Cómo el libro supera rencillas y se une a Youtube y pódcast para revivir
Los expertos señalan que los actores de industrias creativas deben dejar atrás los planteamientos de “esto contra aquello” y apuntar al “transmedia”
Videojuegos que recrean las tramas clásicas de novelas negras de detectives; series de plataformas de televisión basadas en libros; youtubers, instagramers y tiktokers que publican obras para sus fans... La industria editorial ha entrado en el juego transmedia: el libro se mueve en ese sector frontera donde las narrativas se realimentan con los contenidos producidos para otros medios. Los confinamientos por el Covid-19 han acelerado esa transformación tecnológica. Y los expertos hacen su diagnóstico: el libro debe avivar esa transformación para no perder el tren de los cambios.
“Hay un terreno por explorar para desarrollar verdaderos productos transmediales”, concluyen José M. Tomasena y Carlos A. Scolari, autores del capítulo dedicado a la galaxia transmedia y las industrias culturales dentro del Informe sobre el estado de la cultura en España 2021, de la Fundación Alternativas, que se presentó ayer en el marco de la Feria del Libro de Madrid.
Narrativa transmedia son relatos que se expanden en muchos medios y plataformas “con la complicidad de sus seguidores”. Puede incluir tanto adaptaciones (por ejemplo de una novela a una película) como de otro tipo de expansión como historias paralelas, spin-offs de personajes, secuelas, precuelas...
El cruce de contenidos es amplio, pero los expertos echan de menos un planteamiento más estratégico desde la industria. Por ejemplo, gran parte de las series que han dominado la oferta audiovisual de las grandes plataformas de streaming provienen de libros. Juego de tronos (2011-1017), El cuento de la criada (2017) o, en España, Patria (2016) y Fariña (2015) han sido emitidas con gran éxito en Netflix, HBO o Atresmedia.
Además de las adaptaciones, las relaciones entre televisión e industria editorial van más allá. El informe apunta cómo por ejemplo las comunidades de fans, dispuestas a comprar libros, hacen que surjan obras derivadas para impulsar las ventas: manuales, guías, ediciones de coleccionista...
Visión transglobal
El libro no solo se deja seducir por la televisión. Videojuegos, pódcast, redes sociales son vías donde darse a conocer o beneficiarse del tirón de un contenido, especialmente entre los jóvenes. “El libro ofrece una visión transglobal, transmedia de las industrias culturales”, señaló ayer Manuel Gil, director de la Feria del Libro, durante la presentación del informe.
En el segmento de videojuegos, por ejemplo, hay adaptaciones, expansiones y colaboraciones. Ya desde la década de los ochenta, La abadía del crimen (1987) fue un videojuego basado en la novela El nombre de la rosa de Umberto Eco. Más recientemente, la compañía española Péndulo Studios ha desarrollado Black Sad: Under the Skin (2019), basado en la saga de cómics de Black Sad. Con Youtube la relación es también estrecha. Por ejemplo, los influencers, personajes microcelebridades, editan relatos sobre sí mismos y acumulan popularidad expresada en métricas como visitas, comentarios, likes... Son, en definitiva, una “expansión transmedia” de sus marcas personales. En esa dinámica, apelan al lector “en tanto seguidor o fan del personaje”.
En el mundo de los pódcast, el sector en España tiene “variedad de experiencias” de contenidos. Desde producciones más experimentales como los “ensayos sonoros” producidos por Jorge Carrión en Solaris (Podium) hasta trabajos más cercanos a la radio tradicional. No obstante, las relaciones de los pódcast con el mundo editorial “son esporádicas” aún, de ahí que surja también un “espacio muy rico para la experimentación”.
A pesar de estas manifestaciones, la industria editorial, como fuente narrativa para otras plataformas, “debería acelerar su integración con estos medios” para reforzar su propia posición y “no quedar excluida de las profundas transformaciones que está atravesando el ecosistema mediático”, concluyen Scolari y Tomasena.
Aún se detecta una “incapacidad” para tener estrategias transmedia “desde los primeros pasos” del proceso productivo. Los actores de las industrias creativas “deberían superar de una vez por todas los planteamientos maniqueos (“esto contra aquello”), pensar más en transmedia y no dejar la expansión o sinergias con otros medios y plataformas como una opción” concluye.
El papel de las comunidades de seguidores
Cooperar. En el contenido transmedia es fundamental la colaboración de fans. Estos seguidores terminan formando comunidades que, por una parte, contribuyen a la difusión del mundo narrativo (los fans como evangelistas), y por otro se presentan como grandes consumidores y productores textuales.
Consumo. Durante las restricciones para frenar por el Covidel consumo cultural se replegó a los hogares y permitió la consolidación de las plataformas audiovisuales y de los videojuegos
Covid. En los confinamientos, el volumen de ventas cambió de las cadenas físicas a plataformas online, lo que ha tenido un impacto “muy fuerte sobre la cadena de librerías independiente”s, que en España representan el 50% de la facturación. En contraste, países como India o Sudáfrica, donde se prohibió incluso la venta online con entrega a domicilio, la facturación cayó a cero. El informe señala el “empuje” a iniciativas como Todostuslibros.com, la plataforma online impulsada por las librerías independientes agrupadas en Cegal
Audio. A medida que prolifera el consumo de podcasts y otros contenidos sonoros, también “es necesario incrementar su producción”, señalan los autores. Esto abre un espacio muy rico para la experimentación y creación de nuevos contenidos informativos, publicitarios y educativos.