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Las cinco megatendencias para invertir en la economía verde

Las gestoras de fondos tienen cada vez más vehículos en temáticas orientadas hacia la sostenibilidad

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Miguel Moreno Mendieta

Hace cinco años las gestoras de fondos mostraban orgullosas en las presentaciones que tenían uno o dos fondos que invertían con una perspectiva sostenible. Ahora, la competición está en ver qué porcentaje de los activos gestionados tiene este enfoque. Si es inferior al 40% es casi una deshonra, una anomalía. Dado el fuerte aumento de la oferta de vehículos que tienen en cuenta cuestiones medioambientales, sociales y de buen gobierno (ASG, en la jerga), las posibilidades de elección para el inversor se han multiplicado de forma exponencial.

Además, al multiplicarse las opciones de inversión ASG también ha aumentado la posibilidad de afinar el tiro y apostar por temáticas muy concretas. Así, un pequeño inversor puede invertir en un fondo cotizado especializado en firmas dedicadas al hidrógeno verde (una forma de acumulación sostenible de energía) –Global X Hydrogen ETF–, en fondos dedicados a invertir en empresas ligadas a la gestión del agua (Pictet Water) o en compañías comprometidas en preservar los océanos (DWS Concept ESG Blue Economy). Estos son algunos de los mejores fondos especializados en las temáticas de inversión que contribuyen a combatir el cambio climático y a hacer que la economía sea cada vez más verde.

1. Energías limpias

Es la tendencia ASG más evidente: invertir en compañías dedicadas a la producción de energía solar o eólica, así como en todas las empresas de la cadena de suministro de esta industria, desde productores de placas solares a empresas que fabrican cableado especial para estas instalaciones.

Un fondo de referencia en esta categoría es el Mirova Europe Environmental Equity, que invierte en compañías como Vestas (fabricante de aerogeneradores) y que ha logrado un retorno medio anual del 20,3% en los últimos tres ejercicios. Una rentabilidad más espectacular aún es la de RobecoSAM Smart Energy Equities, un fondo que ha rentado un 36,6% desde 2018, con inversiones como Schneider Electric, nombrada este mismo año como la compañía más sostenible del mundo según la consultora Corporate Knights Global (en un análisis de 8.000 compañías). La firma se ha especializado en distribución eléctrica descentralizada (algo básico para las granjas solares) y centros de almacenamiento masivo de datos (algo fundamental para la digitalización de las empresas y las Administraciones públicas).

Uno de los primeros fondos especializados en la transición hacia una economía menos dependiente de las energías fósiles es el Pictet Clean Energy, que ha conseguido un retorno medio anual del 12% durante la última década. Su principal inversión en la actualidad es la firma NextEra Energy, el mayor generador mundial de energía renovable a partir del viento y energía solar.

Las opciones de las gestoras españolas

 

CI Environment. Caja de Ingenieros fue una de las firmas pioneras en España en hacer una clara apuesta por los fondos de inversión con un perfil sostenible. Este producto, gestionado por Arnau Guardia, tiene la peculariedad de que es un fondo mixto en el que el 55% de la cartera son acciones y el 42% bonos. Su evolución ha sido excelente durante los últimos años, logrando un retorno medio anual del 12%, con un nivel de volatilidad muy bajo. Invierte en la plataforma de artículos de artesanía Esty, así como en varias empresas de semiconductores.

CaixaBank Futuro Sostenible. La mayor gestora de fondos de España ha creado un fondo de fondos que invierte en las tendencias clave en materia de sostenibilidad. Una cuarta parte del capital está en fondos dedicados al bienestar social, un 20% en fondos de transición energética, un 21% en optimización de recursos y un 15% en cambio climático. En el último año este vehículo ha acumulado una rentabilidad cercana al 20%.

Bankinter Eficiencia Energética. Hace tres años el banco cambió su fondo del sector energético para reconvertirlo en un vehículo de inversión con perfil medioambiental. Desde entonces, se ha convertido en uno de los referentes en esta categoría. En los tres últimos años este fondo de Bolsa ha logrado un rendimiento medio anual del 22,5%, con participaciones en compañías como Lindab, especializada en construcciones sostenibles.

Mutuafondo Transición Energética. La gestora de Mutua Madrileña es una de las últimas en sumarse a esta tendencia, con el lanzamiento de un vehículo especializado en transición energética. El fondo invierte en el fabricante de aerogeneradores Vesta.

 

Algunos de estos fondos especializados no tienen solamente productores de energías o fabricantes de componentes. Incluyen cada vez más en sus carteras a empresas de la industria de los semiconductores. Los microchips son fundamentales para hacer a las ciudades y al transporte más inteligente y evitar así la emisión de miles de millones de toneladas de dióxido de carbono.

En otros fondos genéricos, como el NN European Sustainable Equity, también se incorporan algunos fabricantes de productos de consumo, que están muy comprometidos con el medio ambiente, como Nestlé o L’Oréal. Esta última empresa está considerada por la firma Sustainalytics como una firma con riesgo medioambiental bajo dado que, desde 2005, el grupo L’Oréal ha reducido las emisiones de CO2 de sus plantas y centros de distribución en un 78% en términos absolutos.

Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM en Iberia y Latam, explica que “un ejemplo perfecto de empresa que ha demostrado cómo lograr la transición a energías alternativas es la danesa Orsted. Era de las compañías de energía más intensivas en carbón de Europa, pero eliminará por completo el uso de carbón para 2023 y casi el 100% de su energía será verde para 2025”.

