Cómo es el impuesto a las eléctricas en otros países europeos
El enfoque tiene diferencias en Reino Unido, Italia, Grecia, Hungría y Rumanía. La propuesta británica incluye desgravaciones para invertir
En España la imposición a los beneficios caídos del cielo se atribuye a liderazgos de izquierda pero en Europa son Gobiernos de todos los signos los que lo están aplicando: desde el Reino Unido hasta Italia; pasando por Grecia, Hungría y Rumanía.
La propuesta del ministro de Hacienda del Reino Unido, Rishi Sunak, es sumarle un 25% al impuesto de sociedades para pasarlo del 40% actual al 65% durante tres años, a menos que antes de ese plazo los precios de la electricidad vuelvan a precios históricamente normales (aún no se ha dicho qué criterio definirá esa normalidad histórica).
La medida se parece a la propuesta ayer por la ministra de Hacienda María Jesús Montero porque también se aplica sobre los beneficios y no sobre los ingresos. La diferencia es que en el Reino Unido son las empresas de gas y petróleo las que deberán pagarlo, mientras que en España, Italia y Rumanía la imposición extra se centra en las generadoras de electricidad.
El plan del ministro Sunak, que ha puesto en alerta a las eléctricas británicas porque también ha hablado de una “evaluación urgente” de sus beneficios extraordinarios, es recaudar 5.000 millones de libras en los primeros doce meses (unos 5.800 millones de euros), con los que financiar parcialmente un gasto público de 15.000 millones de libras para asistir a los más golpeados por los precios crecientes de la energía.
Para sortear el posible desincentivo a la inversión del impuesto, el plan de los tories incluye un generoso programa de exenciones impositivas a las inversiones nuevas. Según Stuart Adam, del Institute for Fiscal Studies, tal vez demasiado generoso. “La exención impositiva es de un 80% del coste de las nuevas inversiones, pero se suma al 100% que ya se venía deduciendo por esos costes, así que termina siendo una exención de 180%, con el riesgo que eso supone de promover inversiones que no sean comercialmente viables”, explica.
En la coalición del Gobierno italiano, donde entran desde La Liga hasta el Partido Socialista Democrático, el liberal Mario Draghi ha aprobado un impuesto extraordinario y puntual del 25% a los beneficios de las eléctricas (tras una primera propuesta del 10%). Igual que en el Reino Unido, el objetivo del primer ministro italiano y expresidente del Banco Central Europeo es recaudar unos 6.000 millones de euros con los que contribuir a un paquete de 14.000 millones de euros para ayudar a consumidores y pequeños empresarios a enfrentar los costes energéticos, disparados con la invasión rusa a Ucrania.
No son los únicos países que han avanzado con imposiciones a los llamados beneficios caídos del cielo desde que el 8 de marzo la Comisión Europea sugirió a los estados miembro que captasen parte de los ingresos extraordinarios de las eléctricas. El Gobierno conservador de Grecia ha cifrado esos beneficios extraordinarios en 590 millones de euros y Rumanía ya puso un impuesto del 80% a los ingresos extraordinarios de las eléctricas.
Pero tal vez el plan del también conservador Viktor Orbán en Hungría es el que ha ido más lejos, con impuestos sobre beneficios extraordinarios que no se limitan a las energéticas sino que incorporan a los bancos, las empresas de telecomunicaciones y las aerolíneas.
Sobre el efecto que a nivel sectorial europeo tengan los impuestos, hay disparidad de opiniones. La agencia de calificación Scope Ratings advirtió por una “presión sin precedentes” para las empresas de servicios públicos, pero Fitch Ratings consideró que sus colchones de liquidez eran suficientes como para no temer una presión a la baja en su calificación de riesgo crediticio, “siempre y cuando las intervenciones se centren en los beneficios extraordinarios”.
Mecanismos que ya rigen en España
Minoración. En España ya hay en vigor una reducción de los ingresos extraordinarios que es el sistema de minoración para hidroeléctrica y nuclear. Según José Salmerón, de Wind to Market, “no ha conseguido los objetivos de ingresos planteados porque muchas generadoras han realizado operaciones de venta a plazo, a veces por debajo del precio del mercado, para eludir la minoración”.
Exenciones. Sigue en vigor la reducción del IVA sobre la factura de la luz del 21% al 10%. El impuesto sobre la generación, que era de 7%, ha sido suspendido, y el tributo especial de la luz pasó del 5,11% al mínimo de 0,5%.
Tope al gas. Abaratar el gas para los ciclos combinados no es un impuesto sobre beneficios extraordinarios pero también limita las ganancias en tecnologías alternativas al gas.