Francia pide a sus empresas que suspendan su actividad en Rusia
El país matiza que es mejor que las compañías no se retiren del país
Las autoridades francesas han pedido a sus empresas presentes en Rusia que se impliquen plenamente en las sanciones económicas europeas para presionar al poder en Moscú, pero también que es mejor suspender las actividades sin retirarse del país.
Este es el mensaje que les transmitieron a los consejeros delegados de un conjunto de grandes grupos reunidos este viernes en el Elíseo por el presidente, Emmanuel Macron, y varios de sus ministros, según los testimonios filtrados este sábado por el diario Le Figaro.
Uno de esos dirigentes, bajo anonimato, contó al periódico que "se nos recordó que cada empresa es libre de reflexionar sobre su situación y de asumir sus responsabilidades sobre su estrategia en Rusia".
Pero de acuerdo con esa misma fuente, el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, dijo que parece "más razonable detener sus actividades durante la crisis en lugar de salir de forma precipitada del país de forma unilateral y sin prevenir".
En la reunión estuvieron, entre otros, los responsables ejecutivos de Société Générale, Engie, Airbus, Safran, Arianespace, Thales, Eramet, Air Liquide, Auchan o Danone.
Segundo inversor en Rusia
Francia, como recordó este sábado el secretario de Estado de Hacienda, Olivier Dussopt, es el segundo inversor extranjero en Rusia, pero el primero por el número de empleados locales en las empresas francesas allí, en total unos 160.000.
Sometido a la presión de Le Maire, el grupo energético TotalEnergies anunció el martes que no aportará más capitales a nuevos proyectos en Rusia, pero no hizo mención sobre una posible retirada de un país en el que obtiene entre el 3% y el 5% de sus ingresos mundiales.
En el sector del lujo, el gigante LVMH (que tiene 124 boutiques y 3.500 trabajadores) anunció el viernes el cierre temporal de sus tiendas. Lo mismo hicieron Chanel (17 tiendas con 371 empleados) y Hermès (3 tiendas con 60 empleados).
El armador CMA-CGM también indicó el martes que suspendía las operaciones en todos los puertos rusos por una duración indeterminada. Hay muchas otras grandes compañías que continúan sus actividades, como el grupo de distribución Auchan o Danone, para el que ese mercado representa en torno al 5% de sus ventas.
Entre estas destaca el fabricante automovilístico Renault, para el que Rusia supone el segundo mercado en importancia solo por detrás de Francia, con 482.264 coches vendidos el pasado año, un 28,8 % de los que se matricularon allí. La filial local AvtoVaz (conocida sobre todo por la marca Lada) le reportó 2.800 millones de euros en 2021 de los 46.200 millones que consiguió en total la marca del rombo.
En cuanto al banco Société Générale, este jueves indicó que está en condiciones de "absorber las consecuencias de un escenario extremo". Es decir, una eventual expropiación de su filial rusa Rosbank, con 2 millones de clientes y 12.000 empleados.
Rosbank, valorada en 3.200 millones en las cuentas de su casa matriz, pesa un 2,8 % de los ingresos de Société Générale y un 2,7 % de su resultado neto.
Exposición limitada
Pese a todo, en una entrevista a la emisora de radio France Info, Dussopt hizo hincapié en que más allá de esa fuerte presencia de sus empresas, "la economía francesa es una de las menos expuestas directamente (en Europa) a perturbaciones de la economía rusa". Para ilustrarlo dijo que Francia solo vende a Rusia el 1,3% del total de sus exportaciones y compra el 1,6% de las importaciones.
El secretario de Estado avanzó que el primer ministro, Jean Castex, anunciará en los próximos días un "plan de resiliencia" para proteger la economía francesa del impacto de la invasión rusa de Ucrania, que tendrá un carácter "selectivo".
"Se trata de ayudar a las empresas y a los sectores que están directamente impactados por la guerra en Ucrania", indicó el responsable de Hacienda, que puntualizó que el plan habrá de respetar, además, las reglas de la competencia europeas en lo que se refiere a las ayudas públicas.
Más allá de este dispositivo en dirección de las empresas, el Ejecutivo contempla prolongar el "escudo" que bloquea los precios de la electricidad y el gas para particulares y empresas, y que va a tener un costo para el Estado de 17.000 millones de euros hasta el 30 de junio.