El Ibex firma su peor sesión en dos semanas y cae un 1,3% en el primer mes de guerra
El selectivo español pierde los 8.400 puntos
Sin novedades en el frente, los inversores aprovecharon la subida del petróleo y el repunte de las rentabilidades de la deuda para recoger beneficios. Un día después de que el Ibex 35 recuperara los niveles previos a la guerra, las ventas volvieron a imponerse. El selectivo español cayó un 1,87% y perdió los 8.400 puntos, lejos de los 8.500 que llegó a tocar en la apertura. Hasta el momento, el balance de la Bolsa estaba siendo muy positivo. De las últimas ocho jornadas, siete se habían saldado con avances, pero ayer esta corriente se truncó y el Ibex firmó su peor sesión en dos semanas, caída que eleva las pérdidas en el primer mes de guerra al 1,3%.
El comportamiento del Ibex se mantuvo en línea con el registrado por el resto de índices europeos. El Dax alemán bajó un 1,3%; el Cac francés, un 1,17%; el Mib italiano, un 0,96% y el FTSE británico, un 0,22%. La euforia que recorría el mercados en las últimas jornadas empieza poco a poco diluirse. La falta de entendimiento entre Rusia y Ucrania pone en duda las expectativas de un alto al fuego en el corto plazo. Lo que menos gusta al mercado es la indecisión. A la espera de conocer si EE UU y la Unión Europea acuerdan elevar las sanciones a Moscú, los inversores aprovechan las recientes subidas para hacer caja.
Juan José Fernández-Figares, director de Link Securities, resta importancia y solidez a las subidas de las últimas jornadas. “Todo parece indicar que en las últimas semanas se está imponiendo en las Bolsas la estrategia de comprar aprovechando las recientes caídas”, afirma. El experto señala que para saber si esta estrategia es la adecuada o hay que ser más selectivos y apunta que la temporada de resultados del primer trimestre será un buen termómetro. En las próximas semanas “las empresas darán a conocer el impacto que está teniendo ya en sus negocios la guerra y, sobre todo, el que esperan que tenga a medio plazo”, destaca.
Un mes después de la invasión, las Bolsas europeas continúan sin recuperar los niveles previos al conflicto. En las últimas cuatro semanas las caídas oscilan entre el 6,4% del Mib y el 0,5% del FTSE británico. La dependencia bancaria y la mayor exposición de algunas de las entidades a la economía rusa (Unicredit cifra su exposición a los 7.400 millones) explican el peor desempeño de la Bolsa transalpina.
Aunque Wall Street no logró escapar ayer a las pérdidas, la menor dependencia energética de Rusia y el tirón de las tecnológicas permiten a los tres índices de referencia recuperar de manera holgada las cotas previas a la arranque de la guerra. Como ya se demostró en los momentos más duros de la pandemia, el perfil defensivo de las firmas tecnológicas ha vuelto a cobrar un especial protagonismo y logran sobreponerse a la subida de tipos en
EE UU. Después de un inicio de año en el que la expectativa de recuperación llevó a los inversores a incrementar su apetito por el riesgo, ahora que las dudas acechan los inversores buscan certezas. Aquí las cotizadas de crecimiento son la opción de menor riesgo. En el último mes, el Nasdaq suma un 7,9%. “Las Bolsas parecen haberse acostumbrado a esta nueva situación de escalada de tensiones geopolíticas”, señala el equipo de análisis de Portocolom AV.
Más allá de las pérdidas, la volatilidad ha sido la tendencia imperante en el primer mes de conflicto en los mercados. Aunque las oscilaciones más bruscas se han producido en los activos de riesgo como la Bolsa, la renta fija no ha permanecido inmune. Los bancos centrales no han dudado en endurecer el tono, aunque el crecimiento económico empiece a perder fuerza. La amenaza que suponen las elevadas tasas de inflación lleva a las principales instituciones a acelerar la normalización monetaria, una idea que ejemplifica muy bien el Banco de Inglaterra, donde los tipos de interés recuperan el nivel prepandemia, y la Reserva Federal.
