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La lucha de los bancos contra el crédito privado puede ser decepcionante

JPMorgan y Deutsche intentan buscan nuevas fórmulas para defebderse frente al avance de prestamistas como Ares, que les están desplazando

Los bancos de inversión están reflexionando sobre cómo enfrentarse al crédito privado, la industria de 1,2 billones de dólares que les está desplazando en el lucrativo negocio de la financiación de adquisiciones. Sin embargo, las ideas propuestas por JPMorgan, Deutsche Bank y otros bancos conllevan nuevos retos.

Los prestamistas directos, a menudo dirigidos por grupos de gestión de patrimonio como Blackstone y Apollo Global Management, están echando a los bancos de las grandes operaciones de compra apalancada. La adquisición de Anaplan por parte de Thoma Bravo, por valor de 10.700 millones de dólares, es un ejemplo. Los prestatarios agradecen la seguridad que supone utilizar estos vehículos, que suelen mantener los préstamos de por vida. Los bancos de inversión, por el contrario, necesitan vender los préstamos a los fondos de pensiones y a los gestores de patrimonio, y pueden elevar los tipos de interés durante el proceso de sindicación si los mercados de deuda están agitados. Hay mucho que perder: los bancos ganaron 7.000 millones de dólares en comisiones por préstamos apalancados en el primer semestre de 2022, según Refinitiv.

Los bancos están ensayando varias respuestas. JPMorgan está concediendo préstamos y manteniéndolos hasta su vencimiento en lugar de tratar de venderlos, según informó el Financial Times. Eso permite a los bancos ofrecer tipos fijos a los prestatarios. En segundo lugar, otros, como Deutsche y Credit Suisse, están creando sus propios fondos de crédito privado para obtener comisiones de gestión de patrimonio.

El planteamiento de JPMorgan supone esencialmente volver a los préstamos bancarios tradicionales. Pero inmoviliza el capital del balance durante toda la vida del préstamo. En cambio, la norma actual de vender la deuda permite a los bancos reciclar el capital varias veces al año y cobrar de media una comisión del 1% cada vez, según datos de Refinitiv, lo que aumenta la rentabilidad. Pero los accionistas y los reguladores podrían preocuparse por la exposición de un banco a los préstamos de riesgo cuanto más tiempo permanezca un préstamo en el balance.

La creación de un fondo, como están haciendo Deutsche Bank y Credit Suisse, al menos deja el riesgo en manos de terceros inversores. Y no es algo nuevo: la rama de gestión de patrimonio GS.N de Goldman Sachs, por ejemplo, se dedica al crédito privado. Pero a algunos bancos les puede costar sacar la cabeza en un campo abarrotado. Gigantes como Apollo, cuya rama de crédito gestiona 373.000 millones de dólares, serán difíciles de alcanzar. Según Preqin, a finales de junio había unos 1.000 fondos de deuda privada recaudando dinero.

Es cierto que los bancos no siempre tienen que competir con el crédito privado. Pueden ganar dinero prestando a fondos, o incluso suscribiendo grandes operaciones privadas que necesitan varios fondos. Según un sondeo reciente, casi dos quintas partes de los prestamistas directos financiarían a los prestatarios con niveles de endeudamiento que superan la friolera de 7,5 veces el ebidta. Hay un riesgo de que las aseguradoras o los grupos de pensiones que invierten en fondos de crédito privado se retiren cuando los impagos aumenten. Esto les quitaría presión a los banqueros de inversión.

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