Las empresas de "trolls", desde dentro: con contrato y nómina
Compañías especializadas utilizan software para generar tendencias positivas o negativas en redes sociales, según comenta un extrabajador
“Yo llegué a través de una oferta de empleo como community manager en Infojobs.net”, cuenta @Thebotruso, un comunicador que trabajó poco menos de una década en una empresa que brindaba el servicio de alquiler de cuentas falsas y bots para redes sociales. El especialista, que ha preferido no revelar su identidad, ha explicado a CincoDías cómo funcionan desde dentro las compañías que prestan estos servicios, también conocidos como astroturfing.
“Suele tratarse de estructuras piramidales. El CEO tiene el total de la información y, a medida que se va bajando, se van omitiendo cosas. De esta forma, es posible que en la base haya personas que ni siquiera saben la identidad del cliente. A medida que ascendí, fui conociendo al resto del equipo, así como al director de la empresa”, afirma @Thebotruso.
En 2019, Aaron Greenspan, uno de los fundadores de Facebook y gran crítico de la compañía, afirmó en un reporte que hasta el 50% de las cuentas de la red social podrían ser falsas. La empresa, en contraste, sitúa la cifra en el 5% según información publicada en 2021.
En cuanto a Twitter, un estudio de la Universidad de Indiana en 2018 aseguraba que entre el 9% y el 15% de las cuentas presentaban las características de “bots sociales”. En su reporte de transparencia de 2020, la red social dice haber intervenido unos 278 millones de cuentas para verificar que fueran operadas por seres humanos y a más de 5 millones de usuarios que infringían sus políticas de uso.
@Thebotruso describe su ambiente de trabajo como el de una oficina relativamente normal. Tenía un lugar asignado y una rutina diaria y al terminar la jornada debía emitir un reporte y un análisis. Eso sí, a fin de mes las facturas de la empresa reflejaban conceptos que nada tenían que ver con el trabajo realizado. En vez de eso, expresaban servicios de consultoría, creación web o servicio SEO, entre otros. El comunicador señala que llegó a tener hasta a 10 personas bajo su mando conforme ascendió en la empresa.
”En mi caso, yo tenía mi contrato y mi nómina. Suele haber un tipo de infraestructura que, cuando es necesario, se amplía con autónomos, freelance, estudiantes, etc. Sin embargo, el hecho de tener al equipo en plantilla ayuda a tener un mayor control y evitar las fugas de información. Como en cualquier negocio, se emitían facturas y se pagaban mediante transferencia”, revela el especialista.
@Thebotruso comenta que las empresas que ofrecen estos servicios por lo general están camufladas como agencias de marketing digital, relaciones públicas o big data que se acercan a clientes potenciales para ofrecer los servicios. El comunicador refiere que entre las prestaciones que se ofrecen están las operación de bots y cuentas trolls y la creación de ecosistemas digitales o hasta de think tanks.
Curro Amado, especialista en ciberseguridad, explica cómo funcionan los programas que usan este tipo de empresas “Lo que hacen los softwares que manejan bots o cuentas falsas es automatizar una cuenta. Por ejemplo, en Instagram podrían dar likes o hacer comentarios. Lo que buscan es movilizar la atención de manera positiva o negativa hacia algún lado. Generalmente son creados con lenguajes informáticos como Python o Java”.
La empresa para la que @Thebotruso trabajaba combinaba este tipo de herramientas para operar campañas con decenas de cuentas falsas en Facebook, Instagram y Twitter, con el objetivo de movilizar contenidos a favor o en contra de candidatos políticos, empresas privadas o directores de organizaciones. En estas plataformas, muchas veces buscaban movilizar opiniones, manipular encuestas o distorsionar las conversaciones.
Las políticas de privacidad de la mayoría de redes sociales sancionan actividades como las de estas empresas. Fuentes de Twitter han asegurado Cinco Días que su plataforma “prohíbe las actividades coordinadas que apuntan a influir de forma artificial en las conversaciones, así como el uso malicioso de bots y el abuso a través de cuentas falsas”. Este periódico intentó contactar con Facebook, pero no recibió respuesta.