Los banqueros de inversión tiran de ingenio para hacer negocio
Están presentando planes de contingencia para preparar a los ejecutivos para la próxima calamidad
No va a ser un buen año para ser banquero de inversión. Los honorarios por asesorar sobre fusiones y OPV se desplomaron en el primer semestre, mientras que la subida de los tipos y los nerviosos mercados de deuda están inhibiendo al private equity. Así que los banqueros tienen que idear una nueva forma de hacer negocio. Hay una oportunidad en preparar a los ejecutivos que aún se tambalean por la pandemia y la invasión de Ucrania para que hagan frente a la próxima calamidad.
El valor de las fusiones mundiales anunciadas en lo que va de año ronda los 2,1 billones de dólares, un quinto menos que en el mismo periodo de 2021, según Refinitiv. Eso pese a grandes transacciones, como la compra del grupo de videojuegos Activision Blizzard por Microsoft, por 69.000 millones de dólares, y la unión del fabricante de software VMware con el gigante de los chips Broadcom, de 61.000 millones. La cantidad recaudada en OPV en el mundo se redujo en casi dos tercios, hasta menos de 70.000 millones, por el hundimiento de las Bolsas –especialmente las firmas tecnológicas–.
Ni siquiera los fondos de compra, que tienen cientos de miles de millones de fondos no utilizados, están aprovechando la liquidación. El valor de las operaciones de private equity en el mundo se hundió en mayo a su nivel más bajo en 12 meses, según S&P Global Market Intelligence. En lo que va de año, las firmas de compras han participado en operaciones por valor de 542.000 millones, lo que supone un ligero aumento con respecto a 2021, pero el número de operaciones se ha reducido un 24%. La deuda se está encareciendo a medida que suben los tipos; UBS estima que los volúmenes de préstamos de financiación apalancada se reducirán en torno a la mitad en EE UU este año y un 59% en Europa. Así, es probable que el mercado de adquisiciones financiadas con deuda se vuelva más difícil. El martes, Walgreens Boots Alliance desechó sus planes de vender su cadena de farmacias en Reino Unido, alegando que ningún comprador pudo hacer una oferta adecuada.
Los banqueros de Goldman Sachs o JP Morgan se disputan, pues, un pastel cada vez más pequeño. Los honorarios de la banca de inversión fueron de 24.800 millones en el segundo trimestre, según Refinitiv, la cifra más baja desde el tercer cuarto de 2018. Eso hace que los banqueros de inversión tengan que ser más creativos. A menudo, los asesores lanzan ideas que están dentro de un ancho de banda razonable de los resultados esperados. Pero los jefes de empresas que han pasado dos años lidiando con el Covid y la guerra están justificadamente preocupados por los riesgos de cola, o la posibilidad de que otro evento imprevisto pueda hacer tambalear su negocio.
No están paranoicos. El martes, las autoridades de EE UU dijeron que estaban intensificando los esfuerzos para vacunar contra la viruela del mono. Así, los banqueros de inversión están presentando cada vez más planes de contingencia para una serie de acontecimientos difíciles de predecir. Podría pasar un tiempo antes de que los CEO vuelvan a hacer operaciones. Los expertos en fusiones preparados para participar en la ciencia ficción de las finanzas corporativas tienen más posibilidades de conseguir que les atiendan.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías