Por qué la residencia virtual puede ser una buena opción para autónomos
Los profesionales podrían ubicar en Estonia sus actividades profesionales y realizar la gestión desde otro país
La llamada e-residencia o residencia virtual se posiciona como un referente para autónomos y emprendedores. El programa, implantado ya en Estonia, permite que cualquier persona pueda convertirse en residente de un país gracias a una tarjeta digital similar al DNI electrónico.
La tarjeta virtual no da derecho a la nacionalidad en otro país, pero sí permite al profesional realizar determinados trámites, como es firmar documentos, o fundar empresas offshore.
El auge del teletrabajo ha disparado el empleo de este tipo de recursos. Desde Billin aseguran que gracias a la residencia virtual se puede fundar una empresa en Estonia y gestionarla de manera remota. Estos beneficios abren muchas puertas a autónomos y startups.
Además de eso, la tramitación de la residencia virtual es relativamente sencilla. El trámite se completa en 20 minutos, lo cual facilita la gestión a la hora de fundar una empresa. Por otro lado, la burocracia y los impuestos a pagar son menores, por lo que su uso se recomienda para empresarios y empresas emergentes.
A la hora de gestionar la residencia virtual hay que tener también en cuenta que los beneficios que obtenga la empresa se ingresarán en la cuenta bancaria de Estonia, aunque podrán gastarse en cualquier país. Sin embargo, los ingresos personales estarán sujetos a la legislación fiscal del país donde resida el profesional.
Entre las actividades profesionales que más pueden beneficiarse de la residencia virtual destacan la promoción turística, asesoría, servicios digitales, SEO, diseño web, consultoría y desarrolladores, entre otras.
Documentos para solicitar la tarjeta
Para obtener la residencia virtual se debe presentar una foto del DNI y una foto de carné, además de una tarjea Visa o MasterCard y una carta de motivación.
El profesional deberá rellenar también un formulario en inglés con sus datos personales y pagar la tarifa para obtener la residencia virtual, que se encuentra entre los 100 y los 120 euros. Asimismo, tendrá que describir el motivo por el que se solicita la residencia virtual en Estonia.
A continuación, se deberá esperar a que la Policía de Estonia y la Guardia Fronteriza revisen la documentación y verifiquen los antecedentes penales. El tiempo de respuesta suele tardar entre 3 y 8 semanas.
El último paso, una vez se ha concedido la tarjeta virtual, consistirá en que el profesional solicite un kit de identidad digital y registre sus huellas digitales.