El IPC cede levemente en agosto y baja al 10,4% por la caída de los carburantes
La inflación subyacente, que refleja los precios de los productos menos volátiles, sube tres décimas hasta el 6,4%
Los precios frenaron levemente su ascenso en agosto hasta aumentar el 10,4% en términos interanuales, según un primer avance del IPC publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este organismo ha atribuido esta moderación, a la bajada de los precios de los carburantes y, en menor medida, de los combustibles líquidos. Por el contrario, en agosto subieron los precios de la electricidad, que sigue en máximos; de los alimentos; de la restauración y de los paquetes turísticos, entre otros. Con todo, en esta primera estimación el instituto no ofrece detalles sobre el impacto de cada partida.
El dato de agosto, que deberá ser confirmado por Estadística a mediados del mes que viene, es cuatro décimas inferior al pico alcanzado el pasado mes de julio, cuando el IPC se situó en el 10,8%, su nivel más alto desde septiembre de 1984. Con esta moderación de cuatro décimas, la inflación acaba con una racha de tres meses consecutivos de ascensos en su tasa interanual: en mayo escaló hasta el 8,7%; en junio superó los temidos dos dígitos (10,2%) y en julio se disparó hasta el 10,8%. Agosto es, por tanto, el tercer mes consecutivo en el que la inflación supera las dos cifras.
Uno de los datos más preocupantes es el de la tasa de variación anual estimada de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), que aumenta tres décimas, hasta el 6,4% y, de confirmarse, sería la más alta desde enero de 1993. Esta tasa refleja un contagio de la espiral inflacionista a los productos menos volátiles y no directamente afectados por la crisis energética o el encarecimiento de los alimentos. El alza del IPC subyacente, tres décimas, es la más baja desde enero.
En términos mensuales (agosto sobre julio), el IPC registró en agosto un repunte de una décima, frente al retroceso de tres décimas experimentado en julio y el avance del 0,5% de un año antes.
Esta evolución de los precios se produce dos meses y medio después de la entrada en vigor de la denominada excepción Ibérica, que desliga los precios del gas de la electricidad; y tras la aprobación de las medidas de ahorro energético aprobadas por el Gobierno el 1 de agosto, para contribuir a la reducción del 7% del gasto energético comprometido con Bruselas en respuesta a las amenazas rusas de interrumpir el suministro del gas.
Esta escalada de los precios, iniciada en el último cuatrimestre del año pasado y agravada desde que estallara la guerra de Ucrania en febrero, está mermando notablemente el poder adquisitivo de los trabajadores en general. En el caso de los asalariados, los salarios pactados en convenio hasta julio reflejan que los sueldos suben una media del 2,5%, con lo que están perdiendo cerca de ocho puntos de poder de compra.
En este escenario, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha indicado hoy en una entrevista a TVE, que la bajada de agosto podría ser el inicio de una senda de descenso de los precios, que deje "un nivel de inflación más normal, el año que viene". Asimismo, ha querido erradicar cualquier duda sobre su posición respecto a la subida del salario mínimo interprofesional confirmando que el Gobierno equiparará su cuantía al 60% del salario medio.