Un financiero de la casa para tener las cuentas claras en Técnicas Reunidas
Eduardo San Miguel, nuevo consejero delegado, gestionará el crédito de la SEPI para remontar tras la caída del negocio
Un perfil financiero que sube en el escalafón de Técnicas Reunidas, en un contexto especialmente afectado por los temas del dinero. Eduardo San Miguel González de Heredia (Madrid, 1967) asciende desde la dirección financiera para convertirse en consejero delegado. Juan Lladó, presidente y representante de la familia primera accionista, mantendrá poderes ejecutivos y permanecerá al frente del consejo, pero compartiendo la gestión con el nuevo CEO.
Las dificultades financieras de la pandemia hicieron que la empresa de plantas industriales pidiera financiación a la SEPI, que ya ha dado su visto bueno a un total de 340 millones de euros. Las pérdidas de la empresa y la importancia de los contactos con la banca para negociar deuda también pueden haber pesado en el cambio.
San Miguel es hijo de Cristina y José, dos alumnos de Deusto que se trasladan a Madrid. Él está orgulloso de su educación en el Colegio del Pilar de la calle Castelló de Madrid (marianistas) por los valores que inculca. Destacó jugando al baloncesto en su etapa colegial, y luego se licenció en Derecho y Empresariales en Icade E3, donde conoció a su mujer, Rosa Velasco, ahora directora económica de Red Eléctrica.
Entre 1991 y 1999 ejerce su primer trabajo, en Arthur Andersen, como auditor y posteriormente como consultor en Administraciones públicas. De 2000 a 2003, es director financiero de su filial española de grandes grupos de comunicación internacionales, acometiendo procesos de compra y reestructuración.
Al año siguiente ficha por Initec Plantas Industriales, filial de Técnicas Reunidas, como director financiero, dando soporte a la expansión internacional del grupo y tomando conocimiento del sector de petróleo y gas. De 2005 a 2014 fue director financiero adjunto del grupo Técnicas Reunidas: se encargó de la salida a Bolsa, de la relación con inversores, del establecimiento de un modelo de planificación económica o del desarrollo de un modelo sostenible de financiación, entre otras funciones.
Hace ocho años ascendió a director financiero, puesto desde el que se ocupó de las negociaciones con Hacienda y el diseño de un sistema de tributación adaptado al nuevo entorno BEPS (Base Erosion and Profit Shifting), de la apertura a fuentes de financiación no bancaria, la gestión de riesgos y el pilotaje del Plan Transforma, que busca relanzar la eficiencia del grupo en sus operaciones. Ha tenido un papel fundamental, dicen en la compañía, en la gestión de la financiación del fondo de rescate de la SEPI en los dos últimos años.
De su estilo de gestión, él destaca la delegación y confianza en su equipo, para hacer crecer a sus integrantes “a fin de que puedan sacar lo mejor de sí mismos”. Tiene dos hijos: Eduardo, nacido en 1998, y Alba, en 2000. Ambos siguen su estela en Icade y en el baloncesto. Le gusta la música (Joseph Haydn para buscar la paz y AC/DC para activarse) y la pintura del siglo XX, es madridista, viajero impenitente y amigo de los grandes viñedos del mundo (“borgoña desde siempre y Gredos mirando al futuro”).
La cúpula
Al frente del grupo, como presidente ejecutivo, sigue Juan Lladó Arburúa, economista por la Universidad de Georgetown, en Washington DC, y MBA por la Universidad de Austin (Texas, EE UU). Fue tesorero de Argentaria en 1997-98 y luego ya vicepresidente primero de la empresa familiar, Técnicas Reunidas, hasta 2020, en que sustituyó a su padre, José Lladó Fernández-Urrutia, en la presidencia ejecutiva. Se opta por un modelo anglosajón de gobernanza, apostando por la promoción interna, en que se separan las figuras de presidente y CEO, aunque ambos tengan funciones ejecutivas.
Junto a San Miguel estará Arturo Crossley, hasta ahora responsable de la dirección general comercial, que es el nuevo adjunto al consejero delegado y director general comercial y de estrategia. Y el adjunto a San Miguel hasta ahora en la dirección de finanzas, Javier Díaz Hevia, asume la jefatura de este departamento.
El objetivo de los cambios es que quienes tienen mayor relación con la actividad también puedan decidir con rapidez durante la reactivación económica prevista. La reanudación de proyectos tras la pandemia, así como un mayor ritmo de contratación en el sector y un enfoque hacia las oportunidades que presenta la transición energética son los puntos clave para la firma, que fue referencia mundial en los servicios a la industria petrolífera y gasista.
La SEPI y sus asesores independientes han sancionado la petición de financiación de Técnicas con cargo al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, que se está retrasando más de lo esperado. Accederá a un crédito ordinario de 165 millones y uno participativo de 175 millones, a la espera de la aprobación del consejo gestor del fondo y del Consejo de Ministros. Además de su carácter estratégico, se ha tenido en cuenta que el 60% de sus 7.000 trabajadores están en España.
Durante la presentación de los resultados del tercer trimestre de 2021, Lladó reconoció que la empresa pasa un “presente difícil”, pero se mostró convencido de que ha atravesado “el punto de inflexión hacia la plena normalización y el crecimiento”.
Las pérdidas a septiembre de 2021 eran de 156 millones, frente a un beneficio de 7,3 millones en el mismo periodo de 2020. Además de la pandemia, ha afectado el encarecimiento de las materias primas, que ha ralentizado los proyectos de Técnicas. Problemas comunes a la industria, que obligarán a Eduardo San Miguel a hacer cuentas.
Las cifras
En 2020, la facturación de Técnicas Reunidas fue de 3.500 millones de euros.
Ha participado en crear un millar de plantas industriales en 60 países durante sus seis décadas de existencia.