Air Europa e Iberia se dan dos meses para diseñar un ‘plan B’ y llevarlo ante Bruselas
Bruselas ha dictado sentencia: los remedios que Iberia y Air Europa ofrecieron a las autoridades europeas de la competencia no son suficientes, por mucho que fueron mejorados, y hay que ceder más mercado a competidores. Es la cuenta hecha por los técnicos comunitarios la que hace saltar por los aires la anunciada compra de la firma de Globalia por la de IAG.
Ambas partes conocían que la operación iba a ser derribada tal y como estaba diseñada. De hecho, así lo reflejaron ayer varios medios de comunicación balear en línea directa con los cuarteles generales de Air Europa, y las empresas se han lanzado al unísono a renunciar a lo acordado e iniciar nuevas negociaciones.
La primera derivada es que ya no habrá pronunciamiento oficial de Competencia sobre una compra-venta que no existe. Se ha evitado, con ello, que un eventual nuevo acuerdo tenga que levantar una negativa previa. Distintas fuentes aprecian un ejercicio de reanimación a una transacción que estaba muerta.
Pero la alta dirección de Iberia e IAG no han tenido fácil convencer al dueño de Air Europa, Juan José Hidalgo. Aun así las dos partes ganan.
El empresario salmantino toma oxígeno y ya tiene pájaro en mano. Y la firma de IAG evita litigios, mantiene viva la llama de una posible fusión y refuerzo del hub de Madrid y, a cambio de esos 35 millones extra, tiene exclusividad para hacerse con Air Europa mientras dure la nueva fase de conversaciones. De llegarse a buen puerto, la indemnización que Iberia pagará a Air Europa por haber descarrilado la operación serán descontados del precio, lo que da idea de que el interés de Iberia sigue en pie.
¿Cuánto vale ahora Air Europa? Ni los 1.000 millones en efectivo pactados hace dos años ni los 500 millones tras la rebaja de meses atrás. La firma tiene cerca de 1.000 millones de deuda a corto plazo y otra mochila similar a largo que ha ido engordando en la pandemia. Además, la exigencia de Bruselas de mayores remedios en aviones, slots y rutas, y el duro momento que atraviesa el negocio, lastran la valoración.
Air Europa salvó varias bolas de partido con los 140 millones de crédito levantados con aval del ICO y los 475 millones que prestó la SEPI. Y sigue necesitando inyecciones adicionales de fondos públicos para pagar nóminas, el combustible y el leasing de las aeronaves.
Y es aquí, según las fuentes consultadas, de donde parte el rediseño de la operación de compra de Air Europa al que ayer se refirió el consejero delegado de IAG, Luis Gallego. Debe renegociarse el precio y atenuarse la carga financiera. Las partes se han dado dos meses para diseñar la nueva estructura y presentarla en Bruselas. En el mejor de los escenarios, la compra tendría luz verde en verano.
La cuadratura del círculo es conjugar ahora los intereses de los accionistas de Iberia y Air Europa con los del Estado (SEPI). Y a tenor de lo que aseguran las fuentes consultadas por Cinco Días, el diseño más razonable pasa por que la SEPI no solo tome el control de la gestión, como de facto tiene ahora en Air Europa, sino que convierta las cantidades prestadas en capital y tome las riendas del accionariado y la gobernanza plena del consejo de administración. Fuentes de SEPI declinaron ayer hacer comentarios al respecto de la operación.
De acuerdo con la opinión de un experto en transporte aéreo, la operación así diseñada es siempre un ‘doble gana’ para los intereses públicos.
El Estado impide la caída de Air Europa entrando en su capital; dirige la venta a Iberia, y, dependiendo de como finalmente se lleve a cabo la operación, sea una compra pura o una fusión con canje de acciones, recibirá dinero o un paquete de la entidad resultante. A futuro, cobrará parte de lo aportado en Air Europa vía tasas aéreas y con una compañía más fuerte que abra la conectividad de España hacia Asia.