El Ibex pone fin a cuatro semanas a la baja y recupera los 8.300 puntos
El euro pierde los 1,04 dólares por primera vez desde 2016
La incertidumbre se ha convertido en un ingrediente estrella en los mercados en los últimos años y las decisiones de los bancos centrales para tratar de poner bajo control a una inflación descontrolada no están ayudando.
Las Bolsas cierran una semana de fuerte volatilidad marcada por los mensajes de los banqueros centrales. En la zona euro, el BCE ha dejado claro que la primera subida de tipos en 11 años podría llegar este mismo mes de julio, tras el fin de las compras de deuda. Mientras, en Estados Unidos, el presidente de la Reserva Federal Jerome Powell –que ha logrado ser ratificado para un segundo mandato– ha dejado caer que la batalla de la institución contra la inflación, que se situó en abril en el 8,3%, puede provocar que el aterrizaje para la economía estadounidense no sea del todo “suave”. Powell ha reconocido esta semana que la amenaza de efectos de segunda ronda de la inflación en el mercado laboral –vía subida de salarios– y una posible recesión son las grandes piedras en el camino de la institución para atajar la escalada de los precios. “Así que será un desafío, no será fácil. Aquí nadie piensa que será fácil”, ha asegurado para añadir que “sin embargo, creemos que hay caminos... para que lleguemos allí”. Eso sí, el mercado ha respirado con alivio tras la afirmación de que no prevé una subida de los tipos 75 puntos básicos para la próxima reunión.
Una incertidumbre a la que se ha sumado el fuerte castigo sufrido por las criptodivisas y las denominadas stablecoins y que ha vuelto a señalar la correlación que existe entre el mercado de Bolsa y estos activos no regulados, dado que la caída de estas divisas digitales –y su recuperación al cierre de la semana– ha llegado afectar a algunas empresas tecnológicas.
En Europa las Bolsas han optado por las ganancias, poniendo fin a una racha de caídas semanales, mientras que la corrección en la renta variable estadounidense ha continuado. Bien es cierto que partían en el año de niveles muy distintos después de que los principales índices de Wall Street lograsen marcar máximo tras máximo en 2021. El Euro Stoxx 50 avanzó un 2% en la semana, mientras que el Dax repuntó un 2,59% y el Cac 40 sumó un 1,67%. En la retaguardia se sitúan el Ibex y la Bolsa británica. El selectivo español logra por la mínima cerrar la semana en positivo: avanza un 0,19% y se sitúa en los 8.338,1 puntos. El Ftse británico logró escapar a los recortes con un 0,4% pese al castigo a las mineras.
En contraposición, al cierre de las Bolsas europeas, a media sesión el Dow Jones acumulaba un recorte del 2% en la semana, superado por las caídas del Nasdaq Composite (-2,5%) y del S&P 500 (-2,7%). Tras las fuertes caídas registradas durante la semana las empresas tecnológicas rebotaron con fuerza el viernes e impulsaron a todas las Bolsas. El Nasdaq recuperó un 3,9% y ejerció para balón de oxígeno para las principales Bolsas del Viejo Continente que cerraron con subidas superiores al 2% a excepción del Ibex. El selectivo español se conformó con un 1,68%.
Con la campaña de resultados llegando a su fin los expertos consideran que existen pocos alicientes para que la recuperación de la renta variable. “Aunque las decepciones han pesado mucho en las cotizaciones, en general la campaña de resultados ha sido positiva en los principales índices. En un contexto de riesgos económicos al alza, estimamos que la pérdida de la referencia de los resultados será un riesgo adicional para las Bolsas”, señalan los analistas de Macroyield.
Las caídas en Bolsa de las últimas semanas han traído a primera línea el fantasma de la recesión. Aunque Gobiernos y organismo internacionales han revisado a la baja sus previsiones de crecimiento, Yves Bonzon, director de inversiones de Julius Baer descarta un escenario de contracción. “Los sectores privados de EE UU y Europa no muestran ningún síntoma de desequilibrios endógenos y la inflación debería empezar a invertirse a medida que los efectos de la pandemia y la guerra en Ucrania sobre la cadena de suministro de materias primas empiecen a desaparecer”, subraya.
En una semana que ha estado marcada por los bandazos solo cuatros sectores escaparon a las subidas. El de recursos básicos retrocedió un 2,79%; el sanitario, 1,3%; el energético, un 1,15% y de medios de comunicación, un 0,45%. En el lado de los ascensos, el consumo al por menor (retail) lideró los ascensos (4,12%), seguido de cerca por el consumo básico (3,27%) y las firmas de lujo (3,24%).
Dentro de la Bolsa española las mayores ganancias de la semana tuvieron como protagonistas al sector bancario. BBVA avanzó un 5,69%; Sabadell, un 4,38%; Bankinter, un 3,1% y Santander, un 2,92%. Solo por encima de ellos se situó Grifols, que sumó un 5,8%. Aunque en las últimas jornadas el miedo a una recesión se ha saldado con importantes correcciones, las expectativas de que el BCE acabe con los tipos cero está sirviendo de impulso a la banca, un sector que durante años ha padecido las dificultades de obtener ingresos en la era del dinero barato.
Con una caída del 11,35%, Meliá se ha convertido en la cotizada más bajista después de que varias firmas de análisis recortasen sus recomendaciones. No muy lejos se situaron Almirall (-8,3%), Naturgy (-8%) e IAG (-6,27%). Lewis Grant, gestor de renta variable de Federated Hermes Limited considera que “mientras continúe la guerra y persistan las presiones macroeconómicas, es probable que tanto los nombres energéticos como los valores value sigan siendo refugios relativos para los inversores de renta variable a largo plazo”.
La volatilidad no es solo cosa de la renta variable. En contexto de normalización monetaria, la renta fija es el activo más sensible. Con las rentabilidades al alza, la deuda va camino de firmar uno de sus peores años. “A punto de finalizar el programa de compra de activos del BCE, los mercados de renta fija en Europa están teniendo una especie de crisis existencial con respecto a la fijación de precios del riesgo de crédito. Creemos que esto deja a los diferenciales de los bonos corporativos propensos a ventas masivas más grandes”. En una semana en la que el BCE ha acaparado todas las miradas, la rentabilidad del bono a 10 años concluye sin apenas cambios en el 2%. Por su parte, la alemana se sitúa al filo del 1% y el italiano se aproxima poco a poco al 3%.
Las tensiones geopolíticas cobran fuerza. Rusia no ha tardado en responder al ingreso de Finlandia en la OTAN. Además de cortar el envío de gas a Europa a través del gasoducto que pasa por Polonia y de la electricidad a Helsinkin, el mercado de crudo no ha escapado a las sacudidas. La recuperación vivida por el oro nego el viernes (3,6%) no fue suficiente para borrar las pérdidas en la semana. El crudo de referencia en Europa retrocede un 0,92% y se sitúa en los 111 dólares después de que la Agencia Internacionar de la Energía (AIE) y la OPEP recortasen sus previsiones de demanda de petróleo para este año.
El gas, el producto más afectado por la guerra, corrigío el viernes parte de los ascensos registrados un día antes. En la semana cae un 3,25% en las últimas cinco sesiones y pierde la barrera de los 100 euros.