El plan B de los turistas rusos para pasar sus vacaciones en España
El Ejecutivo no reconoce como válida la vacuna Sputnik. Los viajeros hacen escala en Grecia o Hungría que sí la aceptan.
En 2019 llegaron a los principales destinos turísticos en España 1,3 millones de viajeros rusos, alcanzándose un máximo histórico y convirtiéndose en uno de los mercados emisores más atractivos por su elevado poder adquisitivo. El cierre del tráfico aéreo por la crisis del coronavirus, unido a la inmunización masiva de ciudadanos rusos con la vacuna Sputnik, no reconocida por el Gobierno de España, apuntaban a un desplome sin precedentes del flujo de viajeros.
Nada más lejos de la realidad. Un informe del metabuscador online ruso Aviasales, al que ha tenido acceso Cinco Días, revela cuál es el modus operandi utilizado por los turistas rusos para viajar a España y esquivar las prohibiciones normativas. La clave está en que los turistas, al no poder desplazarse directamente a España, hacen el viaje en dos etapas. La primera les lleva desde Rusia a Grecia o Hungría, países que sí aceptan la doble vacunación con Sputnik y que reciben tráfico aéreo procedente de ese país desde agosto. A partir de ese mes, las reservas aéreas de Rusia a Hungría han crecido un 180% y otro 65% a Grecia, unas cifras que se quedan cortas frente al avance experimentado por los vuelos desde esos dos países de tránsito a España.
Clientes fieles
Las reservas desde Hungría a España se han disparado un 1.800% y desde Grecia también han crecido un 540%. De ese fenómeno también se están beneficiando otros países del arco mediterráneo, como Francia, Italia o Portugal, que tampoco reconocen como válida la doble pauta con Sputnik. “Nuestros datos reflejan que los rusos tienen muchas ganas de viajar y que ni el covid se interpondrá en su camino. Incluso ni las restricciones por las vacunas, como muestran los increíbles datos de los vuelos que conectan desde agosto Hungría y Grecia con España, Francia, Italia o Portugal. Esto debe ser una llamada de atención a los destinos para que sean conscientes de la fidelidad y la determinación del turista ruso y para que creen productos específicos para ese mercado”, subrayó un portavoz de Aviasales, que en la actualidad maneja una cuota de mercado del 20% de las ventas en Rusia.
Un escenario que no parece que vaya a cambiar en el corto plazo, ya que la vacuna rusa sigue sin estar reconocida tanto por la Unión Europea como por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que han mandado nuevos requerimientos de información a las autoridades ante las numerosas dudas surgidas durante los estudios previos a la autorización.
Los datos de pernoctaciones en establecimientos hoteleros hasta noviembre en España, que hizo públicos el jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE) ya mostraban el impacto de la mayor llegada de viajeros rusos, aunque fuera haciendo escala en los aeropuertos húngaros y griegos. De las 13.523 pernoctaciones registradas en septiembre de 2020 se pasó a 49.646 en el mismo mes de 2021, lo que supuso multiplicar la primera cifra casi por cuatro. En octubre el aumento fue aún más llamativo al pasar de 9.689 a 53.419 estancias en apenas doce meses y quintuplicar la cifra registrada en 2020. Un ritmo de avance que se mantuvo estable en noviembre, donde se pasó de las 6.291 pernoctaciones en 2020 a 35.317 estancias en 2021.
El porcentaje de gasto duplica el de las llegadas
Llegadas. España recibió en 2019, último año antes de la pandemia, 1,31 millones de turistas rusos, lo que supuso un nuevo máximo histórico de la serie que mide el INE. Esta estadística certifica que se superó por primera vez la cifra de un millón de viajeros en 2016. El volumen de viajeros rusos apenas representó un 1,5% del total de los 83,7 millones que llegaron en 2019.
Gasto. Los porcentajes en esta estadística son superiores. En 2019, el gasto de los viajeros rusos fue de 1.992 millones, un 2,16% de los 91.911 millones gastados en ese ejercicio. Si el indicador es el gasto medio por viajero, el procedente de Rusia gastó 1.516 euros, 417 euros más que la media nacional