Cómo ganar más de un 10% anual invirtiendo en barricas de whisky escocés

Varias empresas ofrecen servicios de consultoría y almacenaje de este destilado El horizonte de inversión mínimo es de cinco años

Las gestoras y firmas de banca privada se afanan por ampliar su catálogo de productos de inversión y ofertar activos alternativos a los inversores, como el private equity, las infraestructuras y la deuda privada, en un contexto de volatilidad en las Bolsas y de largo tiempo de tipos de interés bajo mínimos. Más allá de esta inversión alternativa más clásica, hay otras opciones más exóticas, como el arte, los criptoactivos o el whisky escocés de malta, que pueden ofrecer rentabilidades atractivas no exentas de riesgos.

El aumento de la demanda de whisky de malta prémium por parte de los países asiáticos, y de China especialmente, ha impulsado la aparición de firmas que facilitan la inversión en este destilado bajo la premisa de obtener rentabilidades superiores al 10%. A esa elevada demanda se suma además una oferta muy reducida: solo el 2% del whisky que se destila en Escocia es de malta, es decir, que ha pasado un mínimo de tres años en barricas de roble.

Este tipo de inversión consiste no tanto en llenar la bodega del inversor sino en confiar en que las barricas que se adquieran, y que serán almacenadas normalmente por la propia empresa, se revalorizarán pasados los años y serán vendidas a otro inversor o, llegado el caso, a una destilería para su embotellado. Todo ello con la premisa de rentabilidades casi garantizadas, según defienden este tipo de empresas, que destacan además la liquidez de este sistema para los inversores que quieran recuperar su inversión en cualquier momento. Eso sí, se trata de un tipo de inversión que no está supervisada por ningún regulador, como pueda ser la CNMV o la FCA, el regulador de los servicios financieros del Reino Unido.

En el mercado han surgido un buen número de empresas dedicadas a este tipo de inversión, si bien, los expertos alertan de la necesidad de conocer los riesgos. Entre ellas está Braeburn Whisky, que opera en el mercado desde hace seis años y que, tras el estallido de la pandemia, tiene su sede en Barcelona. La firma ofrece “un servicio integral a los inversores” de whisky al asesorarles sobre qué tipo de barricas adquirir para su cartera y encargarse tanto del almacenaje como de la obtención de licencias y del pago de impuestos al Gobierno británico llegado el caso de que se optara por el embotellado.

“Ayudamos en la selección de las barricas, nos reunimos con el cliente y vemos su objetivo de inversión, el presupuesto desde el que parte y los plazos de inversión que maneja”, explica Samantha de Noia, directora de desarrollo de negocio de Braeburn Whisky, quien añade que construyen un porfolio con barricas de diferente precio y rentabilidad para diversificar la inversión.

De Noia señala que Braeburn Whisky tiene una cartera de unos 2.500 clientes en todo el mundo y gestiona unas 7.000 barricas que suman activos por importe de unos 12 millones de libras.

Las barricas tienen un coste inicial de entre 2.500 y 3.000 libras y desde Braeburn Whisky apuntan que los inversores en este tipo de activo cuentan con un presupuesto inicial medio que va desde entre 5.000 y 10.000 libras (5.800 y 11.700 euros) de los inversores españoles a entre 10.000 y 15.000 libras de los inversores del Reino Unido. De Noia descarta a su vez que este tipo de inversión sea inversores de corto plazo y fija un horizonte de desinversión a partir de un mínimo de cinco años.

Parte del incremento de valor del whisky de malta está en su maduración en barricas. Entre ellas, las de Jerez se sitúan entre las más cotizadas, dado que, según estimaciones de Braeburn Whisky, pueden llegar a elevar entre un 25% y un 30% el valor del whisky que contienen.

El interés por el whisky de malta escocés ha llevado a que las diez principales destilerías de Escocia registren crecimientos del 15% de media en lo que va de año.