El aumento del coste de financiación está sirviendo de impulso a las rentabilidades de la deuda. Aunque ayer los bonos se tomaron un respiro aprovechando la salida de dinero de la renta variable, en el último mes el bono español ha sumado 11 puntos básicos hasta situarse en el 1,37%. Por su parte la deuda alemana al mismo plazo repunta 18 puntos, hasta el 0,46%. Más intensos han sido los ascensos en el mercado estadounidense y con mayor incidencia aún en los plazos cortos. El bono a 10 años suma 33 puntos, hasta el 2,33%, mientras la deuda a cinco y dos años avanza 44 y 51 puntos básicos hasta el 2,34% y 2,11%, respectivamente. La primera subida de tipos desde 2018 y la posibilidad de que en la reunión de mayo la Fed anuncie un repunte de las tasas de 50 puntos básicos y la reducción del balance ha impulsado el aplanamiento de la curva de deuda en EE UU. “A partir de ahora, la dirección de los mercados de bonos estará determinada por el impulso general de la combinación de políticas fiscales y monetarias”, señala François Rimeu, estratega senior de La Française AM.
Caidas de más del 10% para bancos y automovilísticas
Sectores. Aunque en las jornadas de mayor tensión casi todos los sectores se tiñeron de rojo, desde el estallido de la guerra diez consiguen escapar a las ventas mientras la otra decena se deja llevar por las pérdidas. Entre los sectores más castigados sobresalen las automovilísticas (-14,5%) y los bancos (-10,26%). Hasta el inicio del conflicto, las expectativas de recuperación sirvieron de impulso a las automovilísticas, que el 13 de enero marcaron máximos históricos. Esta situación contrasta con el entorno actual en donde las compañías se ven penalizadas por el aumento de las materias primas como el aluminio, el paladio o el níquel, materiales indispensables para la fabricación de vehículos. Al aumento de los costes se suma el cierre de fábricas en Rusia en respuesta a la invasión, un fenómeno que ha acelerado los recortes. El repunte de las rentabilidades de la deuda al calor de la retirada de los estímulos no ha sido suficiente para maquillar las pérdidas que registran las entidades un entorno de reducción del crecimiento. El repunte de las materias primas y la menor aversión al riesgo ha servido de impulso a las empresas de recursos básicos (9,44%) y sanitarias (5,91%), los dos sectores que mejor han resistido a las sacudidas, seguido muy de cerca por el energético que avanza un 5,71% favorecido por la subida del precio del gas y el petróleo.
Valores. De los 35 valores que componen el selectivo, 21 cotizadas escapan a las caídas. Solaria (50,31%), Pharma Mar (31,24%) y Acciona (20,51%) son las compañías que han registrado el mejor comportamiento. La mayor aversión al riesgo de los inversores y las expectativas de una mayor inversión en renovables para reducir la dependencia de Rusia han servido de catalizador a las compañías de energías alternativas. Durante jornadas el mercado llegó a especular incluso con la idea de que la Comisión Europea replicara el modelo de emisión de deuda para hacer frente a la pandemia y recurriera a los eurobonos para financiar la compra y renovación de las infraestructuras. Entre las cotizadas con peor comportamiento sobresalen Cie Automotive (-17,93%), Inditex (-14,71%) e Indra (-11,79%). Fuera del Ibex 35 Deoleo sube un 26,6% en el mes que va de guerra ante escasez del principal exportador de aceite de girasol a España. Desde Ucrania proviene el 60% de lo que se vende en nuestro país. Por su parte la cadena de supermercados Dia retrocede un 14,19% afectada por las sanciones impuestas por Bruselas a Mijail Fridman. El revuelo causado en el mercado llevó a la compañía a remitir un comunicado a la CNMV afirmando que ningún accionista de LetterOne, incluido Fridman, ostenta, ni individualmente ni mediante acuerdo con otros accionistas, el control de LetterOne. El fondo es propietario del 77,7% del capital de Dia.
Oro. El metal amarillo, activo refugio por excelencia, sube un 1,5% desde el inicio del conflicto, hasta los 1.938,02 dólares la onza. En los primeros días de la guerra, el oro llegó a tocar los 2.050,76 dólares, máximos de agosto de 2020.