El apagón de Facebook es un simulacro de una caída peor
Plantea la cuestión de si hay que regular los gigantes de internet de forma parecida a los servicios públicos
Mark Zuckerberg no puede tomarse un respiro últimamente. El jefe de Facebook quiere convertir el internet bidimensional en un metaverso en el que “en lugar de limitarse a ver el contenido, estés en él”, según una entrevista con The Verge. Pero, pisando los talones a la divulgación de unos incómodos documentos internos facilitados por una denunciante, toda su compañía se quedó a oscuras en las bidimensionales pantallas.
Las redes sociales Facebook e Instagram, además del servicio de mensajería WhatsApp, quedaron kaput durante horas el lunes. Es fácil despachar las sucursales financiadas por publicidad de la empresa de 920.000 millones de dólares como vehículos para fotos de gatos y selfis. Pero mucha gente, incluidos los funcionarios públicos, dependen de WhatsApp como medio principal de comunicación. Y Facebook es la principal forma de llegar a los clientes de algunas empresas. Así que la interrupción es importante.
Plantea todo tipo de preguntas, como la de cómo –según el sitio web Krebs on Security– alguien dentro de Facebook borró datos clave que ayudan a los ordenadores a encontrar los destinos online de la empresa. También pone de manifiesto la escasa regulación del funcionamiento de internet.
Ese es un factor que contribuye al rápido desarrollo de la web y a su creciente utilidad en campos como la mensajería, las finanzas o la domótica. Pero también es lo que ha provocado que Frances Haugen, antigua empleada de Facebook, proporcione documentos al Wall Street Journal y hable en una comparecencia ante el Senado. Pide a los legisladores que regulen Facebook, en parte porque las presiones que se experimentan en redes sociales como Instagram pueden hacer mucho daño a las adolescentes.
El tiempo de inactividad de Facebook plantea la cuestión de si este y otros gigantes de internet son lo suficientemente importantes como para ser regulados de forma más parecida a los servicios públicos. Al igual que algunos bancos se consideran de importancia sistémica, quizás parte de lo que hacen Facebook, Google, propiedad de Alphabet, y los gigantes de los servicios en la nube, Amazon y Microsoft, se ha convertido en fundamental para el funcionamiento de la economía. Mientras tanto, los legisladores también están considerando si sus actividades pueden ser anticompetitivas.
Para mucha gente, un día o dos sin Facebook no es un gran problema. Pero una avería similar en un enorme proveedor de servicios en la nube podría causar problemas generalizados, como ya han demostrado interrupciones menores. Internet es una mezcolanza de iniciativas ingentes, a menudo con ánimo de lucro. Algunas de ellas pueden ser ya demasiado cruciales para fallar.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías