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Crónica de Bolsa

El Ibex cae un 3,4% y pierde los 8.200 puntos con la guerra en Ucrania

El selectivo español firma su peor sesión en cuatro meses

Los inversores aceleran la salida de la Bolsa y se refugian en la deuda

Ucrania y la evolución del conflicto bélico acaparan la atención del mercado. El buen sabor de boca que dejaron las conversaciones entre las autoridades ucranianas y rusas se vieron ensombrecidas por el avance de las tropas rusas hacia a Kiev y intenso ataque contra Járkov. El recrudecimiento de la situación en el este de Europa aceleró la salida de dinero de la renta variable y esto se tradujo en intensas caídas de las Bolsas. El Ibex 35, que desde el estallido de la guerra había mantenido un comportamiento errático, retrocedió un 3,42%. Además de tratarse del mayor recorte desde la aparición de ómicron a finales de noviembre, con esta caída el selectivo español vuelve a perder la barrera de los 8.200 puntos, mínimos de febrero de 2021.

Aunque la caída de las rentabilidades sirve de balón de oxígeno a las utilities, la posibilidad de que Bruselas excluya el gas del ‘pool’ eléctrico para abaratar la factura de la luz les sentó mal, un negocio con fuerte peso en el Ibex. El recorte del 4,4% que registró el sector en Europa fue superado por Endesa (-7,48%) e Iberdrola (-6,17%) en el mercado español, dos de las cotizadas más castigadas en la sesión. Junto a estos descensos, sobresalieron los registrados por IAG (-7,12%) y bancos como Sabadell (-6,86%), Bankinter (-6,34%%), Santander (-5,19%), BBVA (-3,66%) y CaixaBank (-4,22%). Aunque las entidades todavía conservan las ganancias en el año, la caída de los rendimientos de la deuda y el deterioro de las perspectivas económicas ha rebajado a la mitad las ganancias en el año, mientas en Europa el sector retrocede un 8% en lo que va de 2022.

El descenso de la Bolsa española se situó en línea con el registrado por sus homólogos europeos. El Dax alemán bajó un 3,85%; el Cac francés, un 3,94%; el Mib italiano, un 4,14% y el FTSE británico, un 1,72%. Los descensos tienen su réplica en Wall Street. Al cierre de los mercados europeos el Dow Jones retrocedió un 2% mientras el S&P 500 y el Nasdaq bajaban un 1,5%.

Los índices europeos profundizan las pérdidas en lo que va de año y se prologan la corrección en la llevan inmersos en las últimas dos semanas. Es decir, caen más de un 10% desde los máximos de comienzos de año cuando las expectativas de recuperación y de normalización monetaria llevaron a los inversores a incrementar su apetito por el riesgo con una clara preferencia hacia sectores cíclico como la banca. El escenario abierto por el conflicto es bien distinto y lo que prima por encima de todo es la búsqueda de refugio. La compra de dólares, bonos y oro se convierte en una de las estrategias más deseadas, tendencia que cobró un protagonismo especial.

Mientras los inversores aprovechan la incertidumbre para deshacer sus posiciones en la Bolsa, la renta fija vuelve a recuperar parte del brillo perdido. Las rentabilidades de la deuda, que en los últimos meses habían acelerado la escalada, corrigen parte del ascenso. Aunque las caídas de los rendimientos fueron generalizadas, uno de los activos protagonistas de la jornada fue el bono alemán a dos años. Un mes y medio después de que el bund entrara en terreno positivo, la aversión al riesgo y las expectativas de que los bancos centrales retrasen la subida de tipos llevan a la deuda alemana a diez años a caer al -0,072%, lejos del 0,3% que tocó el 15 de febrero. Aunque el impacto económico de la guerra y de las sanciones a Rusia siguen siendo una incógnita, los operadores del mercado retrasan a 2023 la subida de tipos en la eurozona, la primera desde 2011.

La caída de los rendimientos y consiguiente subida del precio de los bonos fue generalizada. El bono español a 10 años cayó del 1% mientras el estadounidense al mismo plazo se desfonda al 1,7%. Desde hace unas sesiones los mercados han dejado de descontar una subida de 50 puntos básicos en la reunión de marzo.

La guerra en Ucrania lleva a los bancos centrales a replantearse los planes. Aunque el alza las materias primas mete presión a la inflación, una subida de tipos en el contexto actual acrecienta las alarmas de recesión. La temida estanflación (elevada inflación combinada con tasas de crecimiento bajas) vuelve a primera línea.

Bajo la premisa de buscar refugio, el oro firmó su segunda jornada consecutiva al alza con una subida del 1,3%, hasta los 1.930 dólares, máximos anuales. El metal amarillo continúa estando un 6,4% por debajo del récord de 2.063 que registró con el Gran Confinamiento que acompañó al estallido de la pandemia.

Más allá de la aversión al riesgo y la búsqueda de refugio, la guerra en Ucrania está contribuyendo a incrementar la volatilidad. El índice Vix sube a los 33,6 puntos, máximos anuales. Los analistas señalan que a corto plazo el conflicto será el que condicione la marcha de los mercados.

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