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Las adicciones de los abogados ponen en riesgo su salud mental

El ICAM trabaja en implantar unos sistemas de autoevaluación para los colegiados

Getty Images

Los abogados están habitualmente sometidos a unas altas dosis de estrés debido a unas jornadas laborales muy largas, a la necesidad de estar a disposición permanente del cliente o al sometimiento a una alta competitividad, como señaló la International Bar Association (IBA), una de las organizaciones de juristas más importantes del mundo, en el informe Bienestar mental en la profesión jurídica: un estudio global, publicado el año pasado. Todo ello se produce en una profesión que reconoce que el resultado de su actividad depende de la decisión adoptada por un tercero: el juez.

Ante esta situación, los estudios reflejan que es muy habitual que en la abogacía se den problemas mentales, como el síndrome burnout, la ansiedad o el estrés, que muchos letrados tratan de solucionar recurriendo a fármacos o al consumo de alcohol o drogas, ocultando así la raíz del problema.

Durante la Jornada La salud mental de la abogacía y su repercusión en el ejercicio profesional, celebrada en el Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), este jueves se han analizado los instrumentos para lograr el equilibrio mental que cada día parece más necesario debido al estrés que sufren los profesionales del sector legal.

Eugenio Ribón, diputado de la Junta de Gobierno del ICAM, ha reconocido que “existe una falta de bienestar mental que se traslada a la abogacía” debido a la incertidumbre económica y al hecho de ser una profesión muy individualizada.

No en vano, en el ejercicio profesional, el abogado experimenta una situación de ansiedad ante la exposición del caso en el tribunal, la presentación de escritos en plazos inamovibles o ante la espera del veredicto judicial. Aunque la consecuencia directa de su actuación recae en el cliente, el abogado también está sometido a repercusiones a nivel profesional o económico.

Además, cada vez es más habitual el síndrome del burnout, consistente en una respuesta de agotamiento mental ante el estrés crónico. Es el resultado de ir acumulando una tensión motivada por el trabajo y la imposibilidad de conciliación personal y familiar.

Según una encuesta realizada entre más de 3.000 juristas por la International Bar Association (IBA), más de una tercera parte de los abogados cree que su trabajo afecta negativamente a su bienestar mental y casi la mitad reconoce que el temor al efecto que pudiese tener sobre sus carreras les disuade de hablarlo en su despacho u organización. Esta misma organización detectó a través de estas encuestas que uno de cada cinco letrados estadounidenses dice tener un problema con la bebida. Sin embargo, no hay datos sobre este problema en España. La última información viene de una encuesta elaborada por Iberian Lawyer en 2018, que señala que ocho de cada diez abogados españoles y portuguees han sufrido algún tipo de transtorno de salud mental a lo largo de su carrera.

En este sentido, Ribón ha recordado un estudio del Instituto de Salud Mental de la Abogacía, que revela que el 70 % de los abogados reconoce trabajar más de 40 horas semanales y un 13 % desarrolla su labor durante más de 60 horas. También ha dicho que “muchos abogados recurren a fármacos o al consumo de alcohol y drogas”, lo que enmascara la cuestión de fondo.

Ante esta situación, la Junta de Gobierno del ICAM busca implantar, antes de finalizar su mandato, “unos sistemas de autoevaluación inmediatos para que los abogados sean conscientes de estos problemas”, según ha reconocido el diputado del colegio de Madrid.

Por su parte, Nicolás Poveda Peña, magistrado jubilado y abogado en ejercicio antes de ser miembro de la carrera judicial, ha recomendado que “la primera actividad que debe realizar un letrado adicto es reconocerlo y reconocer el daño que puede ejercer en terceras personas: los clientes”. Poveda ha asegurado que “cuánto mejor esté el abogado de salud, mejor será la defensa de su cliente por lo que apuesta por superar las adicciones”.

El abogado adicto

Por otro lado, Juan Manuel Sánchez Fernández, abogado de Almería y autor del libro El Abogado Adicto, ha apostado por afrontar los problemas, siendo “necesario levantar el velo sobre la salud mental y la repercusión que tiene en el ejercicio profesional”.

La abogacía, ha adevertido, es una profesión con mayor tendencia que otras a tener estrés, consumo de alcohol y sustancias tóxicas debido en muchas ocasiones a la necesidad de acompañar al cliente. Además, la competitividad y la guerra de precios pueden provocar caer en un estrés crónico como respuesta a una situación mental de agotamiento.

Sánchez ha reconocido que la exigencia en el “cumplimiento de los plazos también puede afectar negativamente a la salud mental de los letrados”, que se puede agudizar entre los abogados de más edad por adaptarse a las exigencias de las nuevas tecnologías. “Jornadas con largas horas de trabajo y con una falta de gestión del tiempo provocan levantarse cansado y que al final afecte a la salud” y al rendimiento profesional.

Ocho de cada diez abogados de España y Portugal reconocen que han tenido un problema de salud mental, añadiendo la dificultad de ser una situación que los letrados “tienen muy oculta y se sienten estigmatizados para que el juez o la otra parte no pueda verlos débiles”, según ha dicho Sánchez. La solución es afrontar la situación porque “esta profesión está plagada de un dolor ignorado que afecta a la Justicia”.

Medidas para mejorar la salud

Para remediar estas adicciones, lo primero es "aceptar la situación" para gestionar los problemas de salud. Según ha indicado el abogado, es principal el tema del control de las emociones para buscar el equilibrio personal, que puede hacerse mediante la meditación diaria o las actividades deportivas.

Otras medidas para mejorar la salud mental son organizar los horarios que evite la carga de trabajo y cortar la jornada laboral para utilizar el tiempo en beneficio propio."Es necesario vivir con calma de la mejor forma posible y alejarse de medicamentos, consumo de alcohol y drogas". También ayuda a recuperar la salud el rehuir del triunfalismo y autocomplacencia y reconocer que “aunque todos somos vulnerables, siempre hay posibilidad de solucionar una situación caótica”, ha manifestado Sánchez.

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