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El batacazo de su coche eléctrico constituye un dolor doble para Evergrande

El valor de mercado de la unidad de automóviles del endeudado promotor chino ha caído un 90% desde abril

En un coche convencional no hace falta que fallen muchas piezas para que se quede parado en seco. Lo mismo ocurre con el sueño del coche eléctrico de Evergrande. El endeudado promotor inmobiliario chino ha visto desplomarse el valor de mercado de su unidad de automóviles en un 90% desde el máximo alcanzado en abril, que fue de 10.000 millones de dólares. Los inversores se quedan con una mezcolanza de activos cuya supervivencia como negocio depende de que el fundador de Evergrande, Hui Ka Yan, sepa mantener el rumbo.

Si uno se fija en los anuncios de Evergrande New Energy Vehicle, también conocida como Evergrande Auto, verá que se va acercando hacia el objetivo de convertirse en la mayor y más potente empresa de vehículos eléctricos del mundo. Sin embargo, bajo el capó se trata ante todo de un negocio sanitario que va desde empresas conjuntas de hospitales hasta promociones inmobiliarias centradas en la salud. Ese es el motor con el que empezó a sacar acuerdos de coches eléctricos en 2018. Las inversiones ayudarán a duplicar la pérdida neta general del primer semestre hasta unos 740 millones de dólares, según advirtió la empresa este mes.

El verdadero daño lo ha causado la empresa matriz, que posee el 65% de las acciones. En mayo, Evergrande vendió 1.400 millones de dólares de acciones de la división automovilística y dice que podría vender más. Los reguladores chinos han ordenado públicamente a Evergrande que ponga su deuda bajo control. Las cuentas de Evergrande Auto para 2020, presentadas como empresa en funcionamiento, se basaban en la ampliación del plazo de un préstamo concedido por la matriz, una carta de apoyo de un año también de la matriz, además de ampliaciones de capital que dieron entrada a Tencent y Sequoia, entre otros.

Las percepciones del mercado tienen un peso enorme para las empresas en fase inicial, cuando se comen mucho efectivo y sus altas valoraciones respaldan las ventas periódicas de acciones para financiar gastos generosos. El proyecto de hacer que Evergrande Auto cotice en Shanghái parece haberse calado, mientras que los esfuerzos de Hui por incluirla en el mercado de valores se han visto superados por sus rivales Xpeng y Li Auto, que cotizan en Hong Kong desde hace poco tiempo y tienen todo encarrilado para incorporarse al potente sistema que permite a los inversores continentales comprar acciones directamente de Hong Kong.

Hui tiene un historial de dar con esa marcha extra y reforzar las acciones de sus empresas justo cuando vienen curvas, pero el alto valor de Evergrande Auto era también un apoyo muy esperado para su buque insignia, la división de promociones inmobiliarias. En cambio, el batacazo automovilístico va a doler el doble.

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