S&P sitúa la salida a Bolsa entre los factores para dar el grado de inversión a El Corte Inglés
Bajar la deuda a tres veces el ebitda será decisivo para concederlo
El Corte Inglés persigue su ambición de obtener la calificación de empresa con grado de inversión, nota que otorgan las agencias de rating y que define a las empresas más solventes y, por tanto, con menos posibilidades de incurrir en impagos de deuda. Algo que, además, permite a estas acceder a mejores condiciones de financiación.
Hoy, El Corte Inglés está más cerca que hace un mes de llegar a esa nota, y lo quiere hacer valer en la negociación que mantiene con sus bancos para refinanciar su deuda. Pero las agencias le ponen deberes.
En las últimas semanas, tanto Moody’s como Standard & Poor’s (S&P) han mejorado a estable la perspectiva crediticia de la compañía, cuyo rating está en el escalón inferior al investment grade. Las agencias están valorando la recuperación de su negocio, como también los 1.050 millones que aporta la Mutua tras su alianza y lo que ello supone para la reducción de deuda.
Este es el principal factor para una mejora: reducir la deuda por la vía que sea. Y entre las condiciones que S&P pone para el grado de inversión, incluye hasta la salida a Bolsa.
“Podríamos considerar una mejora de nota si se llevara a cabo una potencial salida a Bolsa, y El Corte Inglés utilizara parte de los fondos para repagar deuda”, dice el informe, fechado el pasado 15 de febrero. El grupo de distribución se ha comprometido con Mutua, propietario del 8% de su capital, a explorar una salida al mercado en los próximos seis años, como vía para darle una opción de salida. Un compromiso no vinculante y que no parece cercano, teniendo en cuenta además que El Corte Inglés aspira a obtener el grado de inversión en los próximos meses.
Para ello, S&P le pone otros deberes. “Elevaríamos el rating de El Corte Inglés si el rendimiento operativo del grupo, y su política financiera, llevaran a una mejora sostenida de sus métricas crediticias, incluyendo una reducción permanente de su deuda a través de una mejora de sus beneficios y de su flujo de caja”, dice la agencia.
Entre los objetivos concretos, esta habla de reducir el endeudamiento a un ratio inferior a tres veces el ebitda ajustado “de forma sostenida”. S&P estimaba que el ebitda ajustado, al cierre del ejercicio que concluirá el 28 de febrero, estaría entre los 750 y los 800 millones de euros, con unos ingresos de 12.000 millones. Pero reconoce que “el rendimiento de El Corte Inglés sobrepasará nuestras estimaciones previas para el año”.
Con esto en cuenta, y con los fondos de la operación que Mutua utilizará para enjugar su deuda, S&P calcula que, durante 2022, El Corte Inglés alcanzará un ratio de apalancamiento de tres veces el ebitda, trazando un ratio de entre 2,8 y 3,3 veces. De mantenerse en la parte baja, el grado de inversión estaría más cerca.
Otra vía para obtenerlo, que la caja generada por sus operaciones corrientes equivalga al 30% de su deuda, aunque S&P estima que estará entre el 23% y el 28% durante 2022. También ayudará el flujo de caja libre sea “positivo de forma consistente y crezca a un ritmo suficiente para cubrir el pago de dividendos”.
Y por último, S&P indica como factor para darle a El Corte Inglés el grado de inversión que “lleve a cabo una política financiera comprometida para mantener estos ratios”. Deberes para el consejero delgado, Víctor del Pozo, y su director financiero, Óscar Fernández de Llano.