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Contante y Sonante
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los tres años sin parar del Banco de España

En el ecuador del nombramiento de Hernández de Cos como gobernador, ni la institución ni la banca son lo que eran. Unos ganan, otros pierden

Fachada del Banco de España
Fachada del Banco de España

De puertas para afuera parece que la actividad del Banco de España es frenética. Sobre todo en algunos departamentos. Es cierto que ayuda el hecho de que la supervisión de los principales bancos del país están capitaneados desde el 4 de noviembre de 2014 por el Banco Central Europeo. Sea como fuese, no hay casi día, desde que se le nombró gobernador del Banco de España en junio de 2018, en el que no se produce una comparecencia pública de Pablo Hernández de Cos. Una actitud muy contraria a la de sus antecesores más cercanos en el cargo. También puede ser que el sector financiero, la principal ocupación de este organismo, está mucho más reposado que en la década que duró la crisis financiera, entre 2008 y 2018.

Uno de los compromisos a los que llegó Hernández de Cos cuando se le nombró gobernador fue volver a recuperar el prestigio de la institución, y en ello está. De momento, ha incrementado las estadísticas, publicaciones y opiniones, algo que es de celebrar. También es cierto, que el sector financiero se ha reducido considerablemente, y más que se va a jibarizar, y eso es otro punto que también ayuda. Las entidades que han resistido el duro envite de la crisis financiera tienen ahora entre sus retos reducir más su presencia con cierres de oficinas y recortes de plantilla. Hay que ahorrar costes y ganar rentabilidad, y la receta siempre es la misma. Las posibles fusiones entre los bancos que perduran tienen este objetivo y, como dicen los supervisores, aún no han concluido.

Recordando, justo hace un año que se dieron a conocer las negociaciones existentes entre BBVA y Banco Sabadell para su fusión. Carlos Torres, presidente del gigante bancario, y Josep Oliu, su homólogo en la entidad de origen catalán, llevaban tiempo analizando esta operación. Pero al final no pudo ser, y un mes después de reconocer el noviazgo de las dos instituciones las conversaciones se frustraron. No hubo fusión, pese a que era una operación que contaba con el beneplácito del Banco de España y del BCE. Pero las entidades son libres de elegir pareja de baile, o eso dicen. Aunque tras esta ruptura y coincidiendo con la salida de Jaime Guardiola como consejero delegado, y la entrada de su sustituto, César González-Bueno, Oliu perdió influencia en la entidad. De esta forma, el nuevo CEO se convirtió en el primer ejecutivo de la institución.

Desde entonces, tanto BBVA como Sabadell niegan y reniegan de una posible reconciliación para retomar las negociaciones. Cada uno tiene planes estratégicos en los que no se incluyen la unión de ambas firmas, según reiteran sus responsables. Pese a ello, el rumor de fondo se mantiene, pero solo como una hipotética operación que puede tener buen encaje, ya que lo cierto es que González-Bueno también insiste en que el encargo que tiene del consejo de administración es seguir con un Sabadell independiente, y con un TSB, filial británica del grupo, en la órbita del banco.

Pero siguiendo con el Banco de España y sus cambios en estos tres años de mandato que lleva el gobernador (se le elige cada seis años), este organismo ha tomado la delantera y, para sorpresa del sector, ha decidido tener un nuevo control sobre la banca.

Hace unos días las entidades financieras recibieron por sorpresa unas nuevas plantillas remitidas por la dirección general de supervisión reclamando una nueva información. Les ha pedido que detallen sus planes de negocio con plataformas digitales y con criptomonedas para los tres próximos años. El objetivo es conocer “la evolución del modelo de negocio de las entidades y el impacto que en el mismo puede tener el proceso de digitalización e innovación financiera en marcha”.

Hace un año que BBVA
y Sabadell reconocieron que negociaban
su fusión. Un mes después se frustró
la operación. Hoy sigue rumoreándose

Como curiosidad de este afán por la estadística del Banco de España (hay que recordar que Hernández de Cos proviene del servicio de estudios), en el Informe de estabilidad financiera de otoño, presentado el jueves pasado, se incluía un capítulo sobre el mercado inmobiliario. En él se analizaba incluso el efecto del deterioro del mar Menor en el precio de los pisos costeros.

Conclusión, en aquellas zonas cercanas al mar Menor el precio de los inmuebles se ha estancado, mientras que en el resto de las viviendas del Mediterráneo los precios han subido hasta un 40% en un año.

Y cambiando de asunto. Las entidades españolas han ingresado por comisiones 7.588 millones de euros, un 18,6% más que el año anterior, según el análisis de los resultados de los nueve primeros meses realizado por la consultora Neovantas. Todas las grandes entidades han aumentado la partida de comisiones con respecto al mismo periodo del año anterior.

El beneficio neto agregado de estas entidades suma 8.199 millones de euros, lo que supone un incremento (+272,6% interanual), superando así los resultados del mismo periodo de 2020, e incluso los de 2019, año previo al coronavirus.

Y un aviso a las comunidades de vecinos. Cuidadito con las condiciones y comisiones bancarias para este colectivo. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado el coste de las cuentas corrientes que ofrecen las entidades bancarias para las comunidades de propietarios. Según el estudio realizado, la diferencia anual entre la cuenta más cara y la más barata puede ser de más de 1.200 euros anuales. Para pensárselo.

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