Meliá augura que cerrará este año con un ebitda de 400 millones de euros
La primera hotelera se compromete a reducir la deuda en 250 millones con la venta de nuevos activos
El vicepresidente y consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer, aprovechó la celebración de la Junta General de Accionistas para lanzar dos mensajes que dan por finalizado el luctuoso episodio de dos años de pandemia. Por un lado avanzó que la compañía retoma de nuevo el crecimiento como uno de los pilares del negocio para el futuro y que la hoja de ruta contempla la apertura de 40 hoteles al año, el doble del ritmo que había venido aplicando hasta la irrupción de la crisis sanitaria. En la actualidad, la compañía cuenta con 374 hoteles, de los que 320 están operativos y otros 54 están en construcción.
En paralelo, Escarrer confirmó que Meliá desplegará una estrategia financiera destinada a reducir la deuda financiera del Grupo y retornar de manera progresiva a los excelentes niveles de apalancamiento previos a la pandemia. “Como primeros pasos hacia este objetivo, el grupo ha dejado de consumir caja tras la superación de Omicron en el mes de marzo, y está previsto cerrar una nueva operación de venta de algunos activos en el segundo semestre de este año”, precisó.
Con esta operación trataría de replicar la realizada hace un año, en la que creó un vehículo inversor con Bankinter para vender ocho hoteles por 204 millones de euros. Ese vehículo estaba participado en un 85% por inversores de la entidad financiera y el restante 15% se lo repartieron a partes iguales entre Meliá y Bankinter. El objetivo es obtener una cifra similar, en torno a 200 millones, que iría íntegramente a la reducción de pasivo. Si los ocho hoteles vendidos en 2021 estaban en Península, la compañía anticipa que los activos de los que prevé desprenderse en la segunda mitad del año estarán con toda seguridad en el área del Caribe.
Dos mensajes de optimismo que se vieron reforzados con la previsión de la recuperación del beneficio antes de impuestos ya para este año. “La compañía se ha comprometido a dar un salto cualitativo en su balance y su rentabilidad tanto a corto como a medio y largo plazo, con la reducción de la deuda del grupo en al menos, 250 millones, así como a obtener un ebitda de, al menos, 400 millones en 2022”, aseguró. El resultado de explotación en 2019 fue de 471 millones de euros, con lo que la compañía anticipa que podría regresar a niveles precrisis ya este año, tras dos ejercicios en los que sumó perdidas por 596 millones en 2020 y de 193 millones en 2021.
Una mejora de las cifras que tiene mucho que ver con las buenas previsiones de reservas para temporada alta. En Meliá consideran que las ganas de viajar están pesando más que los riesgos de la coyuntura actual, como el conflicto bélico en Ucrania o el repunte de la inflación. “La emisión diaria de reservas superaba ya en abril a la de 2019 en la misma fecha. El acumulado todavía no, pero de continuar este ritmo esperamos superar pronto las reservas y la ocupación alcanzada en el verano de 2019”. Además, Meliá prevé que podrá prescindir de las ofertas de último minuto.
Un nuevo plan estratégico hasta 2024
Expansión. El plan estratégico, denominado ‘Camino hacia 2024’, prevé hacer del grupo en los dos próximos años “una empresa más grande, más rentable, más digital, más eficiente y más sostenible”. Meliá mantendrá su foco en el llamado ‘Eje Vacacional’ (desde el Caribe hasta el Sudeste Asiático, pasando por el Mediterráneo, Oriente Medio y África Oriental).
Sostenible. Otro de los mensajes más repetidos durante la Junta General de Accionistas fue la apuesta por la sostenibilidad. Escarrer detalló que el mayor exponente de esa estrategia vinculada a la economía circular será el primer hotel “neutro en carbono” (Gran Meliá Villa Le Blanc), que estará en Menorca.