Una reforma concursal que apueste por la supervivencia
El Gobierno aprobó ayer el proyecto de ley de reforma concursal, que incorpora a la legislación española la normativa europea sobre insolvencias y cuyo primer objetivo es facilitar la superviviencia de empresas inmersas en dificultades financieras. El texto, al que todavía resta su andadura parlamentaria, no puede ser más oportuno, en medio de una crisis económica histórica que ha convertido a España en una de las economías que registrará un mayor incremento de insolvencias en 2021 respecto a 2019, un 24% más, según datos del Consejo General de Economistas. La combinación de un tejido empresarial integrado de forma mayoritaria por pequeñas y medianas empresas y de una actividad en la que tienen un peso sustancial aquellos sectores productivos más expuestos a las restricciones contra el Covid-19, como el turismo o la hostelería, explican este fuerte aumento de las situaciones de insolvencia. Pese a lo abultado de los datos, el número de empresas en dificultades es menor de lo que apuntaban algunas de las previsiones realizadas hace un año. Tampoco se espera, una vez retiradas las medidas extraordinarias de ayuda a las empresas, una eclosión de concursos tan abundante como se preveía en los primeros meses de la pandemia.
Pese a ello, un gran número de empresas españolas necesitan, ahora más que nunca, una regulación concursal moderna, más flexible y eficaz, enfocada a evitar el concurso y a facilitar la refinanciación. Uno de los aspectos más destacados de la reforma es una mejor regulación de la fase preconcursal con el fin de proteger a aquellas empresas que son realmente viables y de evitar su liquidación. El texto contiene novedades, como la desaparición de los acuerdos extrajudiciales de pago, que en la mayor parte de los casos no sirven para evitar cierres, o la apuesta por los planes de reestructuración o de refinanciación en una fase temprana, todas ellas dirigidas a salvar a aquellas empresas con posibilidades de salir adelante. El fuerte carácter preventivo de la legislación, que apuesta por poner la venda antes de la herida, se advierte en aspectos como la regulación de una serie de indicadores de aviso para que la empresa conozca y valore el riesgo de insolvencia.
España afronta en los próximos meses la dura tarea de afianzar la recuperación económica en un entorno plagado de riesgos. Avanzar cuanto antes en la tramitación de esta nueva reforma concursal, puliendo y enriqueciendo en lo posible el texto, puede ayudar de forma clave a muchas empresas a superar sus dificultades, a buscar los medios de refinanciarse y a fijar la mirada en el futuro.