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Gestión de activos

La seguridad alimentaria, sector en auge pese a la inflación

El interés por la comida de calidad abre un abanico de oportunidades

Trabajadoras clasificando fresas para su posterior venta
Trabajadoras clasificando fresas para su posterior venta

La seguridad y los controles de calidad se han convertido en un activo cada vez más importante para la industria alimentaria y para la opinión pública. Escándalos que derivan en intoxicaciones por el mal estado de los alimentos pueden hundir a una empresa y son al mismo tiempo acicate para reforzar los controles de calidad y un atractivo añadido para invertir en compañías especializadas en esta actividad, según señalan desde Credit Suisse. En un mercado dominado por las incertidumbres que genera la guerra de Ucrania, la inflación y las alzas de tipos, la seguridad en los alimentos y el control de su calidad ha de ser una constante que favorece el negocio de las empresas que se dedican a ello. Además, la regulación y la preocupación de los gobiernos por el tema es otro factor a favor. “El principal impulsor del crecimiento estructural a largo plazo en el mercado de la seguridad alimentaria es el entorno normativo más estricto. En el largo plazo, es muy favorable para toda la industria”, asegura Patrick Kolb, gestor de fondos de Credit Suisse.

La firma suiza explica que el mercado global de la seguridad alimentaria habría registrado un volumen de facturación de aproximadamente 19.200 millones de dólares en 2021. Y se prevé que de aquí a 2027, este mercado llegará a alcanzar los 33.400 millones de dólares, lo que supondría una tasa de crecimiento anual media del 9,7%.

Kolb es responsable del Credit Suisse Security Equity Fund, un fondo domiciliado en Luxemburgo, con un patrimonio de más de 2.900 millones de euros y en el que alrededor del 20% de los activos está invertido en el área de la protección de la salud, de la que las empresas dedicadas a la seguridad alimentaria forman parte. En 2022, el vehículo pierde más del 8% pero renta el 14,5% anual en el último lustro.

La principal posición del fondo, con el 3,39% de la cartera es la estadounidense Thermo Fisher Scientific, dedicada a la fabricación de kits de detención de alérgenos. Con una capitalización bursátil de 230.00 millones de dólares, en el año la acción cae casi el 10% pero mantiene una recomendación mayoritaria de compra, del 87% del total según el consenso de Bloomberg.

Otra de las posiciones más destacadas del fondo, con más del 3% de la cartera, es para la también estadounidense Mettler-Toledo, el mayor proveedor de instrumentos de pesaje para uso en aplicaciones de laboratorio, industriales y minoristas de alimentos. El 66% del consenso aconseja mantener el valor, que cae en el año el 20%.

La industria alimenticia afronta en la actualidad el desafío del encarecimiento de los costes de producción –con el aumento constante del precio de la energía y de las materias primas– pero el segmento de las empresas especializadas en la calidad y la seguridad de los alimentos cuentan con la ventaja del poder de fijación de precios, según destacan en Credit Suisse. “En un entorno con costos de producción en aumento, creemos que aquellas empresas con un alto poder de fijación de precios manejarán estos tiempos difíciles mejor”, explica Kolb.

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