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Gascón achaca a las ayudas públicas que la recaudación crezca el doble que la economía

Los ingresos crecen un 14% interanual y un 3% frente a 2019 Los expertos de la reforma fiscal fían atajar el déficit a los impuestos medioambientales

El director general de la Agencia Tributaria, Jesús Gascón.
El director general de la Agencia Tributaria, Jesús Gascón.IHE
Juande Portillo

“Vivimos un momento complicado. La pandemia no ha finalizado y no podemos bajar la guardia”, advirtió el viernes el director general de la Agencia Tributaria, Jesús Gascón, a la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), durante la clausura de su XXXI Congreso anual, en Vigo. Gascón reconoció, en todo caso, que “el escenario tiene claros y oscuros” y que dentro de lo positivo cabe subrayar que “la evolución de los ingresos tributarios está siendo formidable”, pues “los ingresos crecen el doble que la economía, lo cual es prácticamente inédito”.

El responsable de la Agencia Tributaria concretó que pese a las tímidas cifras de crecimiento del PIB nominal y la demanda interna, la recaudación lograda en lo que va de ejercicio supera en un 14% a la del mismo periodo de 2020, algo “modesto” dada la debacle pandémica del pasado año, pero que superan ya en un 3% la de 2019. “Esto son muy buenas noticias para nosotros, pero a veces cuesta más explicar los datos buenos que los malos”, concedió, antes de intentar aclarar el fenómeno. “Se debe a varios factores”, expuso, destacando el fuerte “peso de las ayudas públicas en la economía en el último año y medio, que ha tenido un impacto importante y conocido por la Agencia Tributaria, porque aporta trazabilidad” a un flujo monetario observable y declarado.

A partir de ahí, Gascón apuntó también a la caída del uso de efectivo durante la pandemia, en favor de los pagos con tarjeta y otros “medios de pago que dejan rastro”, lo que permite elevar la fiscalización del dinero y limitar la economía sumergida. El director de la Agencia Tributaria también ensalzó el papel jugado por los inspectores, pese a las dificultades para llevar a cabo pesquisas presenciales en la era Covid, y el efecto positivo que ha tenido compartir con los contribuyentes datos fiscales de IRPF, IVA o Sociedades para potenciar el cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias.

Gascón subrayó la importancia de mejorar la lucha contra el fraude fiscal en estos momentos y recordó que la Unión Europea ha condicionado parte del desembolso de las ayudas de recuperación a los frutos que arroje la nueva ley en esta materia a dos años vista. Para valorarlo, Bruselas requerirá un informe preliminar dentro de un año y un balance de objetivos logrados a finales de 2023.

Del lado negativo del panorama, Gascón destacó el envejecimiento de la plantilla de la Agencia Tributaria, que cuenta con 26.000 empleados directos (aunque hay otros 2.000 asociados al Ministerio de Hacienda) y trabaja en alcanzar ahora los 28.000 mientras gestiona un creciente número de jubilaciones. Así, expuso, aunque la próxima oferta de empleo público incluye 2.100 plazas para la Agencia, y el objetivo es mantener este ritmo durante el próximo lustro para sumar 10.000 incorporaciones y ascensos en el periodo, los 800 retiros anuales amenazan con impedir que la plantilla acabe creciendo lo que debería.

A partir de aquí, el director de la Agencia Tributaria pidió al legislador “normas rápidas” que adapten el sistema tributario a “una realidad cambiante y den seguridad jurídica”. En este sentido, instó al comité de expertos para la reforma fiscal constituido por Hacienda que los cambios tributarios que aconsejen sean “gestionables” por la administración.

La reforma fiscal

A este respecto, el director del Instituto de Estudios Fiscales, Alain Cuenca, que también participó en el acto de clausura del Congreso, se limitó a avanzar que el libro blanco que presentarán en febrero “no será breve” y recogerá las aportaciones de los inspectores, las comunidades autónomas y otros colectivos.

Más explícito se mostró uno de los expertos del grupo, el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo Santiago Lago, que apuntó que los impuestos medioambientales serán una de las palancas clave que se aconseje activar para resolver el “muy serio” problema que España tiene con el déficit estructural. “Los datos muestran que nuestro agujero fiscal no está en un gasto excesivo, sino en unos ingresos muy bajos”, sostuvo, apostando por subirlos con palancas que ayuden a afrontar a la vez el reto climático.

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