Por qué todos los emprendedores deberían escribir una carta de amor a sus ciudades
Lugares como Madrid pueden alimentar su valor en el ecosistema global mediante el crecimiento de comunidades genuinas en torno a las startups
Sé que todos los fundadores y VC piensan que su ciudad es la mejor del mundo. Pero, ¿por qué no podemos tener razón todos? Como locales, somos testigos de los beneficios, las oportunidades y los retos de los hogares que elegimos. Y eso conlleva una responsabilidad: cantar las alabanzas de nuestro ecosistema en aras de hacerlo más rico, más diverso y de mayor alcance.
Nuestra plataforma de inversión acaba de abrir una oficina en el corazón de Madrid y para mí fue un sueño hecho realidad, porque significaba que podría trabajar para elevar la capital de España como un paraíso para las startups, desde dentro.
España está avanzando como nuevo centro de tecnología e innovación. El Gobierno ha anunciado recientemente el plan España Nación Emprendedora para promover el espíritu empresarial, y ha prometido 2.000 millones de euros para el ambicioso fondo público-privado para startups Next Tech. Barcelona es un centro de actividad de las startups, y Madrid se ha clasificado recientemente como la sexta de las 76 ciudades tecnológicas del futuro de Europa, junto con centros prometedores como Múnich, Estocolmo y Bucarest.
Mientras vemos cómo una oleada de ciudades emergentes de startups dan a luz a unicornios y lanzan nuevos fondos, depende de los lugareños construir los puentes entre su ciudad y su pleno potencial.
Hay que tener el sueño y el capital
La presencia -virtual o física- de los inversores en una ciudad puede impregnarla de optimismo o hacerla sentir ignorada. Actualmente, la inversión de capital riesgo estadounidense en Europa está en su punto más alto, además, los inversores locales de los mercados emergentes también se están volviendo más activos.
Solo en España, las inversiones en capital riesgo y en capital privado ascendieron a 6.300 millones de dólares en 2020, de los cuales el 60% se destinaron a Madrid. Empresas de capital riesgo extranjeras también se están trasladando a la ciudad, desde Starlight Ventures hasta The Fund.
Corresponde a los empresarios de mentalidad global captar la atención de los inversores del mundo, a través de la divulgación convencional, los eventos y, especialmente, de los éxitos, mientras que los gobiernos nacionales deben facilitar el camino para que el dinero internacional fluya. Pero quizá sea aún más importante que los gobiernos locales incentiven a los fondos locales para que inviertan en sus propios ecosistemas: Next Tech está haciendo precisamente eso.
Los extranjeros deben utilizar la ciudad para aterrizar y despegar
Madrid se está posicionando como una plataforma de aterrizaje para que las empresas globales crezcan internacionalmente, así como una plataforma de lanzamiento para que las empresas locales establezcan su presencia en el extranjero. Y es más común que nunca que personas se trasladan a Madrid mientras trabajan para empresas extranjeras. Yo misma fui la primera empleada de Facebook para España en 2008, y elegí Madrid como lugar desde el que crecer.
Las ciudades más prometedoras serán las que impulsen a las empresas de cualquier parte del mundo, a cualquier parte del mundo: Miami también es un gran ejemplo.
Este intercambio empieza por la cultura y por alimentar una comunidad empresarial vibrante y diversa. Pero en un lugar como Madrid, también es necesario que los gobiernos reduzcan las trabas burocráticas que hacen que conseguir un visado de negocios y crear una empresa sea notoriamente complejo para un extranjero.
Alimentar nuestras pasiones es clave en un mundo remoto
Los trabajadores somos personas. Necesitamos tener todas las necesidades de nuestra vida satisfechas. Para eso requerimos lugares que aviven nuestras pasiones.
Cuando salgo de nuestra oficina en Madrid, paso por debajo del monumento neoclásico la Puerta de Alcalá, respiro el aire fresco en el parque antiguo de El Retiro, y escucho el zumbido de cada restaurante escondido de la ciudad. Pocas manzanas después, el reconocido Museo del Prado, la Bolsa de Valores, y la Real Academia Española, marcan la armonía de lo antiguo y lo nuevo. Dinero viejo, dinero nuevo. Lenguaje tradicional y los nuevos lenguajes de codificación que definen nuestro mundo moderno.
Como emprendedores, estamos constantemente escribiendo esa nueva historia, y podemos mirar hacia el pasado y hacia el presente para inspirarnos, aprender y construir. Cuando voy al Museo del Prado, me siento frente a las obras de arte y dejo que mi mente divague. Una pintura podría llevarme a reevaluar lo que realmente significa "atractivo". La angustia de un artista puede ayudarme a comprender el peso que conlleva la creatividad.
Las ciudades pueden ayudar a sus emprendedores nutriendo su cultura y fomentando siempre nuevas expresiones y creaciones. Es importante impulsar eventos internacionales, un sector de turismo activo y crear espacios para el intercambio abierto de conocimiento para todo el público.
La ciudad tiene que ofrecer valor a un ecosistema en formación
Ciudades como Madrid pueden alimentar su valor en el ecosistema global mediante el crecimiento de comunidades genuinas y fuertes en torno a las startups. Madrid está fomentando varios nichos de importancia global, desde la ciberseguridad a las tecnologías financieras y climáticas. Esa sabiduría colectiva podrá alimentar a otras startups en cualquier parte del mundo.
El valor de una ciudad también se da cuando sus corporaciones establecidas empujan a las startups. Aliarse con las corporaciones hace que las empresas jóvenes sean más resistentes y las expone rápidamente a más oportunidades de negocio de alto nivel. Madrid es la sede de muchas de las mayores empresas del mundo en los sectores de la energía, la banca, el transporte y la salud.
Las empresas establecidas tienen la gran responsabilidad de acoger a compañías más jóvenes (lo que también las mantendrá relevantes en lugar de convertirlas en dinosaurios a largo plazo).
Cada ciudad es única. Pero es importante que cada una de ellas abra sus puertas y compartan su pieza única del rompecabezas con otras ciudades. Amo Madrid, echo de menos Madrid, siento Madrid, y quiero compartir ese amor también.
Laura González-Estéfani es fundadora y CEO de TheVentureCity