Ence, papel protagonista en la industria del futuro
El modelo de negocio de la compañía, basado en la experiencia y el “know how” en el uso eficiente y sostenible de materias primas, recursos y energía, impulsa la bioeconomía circular responsable con el medio ambiente
Experiencia, know how y bioeconomía. Estos son los tres ejes sobre los que gira el modelo de negocio del que se ha dotado Ence, donde el pleno aprovechamiento de las materias primas, los recursos y la energía convierten los residuos de un proceso en los recursos de otro. Nada se tira. Todo se aprovecha.
La compañía utiliza la madera de eucalipto, procente de fuentes locales, para la producción de pasta de celulosa. El resto del material empleado, como la corteza o la lignina, permite la autosuficiencia energética y la exportación del excedente a la red en forma de generación renovable con biomasa.
Esa madera procede de las plantaciones forestales del Noroeste de España, sumideros de CO2 que permiten avanzar hacia la neutralidad climática comprometida en los objetivos de la Unión Europea; según Aspapel (Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón), el pulmón verde gestionado por la industria papelera permite fijar unos 47 millones de toneladas de CO2. Además, con alternativas naturales y bajas en carbono como las suyas, la empresa promueve el desarrollo del entorno rural.
Asimismo, la compañía contribuye con su actividad a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en la Agenda 2030 de la ONU. Particularmente, los relativos a la producción de energía limpia y no contaminante, a la acción por el clima y el cambio del modelo productivo y, en el capítulo social, a la generación de empleo de calidad y la promoción de la igualdad de oportunidades.
Capital natural
Con un sistema basado en la creación de valor a partir del capital natural, Ence reconoce la sostenibilidad como uno de los pilares fundamentales de su Plan Estratégico 2019-2023 que, según fuentes de la empresa, queda reflejado en “un sólido sistema de gobierno, una firme apuesta por su integración en la cultura de la compañía y una planificación estratégica de las actuaciones en este ámbito”.
El resultado de la aplicación de estos principios en los procesos productivos de la compañía es el reconocimiento de los más exigentes baremos internacionales, como la etiqueta Ecolabel de la Unión Europea para su celulosa –desde 2019– o el sello ambiental Nordic Swan –desde 2014–, uno de los más exigentes del mundo que evalúa el impacto en el medio ambiente de los productos a lo largo de todo su ciclo de vida.
Una parte de la madera se utiliza para la producción de celulosa, y otra, la biomasa, para generar energía
La biofábricas, ubicadas en Pontevedra y Navia (Asturias)disponen, además, de certificados como Residuo Cero de Aenor, garantizando que Ence valoriza una muy alta proporción de los residuos generados –con valores superiores al 95%–, y como SURE, un esquema de verificación que avala la gestión sostenible de la biomasa utilizada en la generación renovable de las plantas.
La industria del futuro requiere un modelo de negocio basado en los postulados de la bioeconomía circular y la empresa papelera los ha integrado en sus plantaciones forestales, en sus plantas y en sus productos finales tal y como aparecen en la definición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO): “La producción, utilización y conservación de los recursos biológicos, incluidos los conocimientos relacionados, la ciencia, la tecnología y la innovación, para proporcionar información, productos, procesos y servicios a todos los sectores económicos con el objetivo de avanzar hacia una economía sostenible”.
Un delicado equilibrio donde la industria, encargada de gestionar las materias primas de forma eficiente y de proveer a la sociedad de productos responsables que faciliten la protección medioambiental, juega un papel protagonista.
Del campo a su mesa
ENCE es el principal gestor forestal privado de España. En sus más de 65.000 hectáreas de superficie repartidas entre las comunidades de Galicia, Asturias y Cantabria, en el noroeste, y Huelva, en el sur del país, apuesta por el sistema de gestión integrado y la I+D+i, prestando especial atención a la mejora genética y silvícola y al control de plagas y enfermedades.
Con 1,2 millones de toneladas anuales de capacidad instalada, las biofábricas de Pontevedra y Navia convierten a la compañía en líder europea en producción de pasta de celulosa de eucalipto.
Atendiendo al principio de economía circular, sus procesos arancan en unas plantas autosuficientes en materia energética gracias a la biomasa, y continúan con sus bioproductos reciclables, biodegradables y compostables.
La empresa ha desarrollado la línea Ence Advanced, productos de celulosa que gracias a su reducida huella ambiental y a su versatilidad, pueden ser utilizados en múltiples aplicaciones, como en bandejas de uso alimentario, alternativa más segura y sostenible que el plástico.