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Laboral

Los controladores aéreos chocan con Enaire por la jubilación forzosa a los 65 años

La pública obtiene el respaldo de la Abogacía del Estado mientras que el sindicato pide un cambio de puesto para quienes no cumplan los años de cotización

Tráfico aéreo
Belén Trincado / Cinco Días

La extinción en agosto de nueve contratos de controladores aéreos, por causa de jubilación forzosa, ha encendido los ánimos entre la plantilla de Enaire. Máxime cuando la vuelta del tráfico experimentada este verano podría hacer necesario hasta el último efectivo. Los centros y torres de control estuvieron en agosto en niveles del 75% respecto a los vuelos operados en 2019.

Al cumplir los 65 años, el personal está recibiendo una notificación de la empresa comunicando el final de sus carreras, independientemente de los años cotizados. Un asunto sobre el que la representación de los trabajadores afirma que no han existido conversaciones y que promete generar enfrentamiento.

El sindicato mayoritario USCA ha convocado para el día 14 una reunión de su comité ejecutivo en la que se informará sobre la situación y se valorarán medidas de presión. Fuentes del colectivo aprecian que lejos de tratarse de jubilaciones se están ejecutando despidos.

Enaire trabaja en el modo de garantizar una pensión para este colectivo especial en la futura Ley de Reforma de la Seguridad Social

La polémica viene de muy atrás. En los últimos años Enaire ha recibido demandas de trabajadores al entenderse como discriminatoria la extinción de un contrato por razón de edad. La empresa ha ganado estos casos, incluso ante el Supremo en 2018, 2020 y 2021.

Y es que, el punto 3 de la Disposición Adicional cuarta de la Ley 9/2010, en la que se regulan los servicios de tránsito aéreo, fija que la jubilación de los controladores es obligatoria, sin excepción alguna, a los 65 años.

La posterior reforma laboral que trajo la escalada gradual en la edad de jubilación abrió un espacio de incertidumbre ante el que Enaire empezó a dejar de jubilar a los 65, recolocando a sus mayores. Además, el propio convenio colectivo, en su artículo 175, impone que la salida se producirá a esa edad “siempre que el trabajador afectado tenga cubiertos los periodos mínimos de cotización”.

Ante este escenario, la empresa pública pidió en julio la opinión de la Abogacía General del Estado, que el 5 de agosto emitió un informe que justifica la finalización de la relación laboral conforme a la citada Ley 9/2010. Tras ello se han agolpado las rescisiones contractuales y se produce el conato de conflicto laboral.

Burofax

El resumen del texto legal y del informe de la Abogacía del Estado se incluye en las cartas de jubilación forzosa por si existen dudas. “Dado que ha alcanzado usted dicha edad [65 años], lamento tener que comunicarle que, de conformidad con la doctrina que viene sosteniendo el Tribunal Supremo y el contenido del informe de la Abogacía General del Estado, estamos obligados a extinguir su contrato”, se puede leer en alguno de los burofax enviados por el Departamento de Personas.

Los representantes de la plantilla estudiarán posibles medidas de presión el día 14

Desde USCA se llama la atención sobre la situación de algunos de los jubilados o de quienes puedan estarlo en los próximos meses: “Hay y habrá quienes no alcancen el periodo mínimo de cotización para recibir la pensión”, explican. Como solución, el sindicato reclama que quienes estén dispuestos a continuar en la empresa, puedan hacerlo, como hasta ahora, desempeñando otras labores.

Al respecto, fuentes internas de Enaire anticipan que se esta tratando de equiparar a este colectivo con otros especiales. Será a través de una disposición adicional al anteproyecto de Ley de Reforma de la Seguridad Social en tramitación, lo que podría ser materia de negociación esta semana. El objetivo es evitar un conflicto y que "los controladores a los 65 años se jubilen en cumplimiento de la Ley 9/2010, pero con la garantía de que recibirán una pensión cumpliendo los mismos requisitos que se aplican a otros colectivos especiales", señalan desde la compañía. La iniciativa, eso sí, debería ser liderada por un grupo político, presumiblemente el PSOE.

Para los periodos transitorios que engorden el periodo de cotización, USCA va a sugerir el destino en puestos de formación, inspección, participación en proyectos de I+D, etcétera.

El sindicato tilda de obsoleta una Ley de solo 11 años que marca el listón a la marcha forzosa. En ese texto legal también se regula el sometimiento a continuos exámenes psicofísicos y que el personal con 57 años renueve el certificado médico cada seis meses como máximo.

Quienes no pasan estos controles han de dejar las funciones operativas. Pero, en este caso, Enaire debe ofertar otro puesto fuera de la primera línea y retribuido de acuerdo con las nuevas funciones. Si la compañía no encuentra ese nuevo lugar para el trabajador inhabilitado, este pasa a una situación de reserva activa hasta alcanzar los 65 años.

Cerca de un centenar de jubilaciones hasta final de 2022

2.200 trabajadores. La plantilla de controladores aéreos de Enaire está formada por unos 2.200 efectivos. La edad media es de 49,7 años después de que la anterior crisis financiera cerrara en gran parte la posibilidad de refuerzos y reposiciones.

Salidas a la vista. En lo que resta de año alcanzarán los 65 años un total de 23 controladores aéreos de Enaire afiliados al sindicato USCA, y el próximo año, otros 50 llegarán a la edad de jubilación forzosa.

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Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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