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Las donaciones en vida marcan récord: ¿es la mejor fórmula?

La fiscalidad no debería ser el principal motivo por el que hacer una donación

En los últimos años, las consultas legales y fiscales sobre la conveniencia de donar en vida a los hijos o a otros familiares antes de que cambien los impuestos no han dejado de crecer. Tanto que esas consultas se han materializado en un incremento de las donaciones, marcando, en 2021, cifras récord.

En concreto, según el último informe del Consejo General del Notariado, el número de donaciones ha llegado a las 174.866 en 2021, un 30,7% más que en 2020 y bastante lejos de las cifras que veíamos hace cinco años, cuando el número era de 87.734 donaciones.

Desde el Consejo General del Notariado sostienen que detrás de esta subida récord hay dos explicaciones: “Existe cierto efecto de solidaridad intrafamiliar e intergeneracional para paliar los efectos de la crisis económica provocada por la COVID-19. También hay que tener en consideración las expectativas de subidas impositivas que han podido acelerar o incrementar el número de donaciones temiendo una pérdida de capital mayor si se materializan las subidas de tipos”.

Y es que sobre esto último ha habido mucho ruido en los últimos años. El impuesto de Sucesiones y Donaciones es un tributo que está cedido a las comunidades autónomas, que son las que, a día de hoy, tienen la potestad para fijar sus propias tarifas y bonificaciones. Y esto es lo que hace que en la actualidad veamos tantas diferencias entre regiones -por ejemplo, en Cantabria hay una bonificación del 100%, mientras que, en Madrid, Andalucia, Murcia y La Rioja hay una reducción del 99% en el caso de las donaciones entre padres e hijos y entre cónyuges y parejas de hecho- y que haya muchas voces que aboguen por armonizar estos impuestos, entre los que se incluye, también, el de patrimonio.

¿Hacia dónde vamos? Por el momento, solo son declaraciones. Lo que sí se ha presentado este mes de marzo es el Libro Blanco del Comité de Expertos para la Reforma del Sistema Tributario, aunque la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya ha descartado una subida fiscal de inmediato por el contexto internacional que vivimos por la guerra en Ucrania. Con todo, en ese documento de 800 páginas que fue encargado por Hacienda, los expertos sí que proponen un tipo mínimo para Sucesiones y Donaciones.

Por qué la fiscalidad no debe ser lo más importante

“Cuando nos planteamos hacer una donación, que es un adelanto de la herencia, no nos podemos fijar solo en los efectos del corto plazo, como los impuestos, se trata de una cuestión no solo económica, sino también personal, familiar y patrimonial”, explica Belén Alarcón, socia y directora de Asesoramiento Patrimonial de Abante.

Porque, aunque la fiscalidad es un elemento importante a tener en cuenta, nunca debe ser el motivo principal por el que tomar una decisión. Debemos siempre pensar más allá, en cómo nos va a afectar a nosotros, y recordar, también, que los impuestos cambian y que van a seguir haciéndolo.

¿Qué es lo primero que debemos hacer si estamos pensando en hacer una donación a nuestros hijos?

Lo primero que deberíamos hacer es reflexionar, tomarnos un tiempo para pensar tranquilamente y no tomar decisiones emocionales. Y para ello, para poder tener claro sobre qué vamos a decidir, lo más recomendable es hacer un ejercicio de planificación patrimonial y sucesoria en el que tengamos una foto clara de todo nuestro patrimonio y nuestras finanzas y en el que respondamos a preguntas cómo: ¿qué es lo quiero para mí? ¿Y para mis hijos? ¿Cómo puedo evitarles conflictos? ¿Qué pasará con mi empresa o con este inmueble? ¿Cómo puedo evitar que mis hijos hagan un uso ineficiente del patrimonio?

Responder a todas estas cuestiones nos va a ayudar a pensar con calma, a tener en cuenta todas las variables antes de tomar decisiones y a contextualizar bien la decisión de hacer una donación o no y ver su coste económico. Pintar en números nos va a servir para conocer, de verdad, su impacto económico.

Reflexionar y pensar en nuestros objetivos vitales y personales nos va a ayudar para ser conscientes de nuestras circunstancias para no donar una parte del dinero que puede que nosotros necesitemos en el futuro porque, por ejemplo, podamos tener una dependencia e incurrir en más gastos. Hacer este ejercicio nos va a dar seguridad para el futuro y nos va a ayudar a trazar el plan que necesitamos para nosotros y para nuestra familia.

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