El Corte Inglés resucita Ízaro Films al traspasarle todos sus activos audiovisuales
Segrega a su favor elementos de realización y producción que usa para sus campañas
Los focos vuelven a Ízaro Films, la histórica productora cinematográfica que en los últimos años había quedado reducida a una filial inmobiliaria más de El Corte Inglés.
La compañía de distribución, dentro de la reordenación de sus filiales que acomete desde hace tiempo, ha transferido todos los activos y pasivos relacionados con la actividad audiovisual de su cabecera, El Corte Inglés SA, a Ízaro Films, en un proyecto de segregación de actividades iniciado hace unas semanas y que ayer cristalizó en el Boletín Oficial del Registro Mercantil.
Una segregación realizada en dos etapas. Primero, El Corte Inglés traspasa los “elementos del activo y del pasivo afectos a la actividad de realización y producción de contenido audiovisual” a su filial Asón Inmobiliaria, la compañía que, entre otros activos, explota Torre Titania, una de las estrellas de la cartera de ladrillo del grupo.
Esta sociedad fue adquirida en 2006 a la familia Reyzábal, cuando El Corte Inglés compró el solar de la calcinada Torre Windsor, y sobre el que hoy se levanta Titania. Ízaro formaba parte de Asón, por lo que también fue absorbida por El Corte Inglés como parte de la operación, aunque entonces ya había cesado en su actividad cinematográfica para centrarla, de forma residual, en el ladrillo. Esta productora está detrás de algunos de los títulos más populares y exitosos del cine español de los 70, como Los bingueros, y también participó en la producción de Marco Antonio y Cleopatra, con Charlton Heston.
La segunda etapa de la segregación es la transmisión de esos activos audiovisuales de Asón a Ízaro Films. Entre ellos están, por ejemplo, los estudios propios que El Corte Inglés para fotografía y vídeo, junto al resto de elementos de producción y realización que la compañía posee para sus campañas.
Una forma de dotar de valor a una empresa que, a 28 de febrero de 2021, fecha de cierre del último ejercicio con cuentas disponibles, tenía unos activos de 2,7 millones, la mayor parte en inversiones inmobiliarias. Las rentas recibidas por alquileres le generaron unos ingreso de 160.000 euros ese año. Su objeto social abarca desde las “actividades audiovisuales con la distribución de películas cinematográficas”, a las “actividades de restauración, espectáculos y negocios inmobiliarios”.
No es la primera vez que en los últimos meses El Corte Inglés segrega activos en favor de una de sus sociedades. En enero hizo lo propio con Logística Avanzada, su filial logística a la que transfirió todos los activos de este tipo, excepto los inmobiliarios, así como los 3.500 empleados del grupo que se dedicaban a esta materia.
Un movimiento que se encuadró en su estrategia de diversificación del negocio, con el objetivo de potenciar los ingresos por vías alternativas a su actividad comercial clásica. En el caso de la logística, dando servicios a terceras empresas.
Desde El Corte Inglés se descarta, en estos momentos, convertir Ízaro Films en una nueva unidad de negocio que aporte nuevos ingresos, y se circunscribe la transmisión de activos a una “reordenación de actividades”.
Absorciones en Sicor y en Moinsa
El Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) también reflejó este miércoles un proyecto de absorción de Sicor, la filial de seguridad del grupo El Corte Inglés, que integrará en su balance la filial Consultores e Instaladores de Seguridad. Esta, fundada hace más de 30 años, será extinguida una vez se complete su absorción por Sicor. Un movimiento similar ha hecho una empresa de la órbita de El Corte Inglés, Móstoles Industrial (Moinsa). Esta no pertenece al grupo de distribución, sino a la Fundación Ramón Areces, y en los últimos días ha depositado un proyecto de absorción de su filial Tecnydis, bajo la que se encuentra la fábrica de mobiliario que la compañía posee en Villarubia de Santiago.