La Reserva Federal ve justificada una subida de tipos más rápida que en 2015
En las próximas reuniones se abordará la reducción del balance
Con la inflación en máximos de 40 años, los miembros de la Reserva Federal concluyeron en la pasada reunión que se daban las condiciones para proceder a un repunte de los tipos "pronto". Desde el pasado 25-26 de enero ha cobrado fuerza la idea de que en marzo el banco central de EE UU acabara la era de los tipos cero. Es decir, dos años después de que Jerome Powell tomara las riendas y anunciara en una reunión extraordinaria que baja el precio del dinero al 0-0,25%, el mercado se prepara para la normalización monetaria.
"La mayoría de los participantes señalaron que si la inflación no baja como esperan, sería apropiado que el comité ajustara las decisiones y procediera a una normalización monetaria más rápida de lo previsto", recogen las actas de la pasada reunión. El aumento de los precios ha llevado a los funcionarios de la institución a revisar al alza sus expectativas de subida de tipos para este año. De hecho, la mayoría de sus miembros se mostraron a favor de subir los tipos a un ritmo más acelerado que en 2015, cuando Janet Yellen acabó con la era del dinero barato, años después del estallido de crisis financiera.
Lo que todavía sigue sin conocer es la intensidad de la primera subida. Algunos son partidarios de elevar las tasas en 50 puntos básicos mientras otros abogan por un repunte algo más suave. Es decir, de unos 25 puntos básicos. En las últimas sesiones los inversores han empezado a poner en precio una subida de las tasas más virulenta. Para este 2022 se prevén un alza de 150 puntos básicos, en comparación con los 75 de hace una semana. Es decir, en los próximos nueve meses la Fed podría llevar a cabo hasta seis repuntes, frente a las tres previstas a finales de 2021.
Además del alza del precio del dinero, la reducción del balance empieza a cobrar fuerza. Según se desprende de las actas, los funcionarios se mostraron partidarios de una "reducción significativa". Aunque los participantes acordaron que los detalles sobre el momento y el ritmo de la liquidación se determinará en las próximas reuniones, coincidieron en señalar que las condiciones económicas y financieras actuales justifican un ritmo más acelerado que el experimentado entre 2017-2019. En las próximas reuniones se abordará el tema. De momento, el único banco central que ha acelerado la reducción es el Banco de Inglaterra. La estrategia seguida por la institución ha sido doble: dejar de reinvertir los bonos de gobierno que vencen y proceder a la venta del stock de deuda corporativa. Tras la publicación de las actas Wall Street cotiza en signo mixto mientras el bono a 10 años se mantiene por encima del 2% que recuperó ayer.