Autónomos y por qué no es mala idea que tengan seguro de responsabilidad civil
Estos seguros cubren los perjuicios que el negocio pueda ocasionar a terceros.
Los trabajadores autónomos tienen la ventaja de ser su propio jefe, pero también la responsabilidad de hacerse cargo de los daños y perjuicios que su negocio pueda ocasionar a terceros.
Los trabajadores autónomos deben disponer de un seguro de responsabilidad civil que cubra las indemnizaciones que puedan recibir a raíz de reclamaciones que se e hagan al negocio por daños causados a terceros.
Los expertos de Txerpa indican que en estos casos la responsabilidad civil es la obligación que tienen los autónomos de tener que reparar un daño que hayan causado tanto ellos como alguien que esté bajo su responsabilidad.
Cabe tener presente que los seguros por responsabilidad civil sirven para hacerse cargo de la indemnización que se derive de los daños materiales o personales que se han generado a terceros.
Los profesionales autónomos pueden ser, según los expertos, la causa de un daño. Estos daños, que pueden producirse o bien por negligencia, por omisión o por otras circunstancias, pueden considerarse como un delito y podrían llegar a tener consecuencias penales, por lo que es necesario que estos profesionales tengan un seguro de responsabilidad civil.
Tipos de seguro de responsabilidad civil
Los autónomos pueden contratar o bien un seguro de responsabilidad civil general o de responsabilidad civil profesional. Los generales los suelen contratar las empresas o los autónomos que pueden causar daños a la hora de ejercer su actividad. Un ejemplo de ello serían los albañiles. En este caso, el seguro de responsabilidad civil garantiza el seguro de reclamación ante daños directos, personales o materiales y su cantidad puede variar desde los 150.000 euros hasta varios millones.
Por otro lado, el seguro de responsabilidad civil profesional asegura principalmente los daños que se puedan causar en elementos patrimoniales. Se trata de daños que se han producido debido a errores, a negligencias o a omisiones en el desarrollo de la actividad. Una de las situaciones que pueden llevar a recurrir a este tipo de seguro es el caso en el que el trabajador realice declaraciones de Hacienda y no aplique beneficios fiscales que supongan un ahorro al cliente aunque por ley le correspondan. En este caso, el seguro deberá indemnizar al afectado por la cantidad perdida.