Los CEO de los bancos europeos tienen razón en ser optimistas
Los inversores temen un 1,9% de impagos sobre los préstamos pendientes, pero es improbable que se llegue a eso
Los inversores de los bancos europeos están preocupados por una ola de impagos de préstamos. Los jefes de los bancos europeos no lo están. La subida de los tipos de interés y la crisis del coste de la vida provocarán daño económico, pero el pesimismo parece exagerado.
Los cinco mayores bancos de la región, medidos por el tamaño de sus carteras de préstamos, han bajado un 27% de media desde el 18 de febrero, la semana antes de que Rusia invadiera Ucrania. Santander, BNP Paribas, ING, Lloyds Banking Group y Société Générale cotizan al 56% del valor contable tangible a futuro, frente al 75% de entonces, según datos de Refinitiv. El nivel actual está más o menos en línea con las valoraciones durante la segunda ola de Covid-19 en 2020 y la crisis de la zona euro de 2012.
El argumento bajista es sencillo. La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, y su homólogo del Banco de Inglaterra están subiendo los tipos para frenar la inflación. El aumento de los precios, exacerbado por la escasez de gas ruso, la ralentización de la economía y el aumento de los costes de los intereses, dificultará el pago de las deudas por parte de los hogares y las empresas. Dado que los bancos operan con escasos colchones de capital en relación con los activos, incluso un modesto aumento de los impagos puede infligir grandes pérdidas a los accionistas.
Los altos cargos de la banca no se inmutan. Santander, dirigido por la presidenta ejecutiva Ana Botín, dijo el jueves que no esperaba “ningún deterioro” en la calidad del crédito. El miércoles, el consejero delegado de Lloyds, Charlie Nunn, dijo que los cargos por deterioro de la deuda mala en 2022 serían inferiores a su estimación anterior del 0,2% del total de préstamos. El viernes, BNP Paribas materializó un cargo por pérdidas crediticias en el segundo trimestre menor que el del año pasado.
Los accionistas de los bancos no comparten su optimismo. El descenso de su valor de mercado es una aproximación a la magnitud de las pérdidas de crédito que están esperando los inversores, ya que cualquier deterioro del crédito erosionará los fondos propios de los accionistas una vez haya consumido los beneficios. La caída de la valoración desde el 18 de febrero de los cinco bancos equivale, por término medio, al 1,9% de sus préstamos pendientes. Eso es más del doble de la cantidad que las mismas entidades reservaron en 2020 para cubrir los impagos inducidos por los confinamientos.
Es poco probable que una recesión este año o el próximo sea el doble de dañina que la pandemia. Para empezar, los tipos de interés están subiendo, lo cual aumenta los márgenes de los préstamos y da a los bancos ingresos adicionales para absorber las pérdidas. En segundo lugar, el desempleo europeo aumentó más de un punto porcentual en 2020, pero los economistas encuestados por el BCE esperan que siga bajando en los próximos dos años. Es difícil ver un gran aumento de los impagos mientras los prestatarios conserven sus puestos de trabajo. Los alegres consejeros delegados de los bancos están probablemente más cerca de la verdad que sus sombríos accionistas.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías