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Wuhan, de epicentro de la pandemia a dirección del lujo

Firmas como Loewe o Hublot han abierto allí sus primeras tiendas en China Central

Exterior del complejo comercial Heartland 66, en Wuhan (China).
Exterior del complejo comercial Heartland 66, en Wuhan (China).

Casi dos años después de que el Covid-19 comenzara a propagarse por sus calles, Wuhan ha pasado de ser el epicentro de la pandemia a no registrar prácticamente casos desde mayo de 2020 y convertirse en uno de los puntos de interés para las marcas de lujo. Una tendencia alineada con el crecimiento que se está produciendo en todo el país: mientras que este mercado cayó un 33,6% en Europa durante el año pasado, el mercado interior chino experimentó una subida del 45%, camino de convertirse en la zona de mayor consumo doméstico mundial, según el informe La industria del lujo 2020 y 2021: Durante y saliendo del Covid, elaborado por EAE Business School.

En concreto, la ciudad de Wuhan se está colocando como un lugar de presencia obligatoria para las firmas de lujo gracias a la inauguración, en marzo de este año, del Heartland 66, un complejo comercial con una superficie de 450.000 metros cuadrados. El espacio cuenta con una torre de oficinas, una parte residencial con servicios de alta gama y 177.000 metros cuadrados de superficie comercial para marcas de lujo. El emplazamiento se ha convertido en un punto de referencia para estas casas y muchas, como Celine, Loewe o Berluti, han abierto en este espacio su primera tienda en China central. También nombres como Mulberry, Hublot, Moynat, Philipp Plein, Moneta o Vilebrequin han debutado en la comarca presentando sus escaparates en este centro.

Exterior del complejo comercial Heartland 66, en Wuhan (China).
Exterior del complejo comercial Heartland 66, en Wuhan (China).

El edificio, planteado por el estudio de arquitectura Aedas, está situado en el distrito de Qiaokou, el corazón financiero de la capital de la provincia de Hubei. El diseño sigue el concepto de bucle infinito, basado en el arte chino de atar nudos, lo que simboliza fortuna. Así, las zonas comerciales, las terrazas de restauración, la plaza y las zonas verdes están entrelazadas por un conjunto de nudos atados e integrados en un ornamento de jade. La parte superior de la construcción cuenta con una azotea ajardinada pensada para la circulación peatonal y como zona de anclaje del proyecto.

Esta estructura no es única, sino que se repite en los grandes centros comerciales del país. “Presentan una concentración vertical para poder ofrecer una gran variedad de servicios: oficinas, hotel, apartamentos de lujo, zona de restauración y tiendas... Acompañados de rooftops maravillosos e iluminación led por toda la fachada para hacer proyecciones. Esto los convierte en edificios icónicos y puntos de referencia para la ciudad”, enumera el director del Luxury Brand Management MBA de EAE Business School, Ramón Solé. La planta baja, además, suele estar destinada a la circulación de tráfico o al transporte público, añade. En este caso, la construcción cuenta con tres estaciones de metro y tren a menos de una manzana de distancia.

Interior del complejo comercial Heartland 66, en Wuhan (China).
Interior del complejo comercial Heartland 66, en Wuhan (China).

A pesar de que la apertura haya coincidido con los últimos coletazos de la pandemia, el proyecto viene de lejos. De hecho, la primera piedra se colocó en el año 2013. Un hecho que, según Solé, coincide con una estrategia de desarrollo del interior del país que lleva más de 12 años planificándose, en línea con el aumento del consumo local. El mismo grupo promotor, Hang Lung Properties, cuenta con varias construcciones similares: el Parc 66, en Jinan; el Westlake 66, en Hangzhou; el Forum 66, en Shenyang; y el Riverside 66, en Tianjin, entre otros. El número 66 que acompaña el nombre de estos complejos es símbolo de la buena suerte, explica el experto, quien hace hincapié en la gran presencia de símbolos tradicionales en estas construcciones. “Una evidencia de que se dirigen al consumo de interior, tanto al local de la ciudad como al turista interno del país, pero no a los extranjeros”, concluye.

Este movimiento es completamente lógico para Cristina Martín, presidenta de la Asociación Española del Lujo: “Hasta ahora solo oíamos de Wuhan por el Covid, pero es un centro político y económico. Tiene 11 millones de habitantes, prácticamente como París, además, conecta por tren con otras muchas ciudades de la región”. El Heartland 66 es también la casa de la primera sede en Wuhan de Balenciaga, Fendi, Chaumet, Montblanc y Vacheron Constantin. Las marcas compartirán pasillos con otras habituales de esta geografía, como Louis Vuitton, Gucci, Dior, Bottega Veneta, Burberry, Moncler, Bulgari o IWC, entre otras, además de las que aún no han abierto sus puertas. Una lista que continuará aumentando y que contribuirá a que la ciudad sea conocida fuera de China por algo más que un año trágico.

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