedad Forns Valencians (Forvasa), aunque en los últimos años la labor de esta es la gestión y administración de acciones en empresas participabas. La compañía contaba con una fábrica en Puçol (Valencia), que quedó destruida tras sufrir un incendio en junio de 2018. Forvasa llegó a facturar 115 millones de euros en el ejercicio 2017, último previo al incendio. Tras este, la actividad de panificación propia quedó en las líneas instaladas en algunos de los bloques logísticos.
"En 2018 optamos por buscar alternativas a la producción propia de pan, única categoría de cuya elaboración se encargaba la compañía, para apostar, como en el resto del surtido, por proveedores especialistas", dice Ariana González, directora general de fabricación de pan. "Tras casi cuatro años de trabajo y colaboración conjunta que han servido para analizar y mejorar esta estrategia, confirmamos las mejoras de calidad y eficiencia previstas y por ello hemos decidido dar continuidad a este proyecto en toda la cadena con el cierre gradual de todas las líneas de pan, lo que nos permitirá reforzar nuestro papel de prescriptores y centrarnos en lo que mejor sabemos hacer: ofrecer un surtido eficaz de la máxima calidad y al precio más bajo posible", añade.