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Inversión

Fondos monetarios, cuentas o depósitos: qué es mejor con los tipos a cero

Las carteras de renta fija a ultracorto plazo perdieron de media un 0,4% en 2021

La situación es complicada para los ahorradores que quieren la máxima seguridad. Con la inflación al 6,5% en España, la rentabilidad real de todos los activos sin riesgo es negativa, y en varios casos, no solo la real, también la nominal. Los fondos monetarios, que invierten en renta fija a corto plazo, han sufrido las turbulencias de los tipos al cero desde hace años.

Los cinco mejores (véase gráfico) a duras penas consiguen situarse en positivos en los últimos 12 meses, y las pérdidas en los que peor se comportan llegan al 1%, según Morningstar. Los depósitos y, especialmente, las cuentas corrientes se han convertido en el refugio que menos daña el bolsillo de los inversores más conservadores.

Los fondos monetarios cayeron de media el año pasado un 0,4%, según los datos de Inverco, aunque los que mejor se comportaron –Mediolanum Fondcuenta E, Trea Cajamar Corto Plazo A y Mediolanum Fondcuenta S– lograron anotarse pequeñas rentabilidades. Todos los demás (138) sufrieron números rojos en el último año, de acuerdo a la base de datos de Morningstar.

En negativo desde el verano de 2015

La evolución de los tipos de interés, en negativo a corto plazo desde hace ya siete años –las letras españolas a seis están en rentabilidades negativas desde el verano de 2015– han causado estragos en este producto de inversión, la alternativa natural a los depósitos y a las cuentas corrientes.

En España, el patrimonio de los, hasta el momento, fondos blindados ha ido disminuyendo, hasta situarse a finales del año pasado en unos mínimos 4.500 millones de euros, frente al total de 317.500 millones que atesoraban los fondos de inversión.

Cierto es que en este cajón se incluyen solo los que cumplen con las características de la clasificación estricta de la CNMV para este tipo de fondos, que solo pueden invertir en activos a cortísimo plazo. Una parte de los considerados fondos monetarios, según los criterios de Morningstar, se engloban en los de renta fija, que sumaban un total de 79.085 millones. Estos últimos también han sufrido pérdidas: del 0,3% los de deuda a corto plazo y del 0,66% los de largo plazo.

Mientras tanto, el dinero en cuentas corrientes y depósitos de las familias alcanza los 945.000 millones de euros en noviembre, divididos en 863.831 en cuentas corrientes y los restantes 81.157 millones en depósitos. Las rentabilidades medias están por los suelos. La buena noticia es que, de media, no pierden dinero.

El interés de todos los saldos de las cuentas corrientes –no solo de las nuevas operaciones– se sitúaba en noviembre en el 0,02%, mientras que el tipo medio ponderado de los depósitos a todos los plazos alcanzaba el 0,04%. Unas rentabilidades casi inapreciables, y que en realidad suponen pérdidas si se descuenta el aumento de los precios, pero al menos sin los números rojos contantes y sonantes de los fondos de inversión de renta fija a corto plazo.

También hay depósitos con rentabilidades que llegan al 1%. Pero para encontrarlos es necesario acudir al extranjero. A través de la plataforma Raisin se pueden contratar nueve depósitos de bancos europeos con una remuneración del 1% o superior a diferentes plazos, la mayoría largos. Aunque estos intereses no consiguen batir la inflación actual, sí permiten suavizar su impacto en los ahorros.

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