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Good News ultima una ronda de 10 millones para crecer en Europa

Tiene 18 puntos de venta y prevé llegar a los 50 al final de este ejercicio

Foto de los fundadores de Good News frente a un local en Barcelona.
Foto de los fundadores de Good News frente a un local en Barcelona.

Los quioscos de prensa ya andaban de capa caída antes de la pandemia. Las suscripciones digitales y el cambio cultural hacia las redes sociales para informarse redujeron significativamente el negocio. Muchos empresarios andaban como locos por desprenderse de ese negocio. Uno de ellos, con el quiosco situado en la Avenida Diagonal de Barcelona, tuvo la suerte de topar en los primeros meses de la pandemia con los fundadores de Good News, una ‘startup’ que buscaba mantener los kioskos de prensa y crear nuevas experiencias. “Cuando le compramos el kiosko, el dueño se fue a recorrer España y Marruecos en bicicleta”, asegura Jan Barthe Cuatrecasas, consejero delegado de la compañía.

“Había ciudades como París o Berlín que querían reconvertir los kioskos en puntos de recogida de Amazon o en centro de objetos perdidos. Nuestro objetivo era conservar el kiosko y crear una nueva experiencia alrededor. Y pensamos que el café sería el mejor aliado, así que empezamos a hacer una campaña en la que regalábamos café o prensa al que trajera una buena noticia”, recalca Barthe. En su opinión, ese “buen rollo” generado durante la pandemia fue el que fidelizó a los clientes. “Muchos venían preguntando por el café y dónde lo podían comprar. Ese interés dio lugar a otras dos vías de negocio: el café para particulares y empresas”.

Tras tres rondas de financiación en la que captaron 5,3 millones de euros, la empresa ultima otra de 10 millones en junio parar irse a otras capitales europeas del norte. “En la actualidad tenemos 18 puntos de venta (9 tiendas y 9 kioskos) entre Barcelona, Madrid y París y el objetivo es llegar a 50 a finales de este año”. El café forma parte fundamental de esa estrategia en dos vertientes. Por un lado han creado un modelo de suscripción por un precio que oscila entre 35 y 41 euros al mes, que incluye un kilo de café y la maquina para moler para acabar con la contaminación de las capsulas. “Queremos democratizar el café de calidad y romper la barrera económica”. Barthe recalca que el café que venden en sus kioskos y tiendas procede de cooperativas de Colombia y México donde está garantizado que no hay trabajo infantil. “Algo que no sucede en el resto de competidores como Starbucks y Mcdonalds”.

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