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Banca

El BdE y accionistas apremian a Unicaja a cerrar sus tensiones de poder tras la fusión

El banco prevé que tras firmar el ERE y presentar su plan estratégico paren los rumores La entidad no ha terminado de digerir la unión con Liberbank La excaja niega que vaya a cambiar su sede y dice que todo se ajusta al protocolo de fusión firmado

Las fusiones suelen ser traumáticas, por lo menos durante los primeros meses, hasta que las plantillas, y sobre todo las cúpulas de las entidades protagonistas de estas operaciones, se van acoplando y se van encajando las culturas. A ello se suman las duras medidas que llevan consigo estas transacciones, como los ajustes de plantilla y de oficinas. Eso es lo que parece que está ocurriendo en Unicaja, que tras absorber Liberbank, se ha producido un mar de fondo que preocupa al BCE, y en particular al Banco de España, y a accionistas de este banco, según reconocen varias fuentes financieras consultadas.

Desde hace varios meses los rumores sobre la posible mudanza de la sede social de Unicaja, ahora en Málaga, para trasladarse en favor de los intereses de Liberbank (entidad de origen asturiano, aunque antes de su absorción tenía su sede en Madrid), aupados por políticos de distintos bandos y secundados por algunos sindicatos, como el ruido de que la excaja de ahorros dirigida por Manuel Menéndez está ganando peso en la entidad resultante de la fusión, han provocado murmullos que ha alertado a los supervisores, que han pedido que el banco pare los rumores y posibles discrepancias entre algunos directivos. “Los rumores no ayudan a un banco. Ojo con lo que se está diciendo”, resume una fuente financiera el mensaje del Banco de España.

Algunos destacados accionistas de esta entidad cotizada también han mostrado su preocupación con llamadas a la dirección pidiendo explicaciones sobre las especulaciones que se comentan sobre el banco.

Desde la entidad aseguran que lo que está sucediendo es mucho ruido y pocas nueces. Fuentes del banco descartan que se vaya a producir ni ahora ni en un futuro cualquier alteración sobre el protocolo de fusión que firmaron los consejos de Unicaja y de Liberbank el pasado 29 de diciembre y las escrituras suscritas el 30 de julio. “No se va a mudar de sede, no se van a cambiar los pesos relativos de una y otra entidad, no se van a modificar los poderes del presidente y del consejero delegado. Se sigue el mismo esquema que se aprobó en la fusión y que coincide con el que tenía ya Unicaja”, apunta una fuente financiera.

Esta misma fuente y otras vinculadas a la entidad coinciden en señalar que aún no están encajadas todas las piezas derivadas de una fusión, con culturas distintas, y siempre hay “tiras y aflojas” entre ciertos directivos provenientes de una u otra entidad, es “solo un problema de acoplamiento”. Pero al final, están convencidos de que una vez que se firme en los próximos días el ERE, ahora en la recta final de negociación, y el próximo día 10 de diciembre se apruebe el nuevo plan estratégico de la entidad (la nueva Unicaja se creó a finales de julio) aseguran que el ruido finalizará.

Uno de los escollos de este murmullo de fondo “que está totalmente desenfocado es que se descuide el negocio, y eso sí sería un problema”, indica otra fuente financiera que prefiere mantener el anonimato. El Banco de España tampoco hace comentarios sobre entidades individuales.

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