Serras, el hotel en el que pintó Picasso
El edificio, levantado en 1846, acogió el primer estudio del artista malagueño
No es un hotel cualquiera. Se encuentra en un lugar privilegiado y desde su apertura en 2015 ha sido pionero al abrir camino en una de las zonas de Barcelona más desconocidas para el turista, incluso para los propios barceloneses. Situado en el corazón del barrio Gótico de la ciudad, en el paseo de Colom, frente a la Marina Port Vell, un exclusivo puerto con yates de hasta 190 metros, a un paso de una de las zonas más de moda como es El Born, y a 700 metros de la catedral de Barcelona, el hotel Serras, propiedad de la familia del empresario Jordi Serra, fue uno de los primeros en asentarse en la zona, a la que poco a poco van llegando nuevas enseñas.
Detrás de la discreta y elegante fachada del edificio, diseñada en 1846 por Francesc Daniel Molina, el mismo arquitecto que construyó la Plaza Real de Barcelona, muy cerca de Las Ramblas, se esconde una historia que despierta la curiosidad de los amantes del arte: en la azotea del inmueble fue donde en 1896 Pablo Picasso, cuyo museo se encuentra a escasos metros, tuvo su primer estudio. Y en ese escenario pintó obras tan emblemáticas como Ciencia y caridad,
El hotel, que mantiene viva la historia de tan ilustre inquilino, pertenece a la colección Legend de Preferred Hotels & Resorts y cuenta con 28 habitaciones y suites, todas con balcones y vistas al exterior. Unas orientadas al mar Mediterráneo y otras a las pintorescas calles del barrio.
Las habitaciones, decoradas con un toque elegante y urbano, están equipadas con colchones hechos a mano y un sistema de sonido envolvente, y ofrecen detalles, como una copa de cava, unos chocolates o un aperitivo de bienvenida. Los productos del cuarto de baño son de la marca francesa Diptyque. De la decoración se ha encargado la diseñadora Eva Martínez, que ha conjugado un universo que fusiona el estilo neoyorquino moderno con una línea catalana clásica. En homenaje al pasado industrial de Barcelona, se ha combinado el acero, la madera y las baldosas hidráulicas tradicionales de la ciudad con una decoración elegante y moderna.
La luz natural se cuela en el lobby para dar la bienvenida al cliente, ese al que el personal, según asegura Carla Serra, portavoz de la familia propietaria, no escatima en mimos y cuidados. La dirección del hotel está en manos de Ona Matas. “Queremos crear experiencias inolvidables y que el servicio sea realmente personalizado”, afirma Serra. Un plus: el desayuno con zumos naturales, frutas, panes y dulces artesanales, yogures, cereales orgánicos y embutidos locales.
Otra de las joyas del hotel se encuentra en el piso superior, en la sexta planta: se trata de una terraza oasis, con una pequeña piscina y hamacas para tumbarse, con vistas al horizonte mediterráneo. También dispone de un pequeño gimnasio, equipado con todo tipo de aparatos para mantenerse en forma. El precio de las habitaciones, a partir de 255 euros.
Un punto fuerte, la cocina de Marc Gascons
Uno de los pilares que marca la diferencia dentro del hotel Serras es la gastronomía. Para ello cuentan con la asesoría del cocinero Marc Gascons, que tiene una estrella Michelin en el restaurante Els Tinars ( Llagostera), encargado de elaborar una carta que reinterpreta recetas de la cocina tradicional catalana. El restaurante Informal incluye platos como patatas bravas con un toque picante (8,50 euros); croquetas de jamón de ibérico o de rustido de pollo (3,40 euros); alcachofas fritas del Prat con romesco y queso parmesano (15,50 euros); una ensalada de perdiz roja en escabeche, encurtidos, setas de temporada, col y granada (21,50 euros); un surtido de arroces, canelones de pollo rustido (24,50 euros); un rib eye a la brasa (32,50 euros), o un rodaballo a la brasa (31,50 euros). Cuenta con una carta de vinos nacionales e internacionales.