Renfe y Trenitalia aceleran su expansión ante el dominio de SNCF y DB en Europa
La italiana acaba de estrenar la línea Milán-París; Renfe se lanza hacia Francia y Centroeuropa y tantea Reino Unido
La liberalización del transporte de viajeros en Europa en diciembre de 2020 activó una carrera por la internacionalización entre las grandes operadoras públicas que deriva ahora en nuevos servicios transfronterizos a la vista. Con la francesa SNCF y la alemana DB muy consolidadas en el mapa europeo, son ahora Trenitalia y Renfe las que esprintan para competir con sus servicios de alta velocidad.
La italiana acaba de estrenar el pasado día 18, la línea Milán-Turín-Lyon-París, en la que cuenta de partida con dos frecuencias diarias de ida y vuelta con billetes desde 23 euros por trayecto. Es la primera en competir con SNCF en alta velocidad en territorio galo tras un largo periodo de homologación de sus trenes Frecciarossa 1000.
Además, esta avanzadilla de la italiana se complementará con otras tres frecuencias diarias entre París y Lyon, uno de los corredores estrella de SNCF. Ya para finales de 2022, Trenitalia prevé el arranque en la Madrid-Barcelona con su marca Iryo y el consejero delegado del grupo, Luigi Corradi, ha confirmado a medios italianos que el plan pasa por conectar inmediatamente después las dos principales ciudades españolas con Milán. Habrá, por tanto, una ruta de alta velocidad España-Francia-Italia.
En plena ofensiva del ferrocarril para desplazar al avión en rutas cortas, se verá ahora si la alta velocidad es competitiva en desplazamientos largos. La Milán-París tendrá poco más de seis horas de viaje para cubrir 900 kilómetros, frente a algo más de hora y media que ofertan Ryanair, Vueling, Easyjet o Air France, entre otras. Trenitalia ya operó trenes transfronterizos entre Italia y Francia a través de su filial Thello, pero canceló sus operaciones con el estallido de la pandemia. Ahora aspira a dar nuevos saltos con el Frecciarossa, que ha sido homologado ya en siete países (España será el octavo).
SNCF actúa en su mercado local, llega a Reino Unido, Suiza, Italia, entra en España con servicios transfronterizos y opera como local con su marca Ouigo. Y la potente DB lleva sus trenes a todos los países del entorno de Alemania, con rutas a Viena, Zúrich, Luxemburgo, Praga, Bolonia, Varsovia y un largo etcétera. De momento, la expansión de ambas es incontestable.
Homologación
Desde el Gobierno español se han hecho insistentes llamadas a los distintos socios de la UE para que faciliten la competencia, tal y como ordenó la Comisión Europea y ha hecho la propia España. Renfe continúa en proceso de homologación de su material rodante, incluido el futuro Avril de Talgo, para su circulación hasta París. La española opera tráficos transfronterizos en alianza con SNCF, pero trata de montar su propia operativa en el país vecino e intenta meter la cabeza en otros mercados.
La operadora que preside Isaías Táboas ha mostrado interés por competir con SNCF por el tráfico entre París y Londres a través del Eurotúnel. El rival controla la operadora Eurostar International Limited, donde tiene un 55% del capital y cuyo servicio en 2019 fue utilizado por siete millones de viajeros. El trayecto París-Londres se realiza en poco más de dos horas y cuarto, muy competitivo frente al avión.
En cuanto a la entrada en la firma privada checa Leo Express con un 50%, Renfe ha adquirido posiciones en países como Eslovaquia y Polonia, así como con la adjudicación de licitaciones de OSP en la propia República Checa. Leo también ha estado operando en Alemania desde 2017 para FlixTrain a través de un servicio Open Access de larga distancia entre Berlín y Stuttgart.
La española combate la posición periférica de España, que dificulta una conectividad comercialmente atractiva con el centro de Europa, ganando concursos como operadora de alta velocidad en EE UU, México y, anteriormente, en Arabia Saudí. A ello suma ahora operaciones corporativas y su interés por los servicios públicos regionales en media Europa.