Algunas gestoras de fondos españolas también han lanzado productos específicos sobre esta temática. Es el caso del Ibercaja New Energy, Caja Ingenieros Environment o BBVA Bolsa Desarrollo Sostenible. Incluso hay un fondo, el Renta 4 Megatendencias Ariema Hidrógeno y Energías Sostenibles, que está especializado en la inversión en compañías dedicadas a la fabricación e innovación de hidrógeno verde, una forma de almacenamiento de energía que es clave para el mejor aprovechamiento de las fuentes de energía renovables, como la solar o la eólica.

2. Nueva movilidad

Muy conectada con el intento de descarbonización de la economía y el uso de energías renovables está la temática de la nueva movilidad. El gran protagonista de este tipo de inversiones es el coche eléctrico, que promete reducir drásticamente el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero.

Toyota o Tesla han sido pioneras en fabricar coches híbridos y eléctricos, pero ahora casi todas las grandes automovilísticas tienen sus propios proyectos. También China está invirtiendo cantidades ingentes de dinero para ir renovando su parque automovilístico. Alrededor de estos proyectos han surgido muchos proveedores fundamentales: fabricantes de baterías, empresas especializadas en instalación de puestos de recarga, fabricantes de chips especializados... Además, cada vez más surgen iniciativas para extender esta tecnología al transporte de mercancía y de viajeros. Dentro del concepto de nueva movilidad también se incluye el auge de los proyectos de coches y motos compartidos.

Los fondos especializados en esta temática son mucho más recientes que los de energías renovables. Uno de ellos es el BNY Mellon Mobility Innovation, que ha conseguido rentar un 26% de media anual en los últimos tres años. Entre sus principales inversiones está Alphabet, la matriz de Google, que tiene un potente proyecto para desarrollar coches autónomos. O Aptiv, una empresa especializada en el diseño de componentes para coches eléctricos.

Robeco también cuenta con un vehículo especializado, el Robeco Smart Mobility Equity, con una impresionante revalorización anual del 32% desde 2018. Una de sus apuestas más fuertes es Samsung SDI, el mayor fabricante mundial de baterías de ion-litio, el componente más importante para toda esta generación de vehículos. También tiene en cartera al fabricante de coches eléctricos chino XPeng Inc.

Luis González, del departamento de selección de fondos de BBVA, explica que este tipo de productos “son muy recientes, pero han conseguido atraer un flujo muy importante de dinero”.

3. Recursos escasos

Además de la descarbonización de la economía, el planeta Tierra tiene otros importantes desafíos. Por ejemplo, la escasez de algunos recursos naturales básicos. El imparable aumento de la población mundial y la mejora de las condiciones de vida de millones de personas han hecho que se dispare la demanda de agua potable, de carne, de proteína vegetal de calidad...

Pictet cuenta con uno de los fondos más emblemáticos en el seguimiento de compañías especializadas en la gestión del agua, Pictet Water Fund. Este vehículo se creó hace 21 años y busca compañías de servicios públicos de agua, incluye concesiones e infraestructuras, con flujos de caja predecibles. También invierte en empresas de servicios medioambientales, que incluyen reciclaje y reutilización así como tecnologías relacionadas con agua, calidad y monitorización. La rentabilidad media anual de este vehículo en la última década ha sido del 13,3%.

DWS, por su parte, cuenta con un fondo dedicado a la inversión en compañías agrícolas (productoras de fertilizantes, de semillas, propietarias de terrenos...). En el último año ha subido un 21%. La gestora alemana también tiene un vehículo dedicado a empresas preocupadas por la sobreexplotación de los océanos, DWS Blue Economy. “Aunque los océanos son vitales para nuestro planeta, los estamos destruyendo imprudentemente con el calentamiento global, la sobrepesca, los residuos plásticos y la contaminación del agua. Si seguimos tratándolos así, casi el 50% de todos los seres vivos de los océanos podría desaparecer en 2100”, indica Paul Buchwitz, gestor del fondo.

4. Alimentación

Muy ligada a la anterior temática están los fondos que buscan una gestión sostenible de la cadena alimentaria. La gestora francesa Amundi cuenta con el producto CPR Invest-Food For Generations. “En 2050, habrá que alimentar a 9.700 millones de seres humanos, lo que constituye uno de los mayores desafíos de nuestro siglo. La población mundial está creciendo y los hábitos alimentarios están evolucionando como consecuencia del aumento del nivel de vida y la urbanización”, apuntan desde la firma. El fondo invierte en compañías como la neerlandesa DSM, especializada en salud y nutrición, que produce proteína vegetal, suplementos alimentarios, edulcorantes artificiales... También tiene en cartera empresas de tractores, como Deere & Co, o la firma de congelados Nomad Food.

5. Economía circular

Otro puntal de la nueva economía es el reciclaje y la reutilización. El concepto de economía circular reconoce la importancia de contar con un sistema económico sostenible y pretende minimizar los residuos al tener en cuenta el ciclo completo de vida útil de los materiales. El fondo de BlackRock BGF Circular Economy, de reciente creación, apuesta por compañías como Owens Corning, especializada en fabricar fibra de vidrio, un material muy resistente y buen aislante térmico. El vehículo se creo hace justo dos años y desde entonces acumula unos retornos del 27%.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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