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La nueva cara del Palacio de Luces

El hotel asturiano acaba de culminar su reforma, con la renovación del spa y las habitaciones

Fachada del hotel CoolRooms Palacio de Luces.
Fachada del hotel CoolRooms Palacio de Luces.

Desde que CoolRooms adquirió el Palacio de Luces, en 2018, empezaron una reforma del hotel en tres fases que acaba de culminar. Las habitaciones, que se pueden disfrutar desde 240 euros por noche, han sido el último eslabón de un proyecto de renovación, diseñado por el estudio Globhi, que ha modernizado por completo este palacio del siglo XVI, manteniendo su esencia.

El alojamiento, el único Relais & Châteaux de Asturias, está rodeado por 13.000 metros cuadrados de jardines, entre los que se descubre una pequeña ermita de la misma época que el edificio principal. Ubicado en lo que se conoce como Comarca de la Sidra, es el centro de un marco incomparable que limitan el mar Cantábrico, con las playas de Lastres, La Griega y La Isla, en el norte, y los Picos de Europa, en el sur. Si bien uno de los lugares más conocidos de la zona es el faro de Lastres, el último que se construyó en Asturias y escenario de la serie Doctor Mateo.

La ermita del interior de la finca.
La ermita del interior de la finca.

Este entorno privilegiado se puede disfrutar desde cualquiera de las 44 estancias del hotel, pero no solo desde sus balcones y miradores, sino también a través de la propia decoración. El mobiliario ha sido retapizado con textiles florales, que contrastan con los tonos neutros y los tejidos naturales que reinan en la mayoría de los espacios. Los estampados vegetales y los tonos verdes de las habitaciones son la prolongación de los paisajes, que rinden homenaje a los antiguos habitantes de la casa, que viajaron al continente americano, de donde trajeron tratados de botánica y plantas exóticas con las que ahora se decora el huerto.

La palmera, presente en toda casa de indianos, como fue también el Palacio de Luces, es otro puente entre el exterior y el interior del alojamiento, pues, además de coronar el jardín, es el nombre que recibe el gastrobar que se encuentra al atravesar el vestíbulo, con un aire más informal que el restaurante principal. Cuando el tiempo lo permite, cuenta con una acogedora terraza con zona chill out, donde las noches de verano se tocará música en directo. Tras este espacio se llega a Tella, hasta ahora conocido como el Balcón del Sueve, tomando prestado el nombre de la sierra que enmarca las espectaculares vistas desde su gran ventanal. La cocina está a los mandos del chef Nacho García Canellada, que ofrece un producto local, de mar y montaña, combinando platos de raíces asturianas con la influencia de las Américas y con un reto en mente: conseguir su primera estrella Michelin.

Una de las habitaciones del Palacio de Luces.
Una de las habitaciones del Palacio de Luces.

El spa de la planta inferior ha sido otro de los últimos elementos en adaptarse a los estándares de CoolRooms. Este cuenta con una piscina climatizada conectada con el jardín, un gimnasio de 80 metros cuadrados, camas calientes de relajación y cabinas de masaje para tratamientos. Pero, sin duda, la joya de la corona es su sauna panorámica con vistas al exterior.

Solo el interior del hotel es un destino en sí mismo, pero desde la marca buscan que se aproveche la estancia al máximo y se descubran el resto de secretos de la Comarca de la Sidra. Por eso han creado la figura del guest experience, que se encarga de investigar el perfil de cada cliente para poder ofrecerle una estancia personalizada, así como una serie de experiencias únicas. Un ejemplo de ello es la visita a la conservera de Anchoas Hazas, a escasos 30 metros del alojamiento y donde el producto es preparado de manera artesanal, sobando las anchoas a mano y despeinando una a una con un mimo extraordinario. La visita se puede combinar con una cata por 40 euros.

El restaurante Tella, donde también se sirven los desayunos.
El restaurante Tella, donde también se sirven los desayunos.

Otra de las experiencias que organizan desde el Palacio de Luces es una visita a la fábrica de quesos de Los Caserinos (15 euros), en Villaviciosa, donde se explora una granja gestionada de manera completamente familiar.

Y para los amantes del mar, una excursión al puerto de Lastres para conocer la pesca tradicional, observar el trabajo que hay detrás de las redes de pescar o dar un paseo en barco hasta el faro para descubrir la costa (40 euros).

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